Ante la queja y denuncia de algunos vecinos de Achocalla por el funcionamiento de una cervecería desde hace unos meses, funcionarios de ésta explican que su constitución en el lugar está "en regla” y que tomaron todas las consideraciones para no perjudicar las actividades de producción que caracterizan al sitio.
Entre las principales observaciones de pobladores con los cuales conversó este medio, está el tratamiento del agua que se da una vez que se desechan los residuos de la preparación de la cerveza. Ellos creen que podrían existir agentes contaminantes que dañarían la producción de hortalizas que luego se vende en los mercados paceños.
Esta inquietud fue respondida por la jefa de Control de Calidad, Seguridad Industrial y Medio Ambiente, Evelyn Pastor, y por el jefe comercial de la Compañía Cervecera Boliviana, Carlos Calvo, quienes exponen la versión de la firma.
Pastor arguye que esta planta se inició con todos los documentos de acuerdo con la Ley 373 de Medio Ambiente y el reglamento para la industria manufacturera. La factoría, según comenta, funciona desde hace un mes aproximadamente y de manera intermitente, es decir, sin un ritmo regular ya que aún se afinan detalles.
"En esos documentos (de constitución de la empresa) nosotros presentamos primero el registro ambiental industrial donde piden toda la información de acuerdo a este reglamento y la descripción del proyecto y el plan de manejo ambiental. En ese plan de manejo ambiental tenemos una serie de tareas para adecuarnos con varias tareas y fechas” afirma.
Explica que se cuenta con una planta interna de tratamiento de aguas que está en función a un proceso enzimático, específico para cervecería. Las enzimas son proteínas que catalizan las reacciones bioquímicas, en este caso de los desechos hasta deshacerse de cualquier impureza.
Por su parte, Calvo asegura que trabajan de forma permanente para mejorar el tema del control y manejo de aguas que salen a las acequias. "La próxima semana vamos a trabajar juntos con la cooperativa (de agua) para evitar este tipo de preocupaciones que tienen (los vecinos). No estamos al margen, no estamos haciendo nada ilegal”, asevera.
Durante la visita que realizó Página Siete al lugar, uno de los vecinos percibió lo que según él serían rastros de levadura en el agua que sale de la fábrica y que va al riego. Este elemento es parte de los compuestos que se utilizan para la elaboración de la cerveza.
Consultada sobre esta situación, Pastor explica que es imposible determinar si esto es así o no, puesto que para ello se necesita un examen de laboratorio. Sin embargo, asegura que de darse el caso "no dañaría a nadie”. "Si fuera levadura más bien sería un alimento. Pero no va a salir levadura (…) En una planta de cervecería no hay contaminantes peligrosos. (Se trata de) material orgánico que se aprovecha”, puntualiza.
"Nos parece interesante que una empresa traiga desarrollo. Pero el problema más grande para nosotros es el municipio, que está declarado como ecológico”.
Telmo Nina, vecino
"Decidimos venir por las comodidades. La extensión del campo es mucho mayor. Tenemos mayores comodidades. Es una inversión fuerte que se ha hecho”.
Carlos Calvo, ejecutivo
"Justamente la fábrica se ha instalado en un campo agrícola y que además es uno de los más productivos del municipio de Achocalla”.
Margot Franken,
vecina del lugar
"No estamos al margen, no estamos haciendo nada ilegal. Al contrario, creemos que estamos cumpliendo con lo que nos han exigido inicialmente las autoridades”
Carlos Calvo, Ejecutivo.
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