Cada sábado, Elena Inocente Vásquez da catequesis a nueve jóvenes y 19 niños en la Parroquia Santísimo Redentor del Barrio Autonomía, noveno anillo de Santa Cruz, en la Capilla Virgen del Perpetuo Socorro, construida al lado de su domicilio.
Es común que los catequistas le pidan usar su baño. "Ya, pero este baño es ecológico, tenemos que ser amigos del medioambiente”, les responde. Y a continuación explica el funcionamiento del mismo, que se caracteriza por la separación de heces y orina, que luego de un proceso realizado de manera segura, quedan reducidos en elementos nutrientes que pueden utilizarse en los suelos. Así se cierra el ciclo de nutrientes, que es la característica de estos módulos sanitarios.
Llegamos al lugar poco antes del mediodía, cuando el termómetro marcaba 33° C. Al ingresar al ambiente no se sentía ningún olor desagradable. Vimos un inodoro que en su parte delantera tiene un hueco que conduce a un ducto por el que fluye la orina hasta un bidón instalado fuera de la construcción; y en su parte posterior un hueco para los residuos sólidos que caen en un recipiente colocado por debajo. En la pared hay una cartilla en la que se explica la forma de uso, pues por ejemplo, luego de la deposición se debe verter aserrín que actúa como material secante.
Esta familia de cinco integrantes es una de las beneficiarias del Proyecto de Saneamiento Sostenible Descentralizado (PSSD) financiado por la Embajada de Suecia y ejecutado por el Servicio Holandés de Cooperación para el Desarrollo (SNV, por sus siglas en holandés).
La SNV es una organización internacional de desarrollo con más de 40 años en Bolivia, que opera en 38 países de Asia, África y América Latina. La misma busca desarrollar capacidades de actores locales, además transfiere conocimiento en países de renta media donde se requieren organizaciones que no estén enfocadas en donación o cooperación, sino en transferir capacidades y eficiencia a la sociedad. En gestiones pasadas, muchos países pasaron de tener rentas bajas a tener rentas medias, como Bolivia, explicó en su oficina de La Paz, el Director de SNV Bolivia, Julio Garrett Kent.
La transferencia de capacidades se realiza en tres áreas que son Agua y Saneamiento Básico, Agronegocios y Energías Renovables. La misión de la organización es colaborar con la "reducción de la pobreza e inequidad, mediante la inclusión económica y social de la mayoría de la población de bajos ingresos”, añadió.
Con ese fin promueve cuatro componentes: generación de empleos, mejora de la calidad de vida, incremento de ingresos y cualificación de trabajadores. También ofrece servicios de asistencia técnica a organizaciones de la sociedad civil, de los sectores público, privado y a organismos internacionales en temas de inclusión económica y social, manejo de recursos naturales, agua y saneamiento, tanto en la formulación participativa de políticas y fortalecimiento institucional como educación vocacional. Entre sus clientes están organizaciones como la CAF, el BM, el BID, la Cooperación Sueca, la Cooperación Suiza o la Unión Europea, entre otras.
El PSSD se enfoca en dos áreas de saneamiento ecológico: los módulos secos ecológicos y las plantas de tratamiento de aguas residuales descentralizadas. Tiene tres socios co-ejecutores: la Fundación Sumaj Huasi (SH), la Fundación Agua Tuya (AT) y Water For People (WFP).
SH y WFP trabajan con los módulos sanitarios secos ecológicos. SH interviene en Achocalla y en los distritos 7 y 14 de El Alto; y WFP trabaja en Riberalta y Santa Cruz. SNV interviene en Montero en alianza con la Cooperativa de Servicios Públicos Montero Limitada (Cosmol). A través de sus socios ejecutores se ha construido más de 1.000 baños secos.
Miradas acudió a Santa Cruz para conocer los baños ecológicos en zonas en las que no hay alcantarillado. El módulo ecológico de Inocente Vásquez es uno de los 10 instalados en la zona Autonomía por WFP.
