viernes, 11 de noviembre de 2016

Los árboles pueden salvar vidas



En Bolivia, donde la deforestación urbana avanza, plantar árboles es una actividad ocasional y para las autoridades sinónimo de ornamentar. Ni hablar de que existan políticas públicas para el enverdecimiento de las ciudades.

Sin embargo, los árboles son mucho más que adornos y su impacto va más allá de lo visual. Así lo ha confirmado un reciente estudio que afirma que forestar las ciudades puede mejorar la vida de las personas e incluso salvarlas de morir por enfermedades relacionadas con la contaminación.

La investigación de The Nature Conservancy, en colaboración con el Grupo de liderazgo climático C40, publicada la pasada semana, demuestra que una inversión en plantación de árboles de 4 dólares (casi Bs 28) por residente en las ciudades del mundo podría mejorar la salud de decenas de millones de personas al reducir la contaminación y enfriar el aire en las calles urbanas.

Los científicos además proyectaron cuál sería el retorno (beneficio) de la inversión y concluyeron que las ciudades con alta densidad demográfica y niveles elevados de contaminación y calor presentaron el mayor retorno sobre la inversión con costos bajos de plantación de árboles.

En el ranking mundial de ciudades que más se beneficiarían con la forestación, con una reducción de la polución, están en los primeros lugares Karachi, Pakistán; Daca, Bangladés; Delhi, India; y Faisalabad, Pakistán, entre otros.

Los investigadores hicieron cálculos también en otras ciudades menos afectadas por la contaminación y los datos muestran que en vecindarios específicos en cada urbe, la inversión en plantación de árboles ofrece un gran beneficio potencial a los residentes.

La Paz

La investigación, que estudió 245 ciudades del mundo, tomó en cuenta a La Paz-El Alto y concluyó que en barrios periurbanos habría un alto retorno de la inversión en plantación de árboles para controlar el aumento de la temperatura provocado por el cambio climático.

El estudio también detalla las zonas en las que los árboles pueden ayudar a reducir la contaminación provocada por material particulado y nombra barrios específicos en ambas ciudades como Mercedario, Mojón de Achocalla, Jancollo, Unión Alianza, Purapura, Cusicancha, Mariscal Santa Cruz y Antofagasta.

Los árboles evitan muertes

Los investigadores explican que uno de los desafíos ambientales urbanos más urgentes en todo el mundo es la calidad del aire. En la mayoría de las ciudades, el agente contaminante más perjudicial es la materia particulada de diversas fuentes, especialmente la quema de residuos agrícolas, leña y combustibles fósiles. La materia particulada fina (menos de 2,5 microgramos —μg— de diámetro, también conocidas como MP2,5) puede inhalarse profundamente y llegar a los pulmones. Se calcula que provoca 3,2 millones de muertes por año (alrededor del 4 por ciento de la carga mundial de morbilidad), principalmente a causa de enfermedades cerebrovasculares y enfermedades de las arterias coronarias.

La exposición a la MP2,5 también causa enfermedades respiratorias crónicas y agudas, incluida el asma.

Y es posible que el problema empeore: un estudio pronosticó que para 2050, la materia particulada fina podría matar a 6,2 millones de personas. Las autoridades de las ciudades y los Gobiernos nacionales tienen plena conciencia de la amenaza de la MP2,5.

La investigación halló, sobre la base de la relación establecida entre la concentración de MP2,5 al aire libre y la mortalidad, que la máxima plantación posible de árboles en las 245 ciudades que estudió (costo=$us 3,2 mil millones por año) reduciría la mortalidad relacionada con la materia particulada entre un 2,7 por ciento y un 8,7 por ciento, lo que implicaría salvar entre 11.000 y 36.000 vidas por año, en las ciudades analizadas.

Los investigadores añaden que existe una variedad de efectos en la salud, desde días de ausentismo escolar o laboral hasta hospitalizaciones, por la contaminación. Por cada muerte causada por MP2,5, indican, hay muchas más personas afectadas de algún otro modo por la materia particulada que también se beneficiarían por la plantación de más árboles en las ciudades.



UNA SOLUCIÓN ACCESIBLE

Bosques contra el calor intenso

Otro problema urgente que enfrentan las ciudades es que el aire sencillamente es tan caliente en verano que afecta la salud humana. Las olas de calor ya se han convertido en un desastre climático que causa la mayor mortalidad a nivel mundial. Se calcula que matan un promedio de 12.000 personas por año y tornan la existencia desagradable para millones.

Se prevé que el cambio climático agrave la amenaza de las olas de calor en zonas urbanas, ya que el aumento de los gases de efecto invernadero retiene una mayor cantidad de la energía solar, lo que incrementa la frecuencia y la severidad de los golpes de calor. Los pobres y ancianos son los más vulnerables a esta amenaza.

Un informe de la Organización Mundial de la Salud pronostica que, para 2050, los casos de muertes provocados por olas de calor podrían alcanzar la cifra anual de 260.000 personas, a menos que las ciudades se adapten a la amenaza. De la misma manera que las llamadas ciudades inteligentes están intentando reducir su concentración de MP2,5, miles de ciudades están buscando formas de manejar mejor el calor excesivo y adaptarse a él.

El estudio "Sembrando aire sano" de The Nature Conservancy demostró que una inversión mundial anual de $us 100 millones en plantación de árboles podría proporcionar la posibilidad de vivir en ciudades más frías a 77 millones de personas y una reducción medible de la contaminación por materia particulada a 68 millones de personas.


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