El Instituto de Hidrología e Hidráulica de la Universidad Mayor de San Andrés de Bolivia estudió los más de 400 glaciares que conforman la Cordillera Real y determinó que desde 1980 se derritió el 43 por ciento de los nevados por el cambio climático.
La referida institución, junto al Programa Nacional de Cambios Climáticos, determinó el impacto del fenómeno del retroceso glaciar gracias al uso de alta tecnología con imágenes satelitales de alta resolución.
De acuerdo con el investigador Edson Ramírez, el estudio mostró que varios nevados de menos de un kilómetro cuadrado de extensión desaparecieron o están en vías de hacerlo, como pasó con el afamado Chacaltaya, que acogía la pista de esquí más alta del mundo.
“Cada sector va a sufrir efectos muy diversos, hay glaciares que van a desaparecer, otros van a perdurar, depende de cada nevado, de la superficie de nieve que tiene, la altura en la cual se encuentra, la orientación que tiene cada glaciar”, explicó Ramírez a la prensa boliviana.
Sin embargo, aclaró que algunos con superficie importante como los nevados de Sajama, Huayna Potosí, Illampu e Illimani cuentan con mayores posibilidades de perdurar debido a la capa de hielo y nieve que tienen, así como a la altura en la que se encuentran, por encima de los seis mil metros sobre el nivel del mar.
Advirtió que los glaciares pequeños con mayor peligro de perder su capa de hielo y nieve son los de la cuenca del Condoriri y el Pico Tarija, que incluso afectarán la actividad agropecuaria de los pobladores del lugar.
Ramírez anunció que este proceso seguirá avanzando irremediablemente en los siguientes años si todas las naciones del mundo no asumen medidas para detener el cambio climático.
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