La vivienda de Inocente Vásquez fue una de las que visitamos, ya que junto a la consultora de SNV Bolivia, Gabriela Mariaca, y la Responsable Social de WFP, Lucia Quisbert, conocimos otras intervenciones hechas en cuatro zonas periféricas cruceñas.
La oficina de WFP está en el barrio Tusequis, sexto anillo. Ahí Quisbert explicó que el proyecto en Santa Cruz tuvo dos fases (2013 - 2015), en las que se construyeron 210 baños. Las intervenciones se realizaron en los distritos 5 y 6, en zonas sin alcantarillado como Regreso, Pompeya, Primavera, Playón, Motacusal, Agroinco, Autonomía, 8 de octubre, Los Pinos, Bibosi, Los Sauces, Bicentenario y San Javier.
En los barrios se nombraron vigilantes que visitan a sus vecinos y hacen un seguimiento. Ellos proporcionan información con la que se clasifica a las viviendas con colores. Se asigna verde si los baños funcionan bien, amarillo si hay observaciones y rojo si no se usan.
Los vecinos aportan una contraparte, que consiste en los materiales que pueden conseguir en el lugar, como ladrillo, arena, etcétera. WFP apoya con la construcción de las cámaras, la conexión del urinario e inodoro y los beneficiados erigen sus paredes y compran sus duchas y lavanderías.
La primera zona visitada fue Playón, donde WFP instaló 15 baños. Llegamos a una vivienda en la que no estaba el dueño. Pero, Quisbert aprovechó para mostrar una instalación adornada con azulejos. También vimos un bidón que está conectado a un ducto que brota de la pared, en el que se almacena la orina. Luego de llenarse éste se cerrará y el líquido reposará al aire libre por al menos tres meses. En cada lugar que visitamos, la representante de SNV dejaba artículos de limpieza a las familias.
En el barrio Sauces conocimos la casa de la vigilante Eduarda Mamani León, que obtiene su agua de un pozo. Su esposo se dedica a la producción de ladrillo y ella realiza labores de limpieza. La pareja tiene cinco hijos.
Los baños instalados por WFP tienen dos cámaras, sobre los cuales se instala el inodoro alternativamente. En el baño de esta familia, el inodoro estaba instalado sobre la cámara izquierda. Una vez que ésta se llene, el inodoro será retirado y colocado sobre la cámara derecha. Luego, la cámara izquierda será sellada y quedará así hasta que la otra cámara quede llena y se recolecte el material.
En las partes posteriores de las cámaras hay rastrillos para esparcir las heces y el aserrín. También se puede usar tierra, cal o arena fina, como material secante, pero en estos casos el material no es apto para producir humus de lombriz, que es la etapa del proyecto.
Posteriormente, fuimos al barrio Autonomía, donde conocimos a Elena Inocente Vásquez que, como se señaló antes, tiene un salón de catequesis. Ella también mostró su huerta, en la que nos mostró cebollines, apio y ají. Ella incluso aprovechó para cosechar algunos frutos. "Yo he consumido todo lo que tenía, tenía espinaca y pimentón”, afirmó. En su huerta, Inocente utilizó para regar la mezcla fermentada de orín en una proporción 4:1, que consiste en mezclar un de este líquido con cuatro de agua. También empleó el abono orgánico producido en una planta de compostaje.
Luego llegamos a la casa de Nora Martínez, que tiene una familia de cinco integrantes, en la zona el Regreso, donde se instalaron 16 baños. Después de terminar las visitas a los domicilios en el vehículo de SNV, nos dirigimos a la zona El vallecito, donde funciona la Planta de Compostaje de la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno.
Al llegar, el técnico agrónomo Moisés Alpire Cuellar retornaba del barrio Regreso, donde recolectó material de las cámaras. Dentro, nos condujo a un primer ambiente, donde tiene sus equipos de protección personal así como un baño piloto. En el lugar también hay una máquina de cristalización de orina, con la que puede obtenerse nitrógeno, amonio, potasio e incluso magnesio. Justamente hay tesistas que buscan los mejores métodos para hacerlo.
