Si cada uno ayuda se puede luchar contra la contaminación, especialmente si recuerdan que el botar la basura en su lugar es un gran aporte para que las generaciones disfruten de lo que actualmente es aprovechado por el prójimo y no dejar que por ejemplo se degraden los ríos, como el Tagarete.
Todos saben que hay que cuidar el medio ambiente, pero cuando la gente lo dice, sólo articula la boca y no es una convicción sincera o comprometida, únicamente son palabras y nada más.
Esto sucede porque las personas no dejan que su mente, procese esta información la retenga y la difunda, pero con acciones y ejemplo, y esa es la parte más difícil.
Muchas dicen "yo cuido mucho el medio ambiente", pero cuando van por la calle y compran algún comestible la envoltura o el papel del caramelo, es arrojado al piso sin ninguna contemplación.
No consideran que la insignificante envoltura de caramelo dejada en la calle, puede ser replicada mil veces y Oruro quedaría sumida en montañas de basura, la gente está consciente de que está mal, pero no hacen nada al respecto, no se esfuerzan para mejorar este espacio recogiendo lo que uno mismo desechó y depositarlo como corresponde a un tacho de basura, o en caso de que no esté un basurero al alcance se puede mantener en sus manos o bolsillos, hasta llegar sus casas y poner la basura donde corresponde.
Si no se hace un esfuerzo y compromiso personal, perderemos los espacios recreativos al igual que el río Tagarete, donde antes las familias podían ir y a pescar, ya que el agua era cristalina y los animales podían beber de este cause.
En cambio por la falta de consideración y compromiso con uno mismo y con el prójimo, las familias orureñas llenaron de basura lo que fue el hermoso rio del Tagarete, donde ahora corren aguas turbias, y en lugar de vegetación se tienen sembradas bolsas plásticas, sin duda desechos de los propios orureños.
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