domingo, 22 de marzo de 2015

Ante cambios climáticos Expertos estudian viabilidad de proyectos energéticos

El cambio climático reta a expertos en energía y a economistas a diseñar metodologías para medir los impactos de lluvias o sequía, y también para optar de mejor manera por uno u otro proyecto energético. En la actualidad el país amplió sus formas de generación; en el pasado inmediato la hidroeléctrica y la termoeléctrica eran las principales fuentes, pero en los últimos años se incorporó a la eólica y solar.
El Gobierno tiene un plan ambicioso de generar energía, a través de la construcción de hidroeléctricas; también otras fuentes, como la geotermia. Las autoridades nacionales esperan poner en marcha el proyecto de la Laguna Colorada.
Sin embargo, el cambio climático obligará a las autoridades locales, departamentales y nacionales a tomar recaudos antes de implementar o realizar proyectos.
DINÁMICA DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Sobre el tema de las modificaciones del medioambiente, hace dos semanas atrás, se presentó el libro La Dinámica del Cambio Climático en Bolivia, elaborado por Likke Andersen, Luis Carlos Jemio, marcos Andrade, Juan Arenas, Nashira Calvo, Carlos Gustavo Machicado, Oscar Molina y Horacio Valencia.
El documento hace estimaciones estadísticas sobre el comportamiento del clima en Bolivia hasta 2100, los efectos económicos que tendrá en el desarrollo del país así como la demanda que habrá en materia energética.
El libro fue presentado por el vicerrector de la Universidad Privada Boliviana (UPB), Oscar Molina, y ejecutivos del Inesad; cuya obra recibió la colaboración del Banco Interamericano de Dsarrollo, Danida, Cepal, entre otros.
TERMOELÉCTRICAS VERSUS HIDROELÉCTRICAS
De acuerdo al capítulo de impactos del cambio climático sobre la generación de energía eléctrica, en los últimos tiempos, el problema del clima ha suscitado un gran interés por parte de los gobiernos y de los organismos internacionales.
Y precisamente, uno de los sectores que sentirá los efectos del cambio climático es la energía eléctrica, en particular el subsector hidroeléctrico. La hipótesis sostiene que los cambios en la naturaleza afectarán a las precipitaciones pluviales, y consecuentemente a las cuencas y ríos que alimentan a las centrales hidroeléctricas, señala Carlos Gustavo Machicado, investigador senior del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad) y autor del capítulo referido al impacto climático en la generación de energía eléctrica.
Uno de esos fenómenos ya se vio en Brasil, durante febrero, cuyo hecho provocó la suspensión del carnaval, en varias ciudades aledañas a Sao Paolo, por falta de agua; la sequía que se registró fue una de las más graves en la región.
Esa experiencia motiva a tomar en cuenta el ejercicio que realizaron destacados profesionales sobre la dinámica del cambio climático.
“Básicamente, el libro es metodológico, no tiene datos actuales, pero sí te presenta metodologías para calcular costos”, apunta Machicado.
Si se repite la sequía en el Brasil el próximo año, o se hace permanente, las autoridades podrían analizar en la implementación de termoeléctricas; Bolivia no estaría lejos de esta realidad, pero –según Machicado– el país posee montañas, y los caudales pueden favorecer para la implementación de hidroeléctricas.
Pero también está abierta la posibilidad de establecer nuevas alternativas de generación de energía eléctrica, que no afecten al medioambiente.
Por ejemplo, señalan que la producción de electricidad mediante termoeléctricas produce emisiones C02, y contribuyen al efecto invernadero (calentamiento global). El Gobierno tiene proyectos para instalar hidroeléctricas, termoeléctrica, geotérmicas y termoeléctricas de biomasa.
LLUVIAS
Si es que las lluvias disminuyen, se abre la posibilidad de termoeléctricas; también ya se analiza, a raíz de la primera experiencia, los parques eólicos y la geotérmica en Laguna Colorada.
Cada una de las propuestas conlleva efectos sobre la naturaleza. Por ejemplo las hidroeléctricas retienen el flujo de los ríos y no riegan los campos, la termo emite CO2 (dióxido de carbono).
De acuerdo con Machicado hay que identificar producción hidroeléctrica o termoeléctrica, pero también hay otras que sus efectos al medioambiente son mínimos, como la solar o eólica, así como la geotérmica.
Pero mucho dependerá del estudio, que establecerá la factibilidad o no de los proyectos y su respectivo impacto a la naturaleza.
Según el investigador, por el momento la termoeléctrica resulta más viable por el costo de instalación, pero también la hidroeléctrica podría bajar sus costos, pero dependerá la ubicación de la instalación y del caudal de los ríos; cuesta hacer una represa.
Aclara que el estudio no está actualizado pero es una referencia. Además añade que Bolivia posee ventajas, como las montañas, en donde el caudal y la fuerza son fuertes por la altura y los costos pueden reducir.
HIDROELECTRICIDAD
Bolivia apunta a cambiar su matriz energética y a exportar electricidad a países vecinos, para ello ha programado una cartera de proyectos hidroeléctricos que implican grandes inversiones. De acuerdo con declaraciones de las autoridades del país, se espera que para el 2025 Bolivia esté generando cerca de 6.000 megavatios (MW) y consumiendo en su mercado interno un promedio de 3.000 MW. El excedente se planea exportar.
Según los planes estratégicos del Estado boliviano, enmarcados en la denominada Agenda Patriótica, el sector eléctrico tiene la meta de alcanzar una capacidad de generación de 6.000 MW hasta el 2025, proyecto que de hacerse realidad permitirá al país comercializar en el mercado externo la energía producida y no consumida dentro del territorio nacional, esto con la finalidad de generar mayores ingresos y aprovechar el potencial hidroeléctrico de Bolivia.
En otros términos, actualmente el mercado interno consume alrededor de 1.400 MW y, según las proyecciones de crecimiento de la demanda de energía, Bolivia incrementará su consumo a 2.000 MW para el 2020, cifra que se estima será cubierta solo con la generación de energía producida con centrales hidroeléctricas.
Para el 2025 se prevé que la demanda crezca hasta 3.000 MW y que, por otro lado, la oferta llegue hasta 6.000 MW, lo que dejará un 50% de la capacidad de generación disponible para la exportación. Fuente gas y petróleo de la CBHE.
El documento es resultado de un proceso de investigación de carácter principalmente técnico centrado en analizar la relación existente entre caudal de agua de los ríos y la generación de energía eléctrica.
Los resultados indican que, a raíz del cambio climático, la generación de energía hidroeléctrica disminuiría entre 18 por ciento a 20 por ciento, y estas caídas implican la necesidad de generar 6.081 GWh y 6.628 GWh adicionales de energía termoeléctrica.
Esta energía adicional, que tendrá que generarse para mantener el equilibrio entre oferta y demanda, es la que representa pérdidas económicas por cambio climático, las cuales van desde $us 800.000 en 2019 a $us 109 millones en 2100, en promedio.
Daniel Gutiérrez

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