• Los promontorios de desechos minerales y aguas tóxicas se encuentran próximos a escuelas e incluso hospitales en el área urbana.
• Los efectos de la contaminación están causando daños a la tierra de cultivo y fuentes de agua.
Llallagua, (ANF).- Las autoridades de este municipio pidieron al Gobierno, mediante el Ministerio de Medio Ambiente, apoyo para frenar la contaminación, que genera la actividad minera en esta región, con el uso de fuertes químicos y que comienza a dejar efectos negativos en la tierra y los ríos, con serias consecuencias para la salud pública.
La concejala, Arminda Mamani, dijo que los promontorios de desechos minerales y las aguas utilizadas en el proceso minero, se encuentran próximos a escuelas, incluso hospitales en el área urbana.
“Es una gran preocupación, especialmente por el uso del ‘santato’ (químico parecido al cianuro) el olor es fuerte; y hay madres que trabajan junto a sus niños y están expuestos, las aguas contaminadas están cerca de las escuelas, los niños a diario pasan por ahí como si nada, también está cerca al hospital “Madre Obrera”, relató la concejala.
Mamani dijo que si bien el Gobierno Municipal encara campañas de prevención, es necesaria la participación de instancias de medio ambiente, como el Ministerio de Minera y de Medio Ambiente, para exigir a las empresas mineras la construcción de diques de cola y así evitar la contaminación.
“Son empresas grandes, pero deberían tomar en cuenta, porque están dañando a mucha gente y su futuro, porque las tierras van a quedar estériles; a nosotros mismos nos preocupa, qué vamos a comer a futuro si las tierras ya no van a producir”, apuntó.
La concejala Mamani expresó que están conscientes que la actividad minera genera recursos económicos a las familias del municipio; sin embargo, los efectos de la contaminación están causando daños a la tierra de cultivo y las fuentes de agua.
Según datos, en Llallagua el 38 por ciento de la población se dedica exclusivamente a la extracción minera y vende su producto a las comercializadoras de minerales ubicadas en la misma población o a la Fundición de Vinto en Oruro.
Piden a las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente, asumir acciones preventivas, para frenar la contaminación, que genera la actividad minera en esta región.
Bolivia ha sido un país tradicionalmente minero, pero la minería ha tomado muy pocas precauciones para evitar la contaminación de suelos y agua. Esta actividad, por sus propias características, es altamente contaminante. No hay estadísticas, excepto muy parciales, que indiquen la incidencia de las actividades mineras en el ambiente. La actividad minera consume alrededor de 32 millones de metros cúbicos de agua por año, la mayor parte de los cuales son devueltos a sus cauces naturales sin tratamiento.
Estas aguas contienen plomo, ácidos, cianuros, álcalis, iones metálicos y no metálicos, sólidos en suspensión, sustancias orgánicas y radioactivas que afectan notablemente a la salud de las poblaciones mineras, particularmente la salud de las poblaciones mineras, de los pequeños cooperativistas que trabajan en condiciones muy precarias y a la de las zonas campesinas aledañas.
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