Sin embargo, nuestra raza no durará para siempre, solo algunas especies sobrevivirán a los cambios del planeta y según los evolucionistas no tenemos las características necesarias.
Los biólogos evolucionistas han estudiado detalladamente cuáles son las especies que se adaptan mejor a distintos ambientes y cuáles son los organismos que han desaparecido.
Según los expertos el tamaño del cerebro es un factor importante para determinar la sobrevivencia de una especie, sin embargo, el tamaño del cuerpo tiene que ser menor que el de la cabeza, con lo que se nos descarta inmediatamente del grupo que se salvará de la extinción.
Esta hipótesis es sostenida por el biólogo Eric Abelson de la Universidad de Stanford, quien estudiaba la influencia del tamaño del cerebro en el éxito evolutivo, encontrándose con varias sorpresas cuando indagó entre diferentes animales de ahora y otros extintos.
Lo que Abelson hizo fue medir la curva existente entre el tamaño del cerebro y del cuerpo de 229 especies carnívoras del pasado y el presente de los últimos 40 millones de años.
Las 147 especies que no se extinguieron, o que se extinguieron más recientemente, mostraron las siguientes características: pesaban menos de 10 kilos y tenían cerebros grandes en comparación a su tamaño corporal.
Sin duda que el tamaño del cerebro está muy relacionado con la inteligencia y por ende influye positivamente en la supervivencia de un animal, pero según el estudio de Abelson, el tamaño y peso influye negativamente en la duración de la especie, ya que se requiere más espacio y comida; se reproducen más tarde y les cuesta más adaptarse a los cambios del ambiente.
Por algo las ratas llevan millones de años en el planeta y no están ni cerca de extinguirse; son pequeñas, tienen un cerebro considerable y se reproducen a muy temprana edad y en grandes cantidades.
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