Los grandes anfibios o ranas gigantes (Telmatobius culeus), únicos en el mundo y que habitan en las profundidades del lago Titicaca, mueren y agonizan en la superficie a orillas de la isla Pata Patani por la carencia de una política ambiental estatal seria que evite la contaminación del recurso hídrico con los miles de litros de aguas residuales provenientes de El Alto, Laja y Viacha, que ingresan cada día a la región lacustre.
Emisiones mortales. Entre las emisiones de aguas negras que ingresan al lago Titicaca, a través del río Katari hasta la bahía Cohana, se encuentra de todo: aguas residuales domésticas, de los mercados, de hospitales, de postas sanitarias, industrias, mataderos y de operaciones mineras de Milluni y Viacha.
A ello se suma el lixiviado -líquido altamente contaminante que se origina por la acumulación de grandes cantidades de residuos sólidos o basura- que salen del botadero de Villa Ingenio.
Mendoza en escasos minutos, caminando en un trayecto de 15 metros en una de las orillas de la isla Pata Patani, en el lago Menor o Huiñaymarka del Titicaca, logró reunir más de una veintena de ranas muertas, mientras que la brisa maloliente ya afectaba su labor.
Depuración de aguas. Por otra parte, según estudios de la Liga de Defensa del Medio Ambiente, (Lidema), la planta de Puchukollo en la ciudad de El Alto no abastece ni tiene la capacidad de depurar los miles de litros de aguas residuales. Existen aproximadamente más de 112 kilómetros cuadrados afectados en el Titicaca.
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