Luego de casi un año de planificación, ejecución y pruebas, el proyecto piloto biodigestor biol-biogás, puesto en marcha por oficiales y soldados del regimiento Murillo, está listo para producir seis horas de gas que servirá de combustible para las cuatro hornillas de la cocina del cuartel.
El Tcnl. DEM Antonio Arandia, principal gestor del proyecto, recuerda que empezaron el 15 de agosto del 2010 con el objetivo de obtener energía renovable y un fertilizante natural, reducir la contaminación ambiental mediante el tratamiento de aguas servidas o negras, ahorrar en la compra de garrafas de gas licuado y garantizar la higiene y salud de los jóvenes que cumplen su servicio militar. “Nosotros, como la mayoría de los habitantes de la población, cocinábamos a leña, lo que producía mucha contaminación, porque una garrafa cuesta entre 60 y 70 bolivianos, pero actualmente, lo hacemos gracias al gas que proviene de los residuos de los 270 soldados que albergamos”.
El uniformado explica que el proyecto se inició con la evaluación de las opciones tecnológicas existentes para reducir la contaminación generada por estos residuos. En esta tarea que intervino la Cooperación Técnica Alemana (GTZ), a través de un estudio y asesoramiento técnico.
Luego, fue diseñado, construido e instalado un biodigestor (contenedor o depósito cerrado, hermético e impermeable, dentro del que, se deposita la materia orgánica). Así también, reservorios de biogás y depósitos de biol (bioabono fertilizante líquido, que separado en su fase sólida es conocido como biosol y en su fase líquida como biol). Ambos componentes tienen extraordinarias cualidades agronómicas, beneficiosas para los cultivos.
“En el caso del biol, estamos en la tercera fase de implementación. Los especialistas de la GTZ determinarán si no existen patógenos (que producen enfermedades), porque con el tiempo se podrían reactivar. De no ser así, nos autorizarán para utilizar los fertilizantes en nuestros cultivos y con eso se incrementará la productividad de maíz, plátano y varias verduras”, adelanta.
PROYECTO. El regimiento se encuentra en la primera sección de la provincia Franz Tamayo de La Paz, región que goza de una temperatura subtropical, que oscila entre 28 y 38 grados. El cuartel dispone de agua todo el año y cuenta con dos baterías de baño (cada una de 37 inodoros). Alberga a 270 soldados, 50 instructores y cuenta con una carga diaria de tres panzas de rumen (órganos que anteceden al abomaso: estómago glandular) que provienen del matadero.
En el lugar fue construido un biodigestor (de ladrillo y cemento) en forma de una zanja, con las medidas adecuadas para albergar un volumen líquido de 68,24 m3. El sistema se divide en tres pozos, y el del medio en dos secciones paralelas.
Cada día, el biodigestor se recarga con 250 kg de estiércol (160 kg de humano y 90 kg de rumen) junto con 1.600 litros de agua de las letrinas.
Las cargas producen 11,15 m3 de biogás, combustible suficiente para encender cuatro hornillas durante seis horas al día. “Los soldados cocinan el desayuno y el almuerzo sin ningún tipo de olor”, indica Arandia.
Añade que por esos resultados, se está considerando implementar el proyecto en otros puestos militares y en poblaciones alejadas, donde no existen caminos ni vías de comunicación y no llega el gas licuado. “Estamos coordinando con el Viceministerio de Agricultura y las gobernaciones para hacer posible nuestras proyecciones”, detalla.
Informa que el biol se comercializará y empleará en la producción agrícola a nivel regional, departamental y nacional, con convenios que generen recursos para la institución.
Detalle de inversión
El uniformado informa que la inversión total que demandó el proyecto fue de Bs 16.555. “La GTZ nos dirigió en el aspecto técnico y nosotros pusimos la mano de obra y todo el material”, dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario