Pese a que YPFB logró restituir el servicio de transporte de líquidos en el oleoducto Carrasco-Cochabamba (OCC) en la estación Carrasco, tras detectar la caída de presión por una afectación en un ducto en Ivirgarzama que detuvo sus operaciones, el impacto comienza a sentirse en la zona. Analizan la posible contaminación.
La Alcaldía de Puerto Villarroel instruyó la prohibición de bañarse en ese río y aún analiza el impacto ambiental. No obstante, lugareños anticipan que hay daños a la actividad piscícola debido al derrame de 400 barriles de crudo. La situación se puede complicar por una lluvia caída en la zona.
Rápida reparación
Un equipo periodístico llegó al lugar, distante 248 km de la capital cruceña y evidenció que el petróleo avanzó 12 km desde el lugar de origen del accidente, que fue causado por el trabajador de un vecino de la zona que operaba una pala cargadora frontal. Medio centenar de trabajadores de la petrolera dejaron reparada la tubería antes del mediodía.
El área afectada ha sido aislada y el producto derramado intenta ser contenido con equipos y materiales especializados (paños, filtros especiales y una manguera). Sin embargo, se pudo apreciar que faltan equipos para mitigar el impacto. Personal de la estatal informó de que en el transcurso de los próximos días YPFB Transporte continuará con las actividades de limpieza y remediación del área afectada en conformidad con los procedimientos y la normativa vigente. El tiempo de interrupción de la operación del oleoducto no afectó la producción de los campos del área norte ni el abastecimiento de ese producto a las refinerías.
El secretario general de la Alcaldía Municipal de Puerto Villarroel, Chaly Goyzueta Gisbert, informó de que se hizo una inspección ocular con personal de la Gobernación de Cochabamba, de la oficina de la Madre Tierra y de YPFB.
“Las ‘uñas’ de la pala cargadora perforaron el oleoducto. Gracias a Dios no fue grande, sino hubiera sido una catástrofe. El petróleo se ha filtrado en forma de spray. Se ha recogido el crudo, pero se han contaminado las aguas del río Magariños. La gente no podrá bañarse”, indicó Goyzueta.
Según se pudo verificar, YPFB instaló puntos de control a lo largo del río. El primero está en el paso de la quebrada, el segundo se sitúa a la salida de Ivirgarzama, donde se han colocado tubos y paños para evitar el paso del crudo, pero los residuos siguen circulando. Ante tal situación se decidió instalar otro punto de recolección de crudo a seis kilómetros; sin embargo, a 12 km aún se observan residuos, por lo que procederán a hacer un análisis del agua tres veces al día durante una semana.
Para realizar los trabajos de mitigación en el río se han utilizado ‘chorizos’ o mangueras y material químico orgánico que absorbe el crudo
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