ACTUALIDAD | Una cooperativa minera ha dejado de trabajar en la zona. La otra, aún se rehúsa a retirarse. Los daños ambientales son incalculables.
Cuando realizamos este reportaje junto al periodista Rafael Sagárnaga*, la situación en el municipio turístico de Coroico en Yungas, era desoladora. Cinco cooperativas mineras auríferas, en especial la Uchumachi, la Yolosita y la Gran Poder, habían llegado en busca del preciado metal, y en ese afán, destrozaron el paisaje natural que ha hecho famosa la zona, contaminaron aún más el río y empezaron un enfrentamiento con las comunidades, que estaban en desacuerdo con su trabajo.
Ninguna de las cooperativas contaba con la licencia ambiental ni tampoco con la certificación social que deberían haber recibido de los propios coroiqueños. “El río Yolosa es el eje de la legendaria y proverbial vida agrícola y turística que caracteriza a Coroico. Su contaminación y cambio de cauce nos asusta, nos sobrecoge”, nos resumía Reynaldo Tintaya, uno de los principales dirigentes de los comunarios.
Aunque las cooperativas se habían comprometido en el contrato suscrito con la Comibol, que autorizó la explotación de la zona, “al cumplimiento de las normas de protección del medio ambiente, dispuestas por la Ley 1333(…) debiendo tramitar y desarrollar sus actividades mineras con la debida licencia ambiental, tomando todas las precauciones y recaudos necesarios para evitar perjuicios y daños a terceras personas, sembradíos, ganadería y el ambiente en general”, nada de eso se cumplió.
A la tensión se sumaron otros problemas derivados de la incipiente fiebre del oro en la zona. En poblaciones como Chirapaca y Yolosita se habló de casos de personas, sobre todo niños, que habían sido afectadas dermatológicamente por las aguas contaminadas del río. El 21 de noviembre del año pasado, un grupo de estudiantes de la Facultad de Ingeniería Ambiental de la UMSA, junto a un ingeniero y un técnico del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) se reunieron en Yolosa. Luego realizaron la toma de muestras del agua del río para su análisis. Las conclusiones del informe señalan: “Se puede concluir que por los datos obtenidos las aguas del río son de clase D, y estas son muy peligrosas para todo lo que lo rodea, es dañino por el resultado que presenta, y por lo tanto no se debería de permitir entrar a esta agua a nadie.”
Uchumachi en la mira
Uchumachi en la mira
En ese escenario se multiplicaron los reclamos de los afectados a las autoridades locales. Luego se movilizaron las organizaciones agrarias. Y empezaron los roces y amenazas entre grupos. Se llegó incluso a las amenazas y hasta a los tiros, cuando una de las comunarias fue herida de bala por un cooperativista no identificado.
Los mineros, sobre todo la cooperativa Uchumachi, asustaban a los comunarios diciéndoles que tenían el apoyo del Gobierno. Carlos Troche, diputado nacional y dirigente de las cooperativas, continúa participando activamente en el conflicto.
La cooperativa Uchumachi se niega a retirarse de la zona y ha asegurado que pronto reiniciará los trabajos. Al ser consultado sobre la situación Troche reclamó por las bajas regalías mineras que tiene el departamento. “La Paz es el quinto departamento en ingresos mineros. No puede perjudicarse por este tipo de actividades. (…) Si nos van a cortar la minería por el tema ambiental, lamentablemente le están quitando un derecho de desarrollo al departamento de La Paz”. El parlamentario además aseguró que “los turistas más bien a su paso admirarán el trabajo que están realizando los mineros. Mostraremos que así es el tema de la minería en el país”. Su esposa forma parte también de los socios de la cooperativa Uchumachi.
Guido Toro, director de la Cooperativa Uchumachi, aseguró que no había por qué alarmarse. “Estamos trabajando lo que manda la ley, lo hacemos con el permiso de las comunidades. Además el Gobierno nos respalda, pagamos todos los impuestos y les damos regalías a las comunidades en obras”, dijo.
La gente de Comibol, esquiva el problema. “Nosotros como abogados tenemos que cuidar primero las concesiones mineras como Comibol. Hay actividades que son permisibles aún sin la licencia ambiental cuando son de exploración como es el caso de estas dos cooperativas, pero tienen que ir tramitando paralelamente la licencia ambiental”, señaló Percy Avila, asesor legal de Comibol que participó en las reuniones realizadas en Coroico. Ante la pregunta de si esas actividades de exploración con maquinaria pesada son autorizadas, Ávila contestó: “No conozco en qué condiciones trabajan las cooperativas. Es un tema que corresponde al gobierno municipal que debería hacer las inspecciones correspondientes y luego realizar la denuncia ante la autoridad competente.”
La negativa
Los propietarios del refugio silvestre Senda Verde, aseguran que en las conversaciones con los dirigentes de la cooperativa Uchumachi, estos les han dicho que retomarán sus actividades en breve, pese a la negativa de las comunidades y del centro de rescate animal, que se vio seriamente perjudicado cuando el movimiento del cauce del río causado por las máquinas retroexcavadoras, lo inundó. Este centro pronto obtendrá su licencia por parte de la Dirección General de Biodiversidad como el primero en su género en Bolivia. Vicky Ossio, la propietaria, asegura que el perjuicio ha sido enorme. “El trabajo de las cooperativas nos afectó de varias maneras, como propiedad, como refugio y a nivel turístico. No podemos dormir, no podemos usar el agua del río, los animales están estresados, estamos en riesgo ante la próxima riada.”, dice.
La negativa
Los propietarios del refugio silvestre Senda Verde, aseguran que en las conversaciones con los dirigentes de la cooperativa Uchumachi, estos les han dicho que retomarán sus actividades en breve, pese a la negativa de las comunidades y del centro de rescate animal, que se vio seriamente perjudicado cuando el movimiento del cauce del río causado por las máquinas retroexcavadoras, lo inundó. Este centro pronto obtendrá su licencia por parte de la Dirección General de Biodiversidad como el primero en su género en Bolivia. Vicky Ossio, la propietaria, asegura que el perjuicio ha sido enorme. “El trabajo de las cooperativas nos afectó de varias maneras, como propiedad, como refugio y a nivel turístico. No podemos dormir, no podemos usar el agua del río, los animales están estresados, estamos en riesgo ante la próxima riada.”, dice.
Las autoridades municipales de Coroico sustentan su posición de expulsar a las cooperativas mineras en la Ley 2074. Esta norma declaró el 23 de enero de 2004 a Coroico como "Zona Prioritaria de Desarrollo Turístico". El clima, el paisaje, y el río, son las principales ofertas de este municipio, que se encuentra en los márgenes del Parque Nacional Cotapata, creado en 1983. Dentro de las riquezas naturales se tienen más de 1.800 especies de plantas superiores, 455 de aves identificadas, 64 especies de mamíferos y una rica variedad de bromelias y orquídeas. Es un tesoro que los coroiqueños no están dispuestos a perder. Si bien una de las cooperativas ya se ha retirado, los pobladores aseguran que no cederán hasta que la otra, supuestamente “apadrinada” por altas autoridades, también se vaya. La historia no ha terminado.
* El reportaje “La fiebre del oro amenaza a Coroico”, fue ganador del tercer lugar del Premio de Reportaje en Biodiversidad de Conservación Internacional.
* El reportaje “La fiebre del oro amenaza a Coroico”, fue ganador del tercer lugar del Premio de Reportaje en Biodiversidad de Conservación Internacional.
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