La campaña “La Hora del Planeta” recorrió ayer todo el mundo con el apagón de monumentos tan emblemáticos como la Torre Eiffel en París o el Coliseo de Roma para marcar este año clave en la lucha contra el cambio climático.
En Latinoamérica, varias ciudades acataron la medida apagando las luces entre las 20:30 y las 21:30. También en Bolivia la gente se manifestó.
A la hora señalada, el símbolo más conocido de la capital francesa dejó de brillar y quedó a oscuras durante sólo cinco minutos, por razones de seguridad.
Además de la Torre Eiffel, cerca de 300 monumentos parisinos se apagaron ayer por la noche para participar en el evento “Earth Hour”, organizado por noveno año por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
“Save our climate now!” (“Salvemos ahora nuestro clima”) fue el eslogan que activistas en Berlín compusieron con velas cerca de la puerta de Brandenburgo.
En Madrid, en cuanto las luces se apagaron en los jardines del Palacio de Oriente, ciclistas pedalearon sobre un escenario para dar luz a un globo terrestre gigante.
El apagón también llegó a Rusia, donde el Kremlin en Moscú, y el Museo del Hermitage, en San Petersburgo, apagaron las luces, de la misma forma que la Acrópolis de Atenas, el castillo de Edimburgo, el Coliseo de Roma, los rascacielos de Fráncfort o la plaza de los héroes de Budapest.
El Big Ben y el parlamento británico se oscurecieron en Londres, y el heredero del trono en Reino Unido se unió a la operación con un mensaje de video: esto es “un recordatorio simbólico y potente de que todos juntos podemos cambiar las cosas”, afirmó el príncipe Carlos.
Demanda de compromisos
Como en anteriores ediciones, WWF había pedido un apagón de una hora a ciudadanos, Gobiernos y empresas de todo el mundo. El objetivo no era sólo ahorrar electricidad en ese momento puntual, sino sensibilizar sobre la necesidad de utilizar fuentes de energía sostenibles, además de pedir compromisos políticos para detener el calentamiento global.
La Hora del Planeta comenzó en Australia a las 9:30 GMT, centrándose este año en la agricultura por el temor a que un aumento de las temperaturas pueda socavar la capacidad del país para producir alimentos.
Después llegaron los rascacielos de Hong Kong, la Torre Taipei 101 en Taiwán o las torres gemelas Petronas, en Kuala Lumpur.
La campaña se produce meses antes de la cumbre del clima de París, en diciembre, que tiene como objetivo llegar a un acuerdo para reducir drásticamente las emisiones de CO2 y días antes de que se cumpla la fecha límite para que todas las partes envíen sus compromisos.
Una campaña global
La iniciativa empezó en Sídney en 2007, pero se convirtió en un acontecimiento global muy rápidamente.
“Más de 170 países y territorios, más de 1.200 lugares emblemáticos y cerca de 40 enclaves declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco” debían participar en la iniciativa, según dijo a la AFP el director de la Hora del Planeta, Sudhanshu Sarronwala.
La consigna este año es “utiliza tu poder para cambiar el cambio climático”, lo que ha dado pie a numerosas iniciativas en distintos lugares, como una fiesta de baile Zumba con trajes que brillan en la oscuridad en Filipinas, cenas a la luz de las velas en restaurantes de Londres y una pista de baile con su propio generador bajo la Torre Eiffel.
Mike Berners-Lee, un consultor privado experto en energía, dijo a AFP que La Hora del Planeta es una forma muy efectiva de enviar un mensaje para decir a la gente que “le incumbe verdaderamente que la reunión de París sea un éxito”. Se estima que 9 millones de personas en 162 países participaron en 2014.
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