La tendencia al calentamiento global se afianza y 2012 también cerrará como uno de los años más cálidos desde mediados del siglo XIX, momento a partir del cual la temperatura media subió un grado centígrado, una variación que propicia las olas de calor.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó ayer que ese grado centígrado de más influirá en una mayor frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, principalmente de los periodos de calor intenso. El aumento de la temperatura media no es uniforme en el planeta, siendo mayor en algunas zonas y menor en otras.
"Generalmente, hablamos del impacto (del cambio climático) en términos de temperatura, pero hay muchos otros, como la subida del nivel del mar", dijo el secretario general de la organización, Michel Jarraud, en una conferencia de prensa.
Como ejemplo más reciente citó al huracán Sandy, del que existe la certeza de que "su impacto fue más grave de lo que hubiese sido hace 100 años y esto debido a que el nivel del mar es 20 centímetros más elevado". También se constató que fenómenos meteorológicos peligrosos, que tendían a reproducirse cada 50 o 100 años, serán más frecuentes y "probablemente a partir de ahora se van a reproducir cada 10 años", señaló.
La OMM, que presentó el "Estado Mundial del Clima 2012", con los resultados de todos los fenómenos extremos ocurridos de enero a octubre, confirmó también el nuevo récord en el deshielo del Ártico.
Jarraud consideró que esta evolución anormal del clima continuará, principalmente a causa de los gases de efecto invernadero -fenómeno causante del cambio climático-, cuya concentración en la atmósfera alcanzó niveles históricos este año. La temperatura media de la superficie del planeta (tierras y océanos) presentó una "anomalía" de 0,45 grados centígrados por encima de lo normal, con una media mundial de 14,2 grados centígrados.
Los años entre 2001 a 2011 estuvieron entre los más calientes jamás registrados y los científicos de la OMM ya pueden señalar que 2012 no será una excepción.
Dirigiéndose a los escépticos del cambio climático, Jarraud admitió que hay una "variabilidad natural" del clima y que fenómenos como "El Niño" y "La Niña" inciden en las temperaturas y lluvias, pero agregó que "esto no pone en duda la tendencia general al calentamiento a largo plazo imputable a los cambios climáticos" provocados por el ser humano. Los episodios climatológicos extremos se manifestaron de manera diferente por el planeta. En Norteamérica, Europa, Rusia y Marruecos hubieron varias olas de calor.
Algunos países europeos reportaron sus meses más secos en muchos años. Asimismo, "una gran parte de Sudamérica y de África tuvieron "temperaturas superiores a las normales". El fenómeno opuesto, las inundaciones, golpearon a varios países africanos, ciertas regiones de China sufrieron las lluvias más abundantes de los últimos 32 años. En cuanto a las nevadas y el frío extremo, el oriente de Rusia llegó a experimentar temperaturas negativas de entre 45 y 50 grados bajo cero al final de enero, varias regiones del Europa del este conocieron mínimas de 30 grados bajo cero y en el norte de Europa se alcanzaron en ciertos lugares los 40 bajo cero.
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