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lunes, 4 de julio de 2016
Ecovecindarios para Villazón
El cuidado del medio ambiente y la planificación del manejo de la basura forma parte de una realidad que no es casual ni espontánea, sino producto de un proceso de educación y sensibilización que comenzó llegando a los niños en las escuelas y que, por lo tanto, compromete el comportamiento ecológico de la población adulta.
Reconocido como “el municipio con la basura más limpia de Bolivia” y el tercero más eficiente por su gestión integral de residuos sólidos del país, Villazón ha comenzado a poner la semilla para constituir, en el futuro, los “ecovecindarios”.
ECOS llegó hasta este sureño municipio de la provincia Modesto Omiste, situado a 345 kilómetros de la capital potosina, con el objetivo de comprender por qué se ha ganado tan alta consideración del Ministerio de Medio Ambiente y Aguas.
La primera buena impresión se la lleva el visitante conociendo la Planta de Tratamiento de Basura de Villazón y cómo trabaja la empresa de recojo de residuos sólidos, sensibilizando a la población.
Luego, su flamante y bien controlado botadero recibe muy poco de la basura producida por la población, de cerca de 45.000 habitantes, muchos de los cuales reciclan y clasifican sus desechos en co-responsabilidad con la Alcaldía y la Empresa Municipal de Aseo Villazón (EMAVI).
La ciudad se ve limpia a pesar del constante flujo de personas dedicadas a la actividad comercial en la frontera —que nunca duerme, siempre está en movimiento— con Argentina.
ECOS participó, junto a un grupo de padres de familia del colegio Cornelio Saavedra, en un “Tour Ambiental” que tuvo el propósito de concientizar a los habitantes sobre la importancia de cuidar la escasa agua potable de la ciudad, explicar el tratamiento que siguen las aguas servidas en sus gigantes piscinas de tratamiento, y mostrar qué se hace con la basura orgánica y desechable que envían al botadero.
A conciencia
A siete kilómetros de Villazón se encuentra el nuevo relleno sanitario municipal, cuyo tiempo de vida útil se calcula en 20 años. Para entonces, será cubierto con árboles y se convertirá en un bosquecillo de 12 hectáreas de superficie.
Así cuidan su medio ambiente y planifica el manejo de su basura. Una realidad que no es casual ni espontánea, sino producto de un proceso de educación y sensibilización que comenzó llegando a los niños en las escuelas y que, por lo tanto, compromete el comportamiento ecológico de la población adulta.
En acción
La política municipal de gestión de residuos sólidos, plasmada en un “Reglamento de Gestión Integral”, está cumpliendo sus objetivos de reducir gradualmente la generación de basura mediante el incentivo a la valoración, clasificación y recuperación de los desechos de parte de la población, que aprende cómo hacerlo a partir de campañas de concientización.
Entre las más exitosas se cuenta una emprendida con las unidades educativas desde hace tres años. Actualmente, unos 5.000 niños llevan a su escuela, cada lunes, una bolsa con los residuos orgánicos de sus casas —como cáscaras o restos de verduras— para depositarlos en un contenedor que EMAVI recoge.
Aparte reciclan botellas PET y bolsitas plásticas, que se venden por peso. Por ejemplo, el colegio Cornelio Saavedra ha ahorrado esos recursos y con ellos compró equipos audiovisuales.
Este mismo procedimiento lo siguen 300 familias de barrios de Villazón, como parte de un programa piloto que se irá ampliando para alcanzar a 10.000 familias con manejo diferenciado para el recojo de residuos sólidos.
En esos hogares, la gente coloca la basura en bolsas de distintos colores que fueron donadas por Swiss Contact. Antes, cada familia firma un compromiso con EMAVI, recibe capacitación y un constante seguimiento de estudiantes de la Universidad Autónoma Tomas Frías. Para que la recolección diferenciada funcione, detrás del carro basurero va una motocarga recolectando los residuos orgánicos.
