El impacto del cambio climático en la calidad del suelo y el agua afecta a la seguridad alimentaria y a la calidad del aire, además de favorecer el brote y expansión de algunas enfermedades, destacaron expertos durante una presentación en la Asamblea de la Unión Europea de Geociencias hoy (ayer) en Viena.
"El suelo no es algo en lo que piensa la gente cuando se habla de asuntos de salud, pero casi todos nuestros alimentos vienen del suelo. Y también a través del suelo nos podemos poner en contacto con patógenos y con agentes químicos", explicó a Efe Eric Brevik, de la Dickinson University de EE.UU..
Este experto en Ciencias Ambientales y Agrícolas destacó además que el 40% de las medicinas tienen su origen en el suelo y que esa capa terrestre hace de filtro para el agua de lluvia.
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, se calcula que las temperaturas aumentarán entre 1,1 a 6,4 grados centígrados en el siglo XXI y los patrones de lluvia se verán alterados por ello, lo que a su vez afectará a las propiedades del suelo.
La calidad y composición del suelo están estrechamente vinculadas al clima a través del carbono, el nitrógeno y los ciclos hidrológicos, y cualquier cambio puede romper ese delicado equilibrio.
Brevik destacó que el incremento de las temperaturas aumentará la erosión y el polvo en el aire que, al poder llevar "patógenos y agentes químicos que pueden ser respirados", supone un problema para la salud.
"El clima va a cambiar el suelo, básicamente lo va a hacer más cálido. Así que puede haber más posibilidades de que crezcan más microorganismos" dañinos para el ser humano y que pueden ser transmitidos de múltiples formas.
Como ejemplo, Lynn Burgess, también de la Dickinson University, presentó un estudio sobre la expansión del brote de meningitis fúngica a finales de 2012 en EE.UU., con más de 500 casos, 30 de ellos mortales, y que está vinculado con un hongo que se encuentra en la tierra.
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