En el siguiente ambiente se depositan las bolsas con el material recolectado. "No huele, no se siente a heces fecales”, explicó Alpire mientras extraía el material seco de seis baños. Este material, que parece tierra, es sometido a un tratamiento con vapor para eliminar patógenos. Ésto se hace con calderos que someten a la mezcla a una temperatura de 80 grados centígrados por 40 minutos. Ahora buscan un método ideal, en lo cual trabajan otros tesistas. Garantizar la inocuidad del material es necesario para obtener una autorización del Senasag y luego vender el producto, lo cual contribuirá a la sostenibilidad del proyecto.
La siguiente operación se realiza en una especie de bateas a pocos metros en las que se deposita el material que sale de los calderos y tiene apariencia de tierra húmeda. En esos recipientes se añaden reactivos para predigerir la mezcla, antes del tratamiento con las lombrices. Luego el material se pasa al Área de Lombricompostaje, en la que los gusanos lo procesan.
Por la tarde nos dirigimos a Montero donde, primero, visitamos Cosmol que tiene un convenio con SNV para ejecutar el proyecto en esa urbe. En total, se construyeron 88 baños en las zonas de Nuevo Amanecer, Las Lomas, Santa Ana, Santa Rosita, Urkupiña, Pampa de la Madre y Rodeo del Norte. Hasta fin de año se deben construir 12 más.
Para cada baño, el SNV asignó material por un valor de 400 dólares, explicó el presidente de Cosmol, Víctor Hugo Ortuño Barba. La labor no termina con la construcción, afirmó el ejecutivo, al aclarar que el cierre del ciclo implica hacer un tratamiento de los residuos. "De nada sirve tener los baños si no se hace un seguimiento y no se hace el tratamiento”, dijo. "SNV nos está donando un camión que va a ser el recolector de los residuos”, añadió. Lo que se recolecte será trasladado a una planta de tratamiento en la zona Guabirá, donde se construye la planta de compostaje.
De Cosmol, bajo la guía de la Responsable Social del SNV, Guisela Zeballos de Paz y la responsable técnica de SNV Roxana Triveño, fuimos a la zona Nuevo Amanecer, donde se construyeron 55 baños. En la primera vivienda vimos un baño modelo, cuyas paredes están adornadas con azulejos y tiene una puerta de vidrio. Lo que diferencia a los baños de Montero es la cámara de pre-secado, que sobresale por la parte posterior o lateral del ambiente. "Debajo del inodoro hay un tacho de plástico forrado de papel”. "Cuando está lleno es recorrido” a la cámara de pre-secado, antes de ser recolectado.
Luego caminamos hasta la casa de Silvia Isabel Chura que tiene una familia de cuatro integrantes. "He hecho lo posible para que quede bonito”, dijo su esposo Martín Díaz Grimaldes. "Antes teníamos pozos y en tiempo de lluvia se inundaba”, recordó. En los domicilios que visitamos, los funcionarios de Cosmol SNV también dejaban artículos de limpieza.
La siguiente vivienda fue la de Lourdes Gamboa, que tiene una familia de ocho personas. En ella los funcionarios, equipados con barbijos, guantes, gafas botines y ropa de trabajo, extrajeron uno de los contenedores que reposaba en la cámara de pre-secado. No había olor y se observaba el material seco de color oscuro.
Luego nos dirigimos a la última vivienda que visitamos aquel día, en la cual un contenedor que está en reposo en la cámara de pre-secado se llenó en tres meses.
Montero es el único caso en el que el proyecto se ejecuta junto a una cooperativa de servicios de agua y saneamiento, lo cual facilitará el recojo. "Eso es lo novedoso y lo más importante de nuestro proyecto en Montero”, afirmó Zeballos.
Antes de despedirnos nos dirigimos a la zona de Guabirá, donde se hace el enmallado del espacio que se utilizará para el tratamiento de los residuos. "Todavía estamos creciendo en este proceso, no lo tenemos bien desarrollado como en Santa Cruz, pero nuestra expectativa es la misma, tener el servicio de compostaje”, destacó.
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