El acero es uno de los metales más utilizados y reciclados en el mundo. Si se sustituyera el hierro por chatarra se podría ahorrar hasta 76% de la energía utilizada normalmente
Más allá de los beneficios económicos (que son muchísimos) generados al aprovechar los recursos de reutilización, el impacto ambiental al reducir basura de este tipo es mucho menor.
Según estadísticas del IISI (International Iron and Steel Institute), el acero es el material más reciclado del planeta: aproximadamente 34 % se reutiliza.
No solamente los productos de este material se reciclan, también los residuos sólidos se procesan para poder recuperar otros metales, como el zinc. Además, millones de toneladas de hierro y de acero son retiradas del flujo de residuos, debido a las características magnéticas del mismo, haciendo más fácil su separación.
Por cada tonelada de acero usado reciclado, se ahorra una tonelada y media de mineral de hierro y unos 500 kilogramos del carbón que se emplea para hacer el coque siderúrgico, que es el combustible utilizado en la fabricación de este metal, el consumo de energía disminuye en un 70 % y el uso del agua, otro recurso natural se reduce en un 40 %.
Existen empresas en todo el mundo dedicadas al reciclaje del acero. Un ejemplo es Gerdau, dedicada al suministro de la industria automotriz y procesamiento de dicho material. Mientras que el promedio mundial de utilización de chatarra como materia prima es de solamente 30 %, empresas como Gerdau utilizan más del 75 % de chatarra ferrosa.
Las materias primas para la obtención del acero son el hierro, la piedra caliza y el carbón y la sustitución del hierro por chatarra puede ahorrar hasta el 76 % de la energía utilizada normalmente.
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