nvestigación: La Academia Nacional de Ciencias determinó que uno de los problemas de abastecimiento de Bolivia es que el 85% de sus aguas termina en países vecinos.
El 45 por ciento de las fronteras del país están delimitadas por agua, informa el estudio “Problemas Hídricos en las Fronteras de Bolivia”, elaborado por la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia.
Fernando Urquidi, investigador y proyectista, explicó a La Prensa que “son cinco ríos los que bordean las fronteras de Bolivia con una cantidad similar de países vecinos”.
Dice que el río Silala es parte de la línea divisoria con Chile, que Bolivia está separada de Perú por los ríos Mauri y Madre de Dios, que la división con Paraguay está marcada por el río del mismo nombre, que el cauce del Bermejo es parte de la frontera con Argentina, y que el Madera, un afluente importante del Amazonas, traza la frontera con Brasil.
El proyectista indicó que el objetivo por el que se realizó este estudio es que la gente conozca la situación de las fronteras y, a partir de ello, se pueda presionar a las autoridades para asumir medidas de protección nacional.
Urquidi comentó que entre los problemas encontrados en estos afluentes están la contaminación, que provoca enfermedades entre los ribereños, y el descenso del nivel de las aguas, que hace que ya no sean navegables.
También informó que el principal problema con las aguas superficiales es que Bolivia “es un país de aguas arriba, es decir que dota de agua a los vecinos. Más del 85 por ciento de las aguas bolivianas termina en regiones aledañas al país”.
Eso también significa, continúa, que Bolivia no recibe el mismo aporte hídrico de sus vecinos, porque los caudales no entran en el territorio nacional.
Uno de los ríos de los cuales el país recibe el 80 por ciento de sus aguas es el Madre de Dios, que viene de Perú, y solamente un 20 por ciento del Mauri y del Lauca. A esto se suma que la mayor cantidad de aguas bolivianas se queda en los países vecinos y no retorna a través de otros afluentes, “muy poco se queda en la cuenca del altiplano”.
En el caso del río Mauri, que también colinda con Perú, Urquidi mencionó que, pese a que los vecinos de las poblaciones cercanas se quejan porque llega muy poco líquido a las regiones, “hay que tener mucho cuidado con estas aguas porque llegan contaminadas con arsénico y boro”.
Esta contaminación, destacó, se produce de forma natural en la quebrada de Putina, por eso en el país vecino se está haciendo una serie de by-pass, túneles y canales de los afluentes al Mauri, para que su población pueda utilizar el agua fresca.
Por el río Madera, frontera norte con Brasil, Bolivia vierte mayor cantidad de líquido a ese país, de aguas abajo. “Y ellos están aprovechando para colocar represas y producir energía eléctrica. Pero, ¿qué pasa? Ponen una represa y el agua se acumula y retrocede, lo que provoca que se inunden áreas bolivianas, creando problemas medioambientales, porque matan la forestación, los bosques que existen alrededor de los ríos”.
Esta situación, agrega, incide en la degradación de la salud, debido a que en mayor cantidad de agua se reproducen más mosquitos, que provocan males como la fiebre hemorrágica o el paludismo.
El río Bermejo y el Paraguay, en el sur boliviano, también sufren problemas de contaminación por el mismo fenómeno, la construcción de represas.
“En el país hay otros acuíferos, uno de ellos está en la frontera con el Paraguay, donde las aguas de recarga (llegada) están en el lado boliviano, en el Chaco boliviano, pero no dejan que el agua sea usada, porque de ser así, los paraguayos no recibirían lo que necesitan para su ganado y su producción de soya”.
Respecto de los ríos subterráneos, Urquidi expuso que sus aguas también son transfronterizas porque pasan de Bolivia a los países vecinos.
“Es el caso del Silala, que se produce a través de los manantiales que están en la superficie de Bolivia. Chile recibe una producción de agua de 200 litros por segundo, aunque en el lado chileno se producen 300 litros en ese mismo tiempo; es decir que todo el Silala da 500 litros de agua por segundo”.
Al respecto, opina que si todo el sistema está produciendo 500 litros por segundo, y el país vecino ha propuesto comprar la mitad del agua, “debería ser negociada la venta de 250 litros; sin embargo, nunca mencionan los 300 litros que tienen y sólo hablan de los 200 que producimos; es decir que quieren dar al país 100 litros”.
Por eso es muy importante, sostiene el investigador, que los ministerios de Relaciones Exteriores y de Medio Ambiente y Agua, que negocian esta venta, se sienten y conversen con sus pares del país vecino, exponiendo los resultados de esta investigación.
Datos sobre el Silala
La investigación de la Academia Nacional de Ciencias pone en evidencia el total de agua que se desprende del río Silala.
Afirma que este cause produce unos 500 litros de agua por segundo y no 200 como indicaron investigadores chilenos.
De este líquido, 200 litros ingresan en Bolivia y 300 son aprovechados por el país vecino, que pretende comprar más agua.
El investigador Fernando Urquidi sugiere que se utilicen los resultados de esta investigación en las negociaciones con Chile.
Verónica Zapana Salazar
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