Los planes para construir una enorme presa hidroeléctrica en la tierra de dos tribus únicas en Guyana podrían provocar la destrucción de un pueblo extraordinario y de grandes extensiones de selva tropical, según se desprende de un nuevo informe.
El documento ¿Excavado, secado o inundado?, escrito por el antropólogo Audrey Butt Colson y publicado por Survival International, revela que el Gobierno de Guyana pretende continuar con la construcción de una o más presas en el curso superior del río Mazaruni, lo que inundaría por completo al pueblo indígena de los akawaios y a una comunidad arekuna.
El Gobierno de Guyana ha rodeado el proyecto de un gran secretismo. En la década de los 70 fue inicialmente descartado al retirarse los financiadores (el Banco Mundial entre otros) tras una campaña de los akawaios y Survival International.
El Gobierno no ha conseguido el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas, tal y como establece el derecho internacional, y estos han expresado su total oposición al proyecto. La presa convertiría a los akawaios y a los arekunas en refugiados y destruiría para siempre un área conocida por su belleza paisajística, su biodiversidad y el interés científico que despierta. Gracias a la novela “El mundo perdido” de Arthur Conan Doyle, la región se hizo famosa.
Las comunidades del Alto Mazaruni declararon en un comunicado: “Nuestros abuelos no aceptaron el proyecto hidroeléctrico en el pasado, sus nietos compartimos la posición de nuestros abuelos y decimos NO al ‘Proyecto Kurupung’ [antes conocido como la presa de Alto Mazaruni]”.
Vista de la presa del Alto Mazaruni. A excepción de las zonas más altas, lo demás quedará inundado.
Vista de la presa del Alto Mazaruni. A excepción de las zonas más altas, lo demás quedará inundado. | Foto Audrey Butt Colson
Jean La Rose, de la Asociación de Pueblos Amerindios declaró: “Entendemos que el país necesita desarrollarse en un mundo que está cambiando, pero ello no debe hacerse a expensas de nuestras vidas como pueblo. La tierra es la fuente de vida que nos sustenta y que tendrá que sustentar a las generaciones futuras. Nuestra distinta cultura, historia e identidad como los primeros pueblos de esta nación, que dependemos de nuestro medio ambiente para sobrevivir, deben respetarse. Los principios de consentimiento libre, previo e informado deben cumplirse en todos los niveles por el estado ante cualquier proyecto o programa que tenga impactos económicos y culturales sobre nosotros como pueblos indígenas”.
Los akawaios han expresado: “Esta tierra nos mantiene unidos a sus montañas; hemos llegado a comprender que no somos solo unas pocas personas o comunidades separadas, sino un pueblo que pertenece a su tierra natal”.
Es probable que las empresas de construcción brasileñas involucradas en la polémica presa de Belo Monte pujen por construir esta presa también, que proporcionaría energía para las industrias mineras de Guyana y Brasil.
La Amazonia guyanesa
- Los akawaios y los arekunas suman unos 10.000 habitantes (estimación conservadora) y han vivido en la selva de las montañas Pakaraima de Guyana, cerca del monte de Roraima, desde tiempos inmemoriales. Cultivan huertos en los que plantan frutas y verduras, y pescan en el río Mazaruni y sus afluentes. Se hacen llamar colectivamente a’murugok o “el pueblo de las cabeceras de los ríos”.
- Las montañas de Pakaraima y los pastizales adyacentes de Guyana, Brasil y Venezuela son la parte más alta del escudo Guayanés, y contienen las fuentes de los ríos que desembocan en el Amazonas, Esequibo y Orinoco, los tres grandes ríos del norte de Sudamérica. La región es conocida por ser una de las zonas del mundo con mayor biodiversidad y de las más sensibles climáticamente. El Gobierno de Guyana está designando el área para la minería y una serie de proyectos hidroenergéticos.
La resistencia de los akawaios
Los akawaios llevan muchos años instando al Gobierno de Guyana a que reconozca sus derechos territoriales colectivos, mientras un número creciente de buscadores de oro guyanos y brasileños invaden su tierra. En 1998 llevaron el caso ante el Tribunal Supremo de Guyana, pero quince años después, y tras muchos aplazamientos y retrasos, el tribunal sigue sin llegar a una conclusión.
El director de Survival International, Stephen Corry, dijo hoy: “Guyana está utilizando su ‘Estrategia de Desarrollo Bajo en Carbono’ como una carta de presentación, pero esto no justifica la desposesión cruel de la selva en la que viven estos pueblos indígenas. Esta tierra pertenece a los akawaios y a sus vecinos arekunas. El proyecto no es ‘progreso’: sino simple y llanamente un robo. La historia muestra que cuando a los pueblos indígenas se les usurpa su tierra se les deja en la indigencia, si es que sobreviven. No se equivoquen: este proyecto destruirá a los akawaios”.
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