“Al diferenciar la basura estamos ganando tiempito de vida para nuestra planta de tratamiento de residuos sólidos”, dice el gerente de EMAVI, ingeniero David Alarcón, quien tiene a su cargo un equipo de 38 personas.
Explica que constantemente están capacitando a la población. Brindan talleres y hablan en los medios de comunicación sobre gestión ambiental. Su propósito es alcanzar a 12.000 personas sensibilizadas en cuanto al manejo de la basura.
“Ecovecindarios”
En esta causa tuvo una importante participación la Cooperación Suiza, a través de Swiss Contact y su proyecto en gestión ambiental Helvetas, que brindó capacitación y asesoramiento con miras a un Villazón poblado de “ecovecindarios”.
En efecto, el propósito es instaurar “ecovecindarios”, es decir, barrios con conciencia y cultura ambiental que trabajen en comunidad, manejando sus residuos sólidos de manera eficiente y consolidando una cadena de reciclaje que también pueda generar recursos económicos para las familias.
Última tecnología
Para optimizar el trabajo de recolección y aumentar el tiempo de vida de la planta de tratamiento de basura inaugurada en 2015, EMAVI aplica tecnología de vanguardia. Por ejemplo, en breve comenzará a funcionar una planta de biodiesel que convertirá los aceites de los lixiviados en combustible para los camiones recolectores de basura.
La basura es depositada en macroceldas (grandes hoyos en la tierra) recubiertas con micromembranas que impermeabilizan el suelo para impedir que los temidos líquidos lixiviados penetren la corteza terrestre y contaminen las aguas subterráneas y, por lo tanto, las cuencas adonde derivan.
Es así que conectan las macroceldas con tuberías que captan por gravedad los líquidos lixiviados, y estos son enviados a otra laguna llamada “de estabilización”. El propósito es purificar esta agua para devolverla a las cuencas. La poca precipitación pluvial de Villazón y el clima seco y frío hacen que la producción de líquidos tóxicos que se desprenden de la basura sea menor.
Los lixiviados son uno de los grandes problemas en el manejo de la basura, por lo que gobiernos y municipios alrededor del mundo invierten en su tratamiento. Uno de los más destacados es el caso de Guadalajara, México, donde se instaló una planta con capacidad de tratamiento de 500 mil litros diarios que luego se transforman en agua de riego, lavado de autos, para la construcción, entre otros usos.
Por otro lado, Villazón, dentro de poco podrá recibir los gases tóxicos que salen de la basura, como el dióxido de carbono y gas metano en chimeneas o captadores de biogás, para que se puedan aprovechar o, en su defecto, quemar, antes de que se vayan a la atmósfera.
Nadie toca la basura
El complejo ambiental está regido por estrictas normas de seguridad y tiene un perímetro completamente enmallado. Adentro, la basura es sometida a un tratamiento especializado de material orgánico, inorgánico y líquidos lixiviados. Una vez que entra, nadie la toca y rige sobre ella un reglamento de operaciones de relleno sanitario.
Lo primero que se hace es pesar cada camión que ingresa para otorgarle un ticket y monitorear cuánto recolectan, en qué zonas y, además, verificar si cumplieron sus rutas.
Desde que se inauguró en 2015, hasta la fecha, la planta ya ha recibido 8.000 toneladas de basura. La mayoría de esos desechos se deposita en las macroceldas. Se trata, principalmente, de residuos orgánicos que EMAVI transforma en composta (abono orgánico). Las botellas PET y plásticos son reciclados por la población y el resto pasa a la planta de tratamiento de residuos.
Los residuos infecciosos con cal se tratan aparte, para eliminar las sustancias patógenas.
De basura a tierra fértil
- Al haber iniciado el proceso de diferenciación en el recojo de basura y tener un alto porcentaje de basura orgánica en Villazón, EMAVI ha iniciado exitosamente la producción de abono orgánico. Esa composta se entrega a Áreas Verdes de la Alcaldía; en breve la comercializarán para captar recursos pues por el momento la población no paga una tasa de aseo urbano y los costos son subvencionados por el municipio.
- Villazón hace su abono con el método de “pila de compostaje”, que consiste en colocar en el suelo un porcentaje de basura orgánica húmeda (de las cáscaras que las familias separan) y basura orgánica seca (de las flores que EMAVI recoge del cementerio).
- Luego, los microorganismos trabajan y elevan la temperatura. Para acelerar la acción aeróbica y anaeróbica de bacterias que permitirán la maduración de los residuos, los empleados de EMAVI con pala le dan diez volteos para permitir el ingreso de oxígeno. Pronto instalarán una tubería para introducir aire.
- Después de 105 días tamizan y la parte fina queda como abono; con el resto, vuelve a iniciarse el proceso.
- Paralelamente, enseñarán a las familias a implementar el compostaje casero con turriles de metal perforados.
EMSABAV, la empresa de tratamiento de agua
- 5 millones de litros de agua al día procesa la planta de EMSABAV.
- 31 empleados tiene la planta de Villazón.
- 1 año y medio es el tiempo que pasó desde la compra de equipos para realizar el trabajo de potabilización. Antes, los estudios se mandaban a un laboratorio de Potosí.
- 2 piscinas gigantescas, que funcionan desde hace dos años, sirven para el tratamiento de las aguas servidas.
- Captan las aguas de subcuencas, de pozos excavados de 25 metros de profundidad y de la represa de Lampaya.
- El agua se somete a un tratamiento de floculación, sedimentación, decantación de partículas suspendidas y desinfección.
Planta de tratamiento de residuos sólidos
- 5 toneladas de basura sólida procesan al mes.
- 1 tonelada de basura se puede compactar en 1 metro cúbico.
- 75% de la basura se compacta aumentando el tiempo de vida de cada celda.
- Del 100% de la basura de Villazón, 65% son cáscaras y restos de verduras y frutas.
- 2 toneladas de basura produce orgánica solo el colegio Cornelio Saavedra. Esa cantidad, luego, la Empresa Municipal de Aseo Urbano transforma en abono o tierra fértil.
- 7 millones de bolivianos fue la inversión de la nueva planta de tratamiento de residuos sólidos, fondos provenientes del Gobierno central y de la Alcaldía de Villazón. Antes tenían un botadero a cielo abierto, controlado.
Cuidar el agua
- La Empresa Municipal de Saneamiento Básico Villazón (EMSABAV) recibe a los padres de familia de las unidades educativas de Villazón que llegan en buses, como parte de un “Tour Ambiental”, con el propósito de conocer el esfuerzo que realiza en la planta de tratamiento para producir cada litro de agua potable.
- Parece un momento oportuno para concienciar a la gente sobre el uso del agua, cuando Villazón está soportando un año de sequía, lo que ha obligado a la empresa a racionar la dotación del líquido elemento.
- Además de esta circunstancia climática, los ejecutivos de EMSABAV están preocupados por el desperdicio de las aguas luego de constatar que de los 70 litros que envían al sistema por segundo, 56 son desperdiciados en el fluido de las residuales.
- Por el momento, el Concejo Municipal analiza un ajuste en las tarifas de consumo de agua potable. Actualmente, los pobladores pagan una tarifa fija de 12,70 bolivianos por un consumo sin límites.
- El principal problema que enfrenta la empresa es la falta de fondos para cubrir los altos costos de energía eléctrica que requieren para bombear el agua hasta la planta. De igual manera, sus piscinas de tratamiento de aguas servidas están trabajando al 10 por ciento de su capacidad, debido a que no pueden bombear las aguas por los costos de energía.
- “Se está buscando sensibilizar a la población e instalar una cultura ambiental entre los habitantes para que comprendan lo mucho que cuesta producir el agua y para que la cuiden mejor”, anuncia el gerente general de EMSABAV, Roberto Vargas.
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