Bolivia carece de disposiciones legales en referencia a la protección de la flora y fauna silvestres, de acuerdo con los datos de la Guía de Categorización de Especies Amenazadas, y los gobiernos municipales del país hacen poco para detener el tráfico de especies silvestres, asegura Tania Quispe Zeballos en su artículo publicado por Educabolivia.
Un zorro andino yace colgado como “adorno” en un aguayo multicolor del pueblo Botijlaca, provincia Pacajes del departamento de La Paz. Otros patos silvestres del lago Titicaca yacen disecados mostrando sus plumajes parados en una diminuta balsa de totora que es ofrecida a los turistas. “Son especies nativas”, dice el vendedor o comerciante de la fauna andina, describe Tania.
Señala que esta situación se repite desde los primeros años de la extinta República, cuando se promulgaron leyes referentes a la protección de la fauna silvestre, con normativas que datan desde 1832 a 1922.
“Se conocen más de siete leyes, sin numeración, que prohíben por diversos períodos la caza de la chinchilla, cuyo hábitat es la Cordillera de los Andes, y de la vicuña, que aún goza de libertad en el Parque Nacional Sajama, por citar algunos ejemplos de animales”, indica Tania.
Mencionó que otras disposiciones similares, hasta 1989 inclusive, autorizan la exportación de miles de cueros de pecarí (chancho autóctono). Todas estas acciones estuvieron amparadas por un mal uso de los certificados o permisos de exportación. “Gran parte de estas disposiciones no están vigentes porque caducaron y otras porque los objetos de estas normas han desaparecido, tal es el caso de la chinchilla”.
Otro ejemplo es el Decreto Supremo 6883 de 1964, que prohíbe la caza o captura de varias especies de mamíferos, aves y reptiles por un lapso de tres años, en los departamentos de Chuquisaca, Tarija, Beni, Pando y la provincia Cordillera de Santa Cruz.
Indicó que este panorama no solamente se observa en el occidente, pues quizá el tráfico más despiadado está en el oriente de Bolivia, donde hay gente inescrupulosa que lucra con la venta de reptiles, tucanes, loros, tortugas, entre otras especies, que son sacadas de su hábitat natural para ser trasladadas a otro clima. “En Bolivia la fauna silvestre está protegida, pero sólo en papeles, y las normas son ambiguas”, agregó Quispe.
Especies amenazadas en Bolivia
El Libro Rojo de Vertebrados de Bolivia, del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, confirma que 1.022 especies silvestre tienen alto riesgo a desaparecer.
Cerca de 22 especies, entre peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, están en la categoría crítica.
La intensiva y excesiva explotación de la fauna silvestre es una de las mayores amenazas para estas especies.
Alrededor del 15 por ciento de aves y 25 por ciento de mamíferos del planeta se encuentran amenazados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario