Sonia Valera de Lazzo nos enseña una nueva forma de reducir la contaminación que generan las bolsas plásticas, a través de una especie de encapsulamiento en botellas PET.
Explicó de qué manera se puede encapsular las bolsas plásticas para evitar que se esparzan en las calles, señaló que se debe introducir a una botella PET la mayor cantidad de bolsas, luego cerrar la botella.
Indicó que esta es una nueva alternativa de reciclar y evitar que se contamine el ambiente con bolsas plásticas, ya que de esta forma se evita que estén botadas en las calles causando un mal aspecto en la ciudad y contribuyendo a la contaminación ambiental, más aún cuando las bolsas plásticas tardan en desintegrarse entre 100 a 500 años.
Manifestó que además las botellas plásticas que se utilizan para encapsular las bolsas, pueden ser usadas de diferentes formas; un ejemplo como vereda de los jardines u otros adornos.
Mencionó que si observamos la ciudad en diferentes sectores existen centenas de bolsas plásticas que están dispersas en las calles, pues una gran parte de la población utiliza estas bolsas y la desecha sin el mayor cuidado con el medio ambiente.
Aunque las bolsas plásticas parezcan inofensivas, tiene un impacto ambiental negativo en el ecosistema porque es uno de los materiales que más tarde en desintegrarse, y mientras tanto no permite la normal oxigenación del planeta.
En la década de los 70 se introdujeron al mercado las bolsas plásticas y rápidamente se volvieron populares, especialmente porque su distribución era gratuita en los diferentes puestos de venta.
Las bolsas de plástico pueden estar hechas de polietileno de baja densidad, polietileno lineal, polietileno de alta densidad o de polipropileno, polímeros de plástico no biodegradable, con espesor variable entre 18 y 30 micrómetros.
Anualmente, circulan en todo el mundo entre 500 mil millones y un billón de estos objetos.
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