miércoles, 26 de septiembre de 2012

En Sucre, unas 15 mil personas se quedan sin provisión de agua



Al menos 15 mil personas que habitan en 50 barrios de las zonas altas de Sucre no tienen agua potable en sus domicilios y reciben el líquido periódicamente de carros cisterna prestados por la Alcaldía, la Gobernación y la Unidad de Bomberos.

La semana pasada, la Empresa Local de Agua Potable y Alcantarillado de Sucre (ELAPAS) decretó alerta naranja por la escasez del líquido originada en el elevado consumo, principalmente en el centro de la ciudad, debido a las altas temperaturas que soporta esa capital y al crecimiento de su población, explicó el gerente de la compañía pública, Édgar Campos.

En 2000 esa urbe tenía 219.054 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), cantidad que en una década subió a 306.751. En agosto, aún en invierno, el termómetro marcó en esa ciudad hasta 26 grados centígrados.

La escasez que se presenta en Sucre se arrastra desde 2005, año en el que concluyó el ciclo de vida, de 50 años, de los proyectos que garantizaban la provisión regular de agua. Pese a las refacciones de la toma del Canal Ravelo, el consumo en la ciudad ya ha rebasado los proyectos y, por ello, se vuelve a sentir este problema, explicó Campos.

ELAPAS tiene 42 mil instalaciones distribuidas en cinco de los ocho distritos del municipio de Sucre. En promedio, cada una provee del líquido a cinco personas, lo que representa aproximadamente 280 mil pobladores, de los más de 306 mil con los que contaba en 2010.

Marginales. “El problema se concentra en las zonas periurbanas de la ciudad y en las nuevas urbanizaciones; no en el casco viejo, donde las viviendas tienen una dotación de 24 horas del día”, explicó Campos. El gerente de la empresa de agua y alcantarillado señaló, por otra parte, que debido al cambio climático Sucre ha soportado temperaturas elevadas y, por consiguiente, mayor consumo de agua desde 2011.

Según ELAPAS, los habitantes del centro de la ciudad subieron considerablemente su consumo —no ofreció datos—, afectando a las zonas altas del norte, particularmente a las que circundan las instalaciones de la fábrica de cemento Fancesa y el aeropuerto Juana Azurduy de Padilla. Para paliar la emergencia, la empresa local puso en marcha un plan de contingencia para llevar el agua en carros cisterna hasta los 50 barrios afectados por la escasez.

Para ponerlo en marcha, el Gobierno Municipal destinó cuatro cisternas, la Gobernación tres y ELAPAS igual número, mientras que la unidad de Bomberos asumió el compromiso de dotar del líquido a los establecimientos educativos.

Sin embargo, pobladores de esas zonas expresaron su protesta a través de medios radiales de la capital, porque la cantidad de agua que reciben es mínima e insuficiente para cubrir las necesidades más elementales de una familia de cinco miembros. Los perjudicados exigen, además, a las autoridades municipales y de la empresa pública una solución definitiva a este problema que se arrastra desde 2005 y que cada año presenta una mayor intensidad.

Dificultades más sentidas En Sucre

Carencia

Los vecinos entrevistados por La Razón contaron que tienen dificultades para lavar su ropa, ducharse y limpiar los retretes o baños de sus casas, tres de los problemas más difíciles de soportar.

Esfuerzo

Las familias se han organizado para delegar el aprovisionamento. Cuando los carros cisterna no llegan, los vecinos tienen que ir hasta la zona central y recorrer grandes distancias con bidones.

Afectados protestan y exigen respuestas

Héctor Sánchez: Agrónomo

Nos vemos obligados a agarrar agua en tachos, baldes y turriles sólo para nuestro consumo, ni pensar en regar plantas o lavar la ropa. Lamentamos vivir como en una aldea, no puede ser que las autoridades no tomen previsiones.

Andrea Soles Medrano: Vendedora

Hace dos semanas no tenemos agua. A veces nos quedarnos sin una gota de agua, ni para cocinar. Mis nietos van a conseguir en bidones de aceite cuando no viene el carro cisterna y son muy pesados, pero no nos dura. No tenemos para lavar.

Eusebio López: Panadero

En mi casa nos preparamos refrescos naturales, ahora estamos obligados a comprar sodas y eso está afectando nuestros bolsillos. No es posible que las autoridades no encuentren una solución, esto se repite año tras año.

Marina Salanova: Ama de casa

El mayor problema es mi hijo de un año. No puedo bañarle todos los días y llora mucho. Mis hermanos van a conseguir agua cuando no viene el camión cisterna. La poca agua que conseguimos la usamos en cocinar y limpiar los baños.

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