En un solo operativo, la Policía Forestal y de Medio Ambiente (Pofoma) de La Paz decomisó la carga de 12 de los 75 camiones llenos de madera ilegal que se intervinieron en 2010. Los conductores de estos vehículos no tenían autorización ni certificación de la madera, que tenía un valor de medio millón de bolivianos.
El trabajo cotidiano que realizan los 38 efectivos de Pofoma repartidos en las trancas fijas de Urujara y Achica Arriba, así como en su oficina central, también incluye el control de animales silvestres; en la gestión pasada decomisaron 3.000 ejemplares, vivos y disecados, de diversas especies.
En Urujara, en la salida hacia los Yungas, coadyuvan además en el control que realiza la Autoridad de Bosque y Tierras (ABT) a camiones que transportan madera, e inspeccionan los motorizados de alto tonelaje. Mientras el funcionario de ABT revisa los certificados forestales (CEFO) que acreditan que la madera proviene de un bosque autorizado, los de Pofoma inspeccionan el cargamento.
“Camuflan de diversas formas la madera, por eso la inspección es minuciosa”, explica Alejandro Alí Chávez, encargado de turno de Pofoma en el lugar.
En este control como en los operativos por caminos alternos (uno parte de La Cumbre hacia Alto Lima, pasando por Pampalarama, y otro va a La Paz atravesando la comunidad de Hampaturi) trabajan con miembros de la ABT, la Policía, la UTOP y los comunarios que realizan el control social.
El tráfico
En los operativos que hace Pofoma en caminos alternos que utilizan los traficantes de madera se enfrentan a la oscuridad y a las adversas condiciones de los caminos de herradura.
Por allí, los camioneros transitan guiados sólo por una pequeña linterna para no ser descubiertos. “Es increíble cómo los conductores conducen tremendos vehículos por caminos tan angostos y llenos de baches”, señala el director nacional de Pofoma, coronel Javier Viscarra.
Cuando son descubiertos, enfrentan a los oficiales con piedras y palos, y muchos incluso con armas de fuego. En cada camión viajan más de cinco personas contratadas únicamente para flanquear a los policías, mientras los camiones fugan.
“Nos arrojan piedras. Todos recibimos pedradas y puñetes en los operativos”, señala el director de esa repartición.
“Es peligroso enfrentarse a ellos porque nos superan en número, y aunque portamos armas, tenemos que replegarnos”, manifiesta, a su vez, Andrés Abasto Pardo, responsable de la ABT en el puesto fijo de Urujara.
Los policías forestales salen a los caminos de herradura, alertados a veces por Umopar. “Los esperamos (a los camiones) a la salida para pedir los papeles o en el camino que va a Alto Lima y allí los atrapamos”, afirma Viscarra.
Las inspecciones se realizan siguiendo su plan de operaciones, para lo cual no cuentan con ropa adecuada para el clima que reina en la Cumbre. “Nos abrigamos como podemos y combatimos el frío con coca y cigarrillo en la oscuridad de la noche”, relata Alí. Este trabajo exige permanecer al aire libre por las noches, en las que la temperatura registra medidas bajo cero.
En temporada de lluvias, reduce el flujo de camiones por lo accidentado de las vías, aunque los traficantes no tienen reparos en contratar tractores para arreglarlas y poder circular, según afirma Viscarra.
Animales silvestres protegidos
En 2010, se intensificó el control del uso y tráfico de animales silvestres, en ferias como la 16 de Julio en El Alto y en entradas folklóricas, como la Universitaria.
En esa función el año pasado sólo en La Paz decomisaron 3.052 animales protegidos por el CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) el año pasado.
En una inspección en mercados, rescataron animales vivos y otros disecados. Según Viscarra, es frecuente hallar huevos y crías disecadas de lagartos y de tortugas.
Otro ejemplo del uniformado es que en un operativo por mercados decomisaron 256 lagartijas de cuatro especies, 60 aves de las que 35 eran pericos, además de parabas y loros de frente roja y caimanes.
8.340
kilos pesaban dos cajas llenas de mariposas disecadas halladas en Correos de Bolivia.
Entre los animales disecados, en una veterinaria decomisaron 12 cráneos de osos, tapires, murciélagos, dos gaviotas y algunos insectos. En entradas folklóricas es frecuente decomisar caparazones de quirquinchos en charangos o matracas; además de plumas de flamencos y de avestruces.
Esta labor la realizan en coordinación con el Viceministerio de Biodiversidad, las gobernaciones y las intendencias municipales, así como con ONG como APLAB y Animales SOS. En reiteradas oportunidades la directora de esta última organización, Susana del Carpio, ponderó el trabajo de los policías ambientales.
Apuntes del trabajo de Pofoma
# Vestuario Los efectivos de Pofoma no cuentan con ropa adecuada para el clima frío.
# Equipo Los policías forestales necesitan chalecos antibalas para enfrentarse a los traficantes de madera.
# Formación Sus efectivos son capacitados en temas ambientales por el Viceministerio de Biodiversidad, ABT y ONG como Animales SOS, entre otros.
# Normas Su trabajo se enmarca en las leyes 1333 de Medio Ambiente y 1700 Forestal, además del CITES.
# CITES Es un acuerdo entre gobiernos que vela porque el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no sea una amenaza para su supervivencia.
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