Sensibilizar a los niños en la protección de la naturaleza es más fácil si la educación se viste con el irresistible disfraz del juego. En efecto, las actividades lúdicas son un modo estupendo de atraer la atención de los más pequeños de la casa hacia la belleza y riqueza del entorno. No entendido desde un enfoque práctico, sino acercándolos a su esencia para que conozcan y valoren su alma.
Si tienes hijos, nietos o sobrinos, pongamos por caso, y si eres amante de la naturaleza, probablemente tendrás ganas de hacerles descubrir su gran belleza y necesidad de protección.
DESCUBRIR, COMPRENDER Y AMAR
Las actividades que propondremos a continuación buscan crear ya desde la más tierna infancia un sentimiento de conciencia ecológica para que a lo largo de su vida les sirva como enseñanza. Para lograrlo, nada como ayudarles a descubrir el entorno sin invadirlo, disfrutando de él como observadores privilegiados del gran espectáculo de la vida. Solo así podrán comprenderlo y, como dice la famosa frase, finalmente conocerlo será amarlo. Solo entonces habremos cumplido nuestro cometido como educadores.
PRESERVAR LA BIODIVERSIDAD
Las actividades lúdicas que permiten sensibilizar a los niños en favor de la preservación de la biodiversidad muy a menudo están relacionadas con la exploración de la naturaleza. Las posibilidades son tantas como nos dicte la imaginación.
Podemos animarlos a hacerlo como si fueran aventureros. Siempre bajo la supervisión necesaria, por supuesto, pero dejando que se equipen como si fuesen exploradores, con sus mochilas, sus prismáticos, su brújula, sus chirucas… y sin olvidar la ropa cómoda, hidratación y sombreros o gorras para la protección solar.
La riqueza del ecosistema abarca desde lo que se ve de un simple vistazo a todo un mundo microscópico, por lo que pueden equiparse también con lupas para observar a los insectos o cualquier otro detalle. Siempre sin molestar a los animales, tocarlos ni mucho menos cogerlos o maltratarlos.
Igualmente, al llegar a casa, con el acopio de materiales naturales realizado (hojas secas, arena, piedrecitas, conchas de mar, etc.) pueden hacer manualidades muy divertidas y creativas. O, simplemente, pueden hacer dibujos sobre su día de paseo, colorearlos, hacer una pequeña maqueta de un ave o de un árbol con papel reciclado.
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