En todo el mundo, la protección fundamental de los bosques y los agronegocios parecen dos actividades imposibles de conciliar.
Durante los últimos 25 años, el planeta perdió 1,3 millones de kilómetros cuadrados de bosques, un área mayor que toda Sudáfrica, un gran porcentaje de esta zona a ser destinada a campos de cultivo, destaca El País.
Pero, ¿es posible aprovechar la riqueza de los bosques a gran escala y, al mismo tiempo, promover su conservación cuando hay que aumentar la producción de alimentos ante el crecimiento de la población?
Ya se están dando algunos pasos en esta dirección. Por ejemplo, la Coalición Brasil Clima, Bosques y Agricultura, que ya reúne a cerca de 120 participantes (entre las grandes empresas, instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales), es una de ellas.
De acuerdo con Roberto Waack, presidente de la empresa Amata (gestión sostenible de los bosques) y uno de los fundadores de la Coalición, las técnicas y tecnologías modernas hacen que sea posible combinar la conservación y la producción, y pocos países son capaces de hacer esto mejor que Brasil.
"Los países que logran conciliar la producción de alimentos, la energía y otros bienes con la silvicultura tienen una enorme ventaja comparativa en este nuevo escenario que se está desarrollando, la producción de materias primas de bajo carbono”, dijo Waack a El País.
Agricultura de bajo carbono
La coexistencia entre bosques y cultivos se puede hacer de dos maneras. "Una de ellas es combinar el ingreso proveniente de granos o ganado con los procedentes de un bosque bien gestionado. Esto añade a lo que sucede dentro de la granja una nueva cartera de productos (gestión sostenible de la madera, por ejemplo)”, aseguró Waack.
La otra posibilidad son los llamados "agrobosques”, donde productos como el café, el cacao y las frutas se plantan a la sombra de los árboles.
Esta modalidad genera artículos de mejor calidad y características más deseables por los consumidores, tales como el sabor y la concentración de aquellos ingredientes activos.
Fundada en diciembre de 2014, la Coalición pasó el primer año organizándose para participar en la Cumbre del Clima en París (COP 21), y en 2016 se dirigirá a acciones más prácticas.
Las entidades participantes se dividen en grupos de trabajo sobre temas tales como el Código Forestal de Brasil, la economía de los bosques tropicales, la agricultura con mecanismos de bajas emisiones de carbono y valoración de carbono, entre otros relacionados con el tema.
En su caso, los propios miembros se comprometen a poner en práctica las actividades decididas por los grupos.
Poblaciones indígenas
En un evento del Banco Mundial esta semana sobre Proteger los bosques: Por qué las inversiones forestales son el próximo gran objetivo, también se destacó el papel de los bosques para la superación de la pobreza, ya que 1.300 millones de personas obtienen de ellos su sustento.
Muchos pertenecen a comunidades indígenas, que se consideran básicas y esenciales para la conservación y gestión sostenible de los bosques.
La líder indígena y doctora nicaragüense Myrna Kay Cunningham recordó que en todo el mundo la presión de las ONG y las naciones indígenas en las últimas décadas permitió aumentar en un 50% el área de bosque reconocida como propiedad de las comunidades.
"América Latina y el Caribe, donde los indígenas controlan el 40% de los bosques, es la región con los mayores avances”, dijo y agregó que todavía hay muchos obstáculos que superar.
Objetivo: eliminar la deforestación
Para la ambientalista Myrna Kay, acuerdos como los de la COP 21 para frenar el calentamiento global y los programas de reducción de emisiones por deforestación y degradación de los bosques (más conocido como REDD +) ayudan al mundo a reconocer que la seguridad jurídica del territorio indígena es importante para evitar conflictos, reducir la deforestación y hacer frente a las crisis alimentarias y climáticas.
"Estos acuerdos tienen que hacerse de manera participativa con todos los interesados, para garantizar los derechos y el fortalecimiento de los procesos descentralizados de manejo forestal”, enfatizó a Folha de Sao Paulo.
El trabajo con los pueblos indígenas y las pequeñas comunidades es otra de las innovaciones introducidas por la Coalición Brasil Clima, Bosques y Agricultura en un país donde hay conflictos frecuentes entre estos grupos y la agroindustria.
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