Una de las mayores amenazas para la pérdida de biodiversidad es la deforestación a causa de la expansión de la frontera agrícola, principalmente en la zona chaqueña de Tarija, donde los cultivos como la soya han avanzado sobre áreas con aptitud para otras actividades como la agro-forestería o las prácticas silvo-pastoriles.
A esta conclusión llegó el coordinador Departamental de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) en Tarija, al afirmar que la acción humana contribuye a la pérdida irreversible de la biodiversidad, que en los últimos 50 años se ha acelerado.
“Una importante superficie de bosque es intervenida por traficantes de madera fina como el cedro (Cedrella lilloi) y nogal (Juglans australis), además de otras especies. Los ritmos de decomiso llegan a 5.000 pies cúbicos por mes, lo que da una idea de los volúmenes de madera extraídos y que no son registrados”, dijo Orellana.
En el Valle Central de Tarija se extraen 90.667 metros cúbicos anuales de madera para uso doméstico; en tanto que se extrae anualmente 36.000 metros cúbicos para combustible de ladrillerías y tejerías. Según datos de la ABT, aproximadamente 500 hectáreas son deforestadas anualmente para estos fines.
La Gobernación de Tarija realiza regularmente decomisos de fauna silvestre en sus diferentes puntos de control, mientras que los recursos hidrobiológicos han sido sistemáticamente sobreexplotados debido a la falta de un programa de gestión que regule períodos de aprovechamiento y veda, aseguró el Coordinador Departamental de Lidema en Tarija.
“La pesquería se ha realizado sin aplicación de técnicas sustentables, lo que se traduce en la alteración de los ciclos reproductivos de las especies de peces, afectando directamente los volúmenes de pesca con reducciones progresivas y significativas”, aseguró.
“Se advierte un pesimismo respecto a los futuros escenarios y, cuando nos detenemos a examinar las variables en cuestión, encontramos que recursos económicos no faltan, los presupuestos de las instancias de la Gobernación y el municipio han crecido en los últimos cinco años lo suficientemente como para atender de forma organizada y efectiva gran parte de los problemas ambientales que el departamento de Tarija presenta en la actualidad”, concluyó.
Tarija se encuentra entre la cordillera oriental, el subandino y la llanura Chaco-Beniana con un gradiente altitudinal que contrasta el paisaje desde alturas, a casi 4.700 metros sobre el nivel del mar en la Puna Seca, hasta los 200 metros sobre el nivel del mar en la gran llanura del Chaco Basal. Tiene una importante superficie montañosa con un alto nivel de diversidad biológica y alberga un complejo de ecosistemas de alta biodiversidad, según datos de la revista Hábitat, que publica Lidema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario