La muerte de miles de peces y decenas de aves en Alalay, a mediados de marzo, corroboró el problema de contaminación que sufre este espejo de agua desde hace varios años.
Los ambientalistas calificaron de trágica la situación y las autoridades de la Alcaldía de Cochabamba aseguraron a este medio, el 13 de marzo, que la laguna estaba en vías de extinción, “pero nuestro deber es rescatarla”.
Para salvar a la laguna Alalay se deben implementar medidas drásticas y no simples paliativos como se lo hace en la actualidad, afirmó el presidente del Foro Cochabambino sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Focomade), John Zambrana.
Los elevados niveles de contaminación se deben a que a este espejo de agua ingresan aguas de alcantarillado, mediante conexiones clandestinas, y residuos industriales de fábricas de jeans y de otro tipo asentadas en las serranías aledañas.
“En años anteriores se determinó que hay conexiones clandestinas de alcantarillado al desagüe pluvial, de algunas industrias y viviendas. Estas aguas contaminadas ingresan a la laguna”.
El problema se agudizó porque en Alalay se van acumulando contaminantes, debido a que en los últimos años no sale agua de la laguna y todo lo que ingresa se almacena, las sustancias tóxicas se
acumulan.
LA PROPUESTA
Zambrana afirmó que la primera medida que se debería asumir es cortar todos los ingresos de contaminantes a Alalay e implementar un mejor sistema de tratamiento y limpieza de las aguas para garantizar la vida de la laguna.
Afirmó que los trabajos que se realizan actualmente en Alalay son paliativos, por lo tanto no van a tener efectos positivos por el volumen de agua.
Una de las tareas es, por ejemplo, bombear el agua de Alalay a una piscina de filtración para devolverla a la laguna.
El agua que se bombea a la piscina es insignificante si se compara con el volumen que contiene la laguna (1.5 millones de metros cúbicos).
El trabajo que se hace, según Zambrana, no significa una solución ni inmediata ni a largo plazo, por lo que recomienda, para la descontaminación, implementar proyectos desde el ingreso de las aguas del río Rocha.
La idea es implementar un sedimentador para un tratamiento primario y así poder retener algunos contaminantes primarios.
En el túnel de El Abra, por donde recorre el agua, se podría aplicar un segundo tratamiento con el sistema de plantas acuáticas, los humedales y luego pasaría a un desarenador.
Un tercer tratamiento podría darse con un canal perimetral, junto al desarenador, que se conecte con los sectores sur y norte, que permitiría la sedimentación y descontaminación.
Este mismo sistema se podría aplicar en la parte sur, con la implementación de canales y humedales, de manera que las aguas que ingresen por rebalses o canales pluviales tengan una mejor calidad.
La Fundación Swisscontact tiene un proyecto para implementar plantas pilotos de tratamiento para domicilios e industrias que podrían ser usadas en los barrios colindantes a la laguna.
La responsable de la oficina de Swisscontact, Carola Ortuño Rojas, afirmó que una vez que logren validar la tecnología que están implementando podría servir para apoyar a la industria del jean y del cuero.
REDUCCIÓN
Zambrana advirtió que la extensión de la laguna Alalay se ha reducido significativamente en los últimos 15 años.
Un último informe señala que el espejo de agua se redujo de 243 hectáreas, que tenía en 2001, a 182 en la presente gestión.
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