Más de 20 incendios están activos en el estado de California y el peor, que afecta a una zona al norte de San Francisco, amenaza a cerca de 7.000 viviendas y ha obligado a evacuar a más de 13.000 personas, informaron ayer las autoridades.
Daniel Berlant, portavoz del Departamento Forestal y de Protección Anti-incendios (CAL FIRE), informó ayer que más de 10.000 bomberos tratan de controlar los 22 siniestros activos.
Grave sequía atiza el fuego. CAL FIRE señaló en un comunicado que la grave sequía que sufre el estado hace que los fuegos avancen a un ritmo sin precedentes.
El propio gobernador de California, Jerry Brown, aseguró estos días que la combinación de la sequía con las altas temperaturas veraniegas hacen de la zona "un polvorín".
"Tan solo la semana pasada las cuadrillas de CAL FIRE respondieron a más de 300 incendios y este año, de hecho, CAL FIRE ha atendido más de 4.200 siniestros, 1.500 más que la media en esta época del año", indicó la agencia estatal.
Las llamas pasaron la línea de contención. El incendio más grande en estos momentos, al que han denominado Rocky Fire, afecta a una zona agreste entre los condados de Lake, Yolo y Colusa, al norte de Sacramento y el área vitivinícola del valle de Napa, y afecta ya un área de más de 26 hectáreas, después de haber avanzado la pasada madrugada.
El número de evacuados supera los 13.000 y el fuego está controlado tan solo en un 12%.
El incendio superó ayer las líneas de contención y abrió nuevos frentes tras cruzar el lunes la autopista California 20.
Preocupación en la Casa Blanca. El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, expresó ayer la preocupación del Gobierno estadounidense con los incendios que abaten el oeste del país y destacó que el presidente Barack Obama recibió una actualización sobre la situación en la zona.
"La Casa Blanca seguirá vigilando de cerca la situación" desde Washington, indicó Earnest.
Unidades
Más de 3.100 personas luchan contra el fuego
Bomberos. Más de 3.100 personas trabajan para acabar con el fuego, alrededor de un tercio del total que está desplegado por todo el territorio para frenar el avance de las llamas, que el 30 de julio se cobraron la vida de David Ruhl, un capitán del servicio de bomberos de Black Hills National Forest. El 10 de agosto se estima que lograrán controlar el fuego.
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