Una empresa del Reino Unido ha desarrollado un sistema para fabricar muebles a partir de desechos plásticos recogidos de los océanos. La idea parte del Studio Swine y de Kieren Jones, que han creado la "Sea Chair" (silla de mar) gracias a una herramienta sencilla que permite reutilizar el plástico que se encuentra en el agua del mar.
El plástico de los océanos es uno de los mayores problemas ambientales de la actualidad. Extrayendo parte y reutilizańdolo se ayuda a resolver este grave problema. Además, se crea un nuevo producto útil. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hay unos 100 millones de toneladas de plástico flotando en los océanos.
El plástico tarda miles de años en descomponerse. Por otra parte, el proceso de descomposición perjudica gravemente al medio ambiente. La única solución es no arrojar más plástico al océano y recoger el que hay.
Los fragmentos de plástico atraen a algunos productos químicos tóxicos como pesticidas y fertilizantes y, después, son ingeridos por organismos marinos, que los confunden con plancton. Los químicos se adhieren a la grasa de los peces y los intoxica. Muestras tomadas en la gran isla de plástico del Pacífico demuestran una proporción de 6 a 1 de plástico respecto al plancton.
Con este proyecto se crean bolitas industriales de unos 4 milímetros de diámetro que pueden ser moldeadas por inyección para fabricar muebles. Para recoger el plástico han inventado un aparato llamado "Nurdler", una bomba de agua accionada a mano y una esclusa para separar los trozos de plástico de tamaño microscópico, que separa los materiales por su densidad.
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