El Ártico se derrite. A principios del recién pasado mes de julio una gigantesca masa de hielo de 40 kilómetros de diámetro, se desprendió de Groenlandia que en esta fecha presenta un inusual panorama de deshielo total de su territorio.
La desaparición de la capa de hielo se produce mucho más rápido de lo que los expertos predijeron y la explicación es que el denominado cambio climático o efecto invernadero aceleró el proceso dejando una nueva ruta naviera libre entre el océano Atlántico y el Pacífico.
De acuerdo a los científicos que comenzaron a monitorear esa región del planeta a través de los satélites, es probable que en cuatro años más el Ártico ya no tenga hielo durante los meses de verano.
Este fenómeno, a su vez provocará que la capa de hielo que cubre Groenlandia se derrita completamente lo que ocasionaría la elevación del nivel del mar en unos seis metros.
A este panorama se une ahora, la decisión de las grandes empresas transnacionales que están a la espera de ingresar a este territorio para explotar sus riquezas en hidrocarburos y minerales, lo que convertiría al Ártico en un territorio devastado afectando de forma radical a las poblaciones de osos y de ballenas que allí encuentran su hábitat natural.
Esto no importa a las empresas que quieren saciar su afán de continuar depredando el planeta. A esta nueva explotación se le ha dado en llamar la fiebre del oro del siglo XXI que algunos movimientos sociales quieren frenar a través de una campaña planetaria que tiene el objetivo de evitar el ingreso de una transnacional petrolera a esta región del planeta.
La idea es loable desde todo punto de vista y necesita del apoyo de la mayor cantidad de personas posible.
No se debe olvidar que en nuestro país los glaciares comienzan a desaparecer. Es el caso del nevado Chacaltaya de La Paz donde se encontraba la pista de esquí más alta del mundo que hoy día es sólo un recuerdo y el nevado una inmensa roca fría y desértica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario