viernes, 21 de diciembre de 2012

Biotecnología es una herramienta que adecúa cultivos al cambio climático


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Dada la preocupación de los agricultores de seguir produciendo, con el fin de aportar a la seguridad y soberanía alimentaria de los bolivianos, han visto por conveniente, el uso de la biotecnología como una herramienta para adecuar cultivos resistentes a los cambios climáticos, que en este milenio, vienen afectando debido al calentamiento global del planeta que hace que aparezcan en los sembradíos plagas y enfermedades que merman el rendimiento de la producción agrícola, en nuestro país y en el mundo.

Por ello, muchos productores han incursionado a través de investigaciones científicas, a través de la biotecnología, como el Ing. Marín Condori, quien contó de su experiencia y como investigador está preocupado en el futuro de la producción agrícola de aquí a 5 a 30 años, porque siempre hay que pensar en el de venir, en casos como el cultivo de soya y otros que aporten a la seguridad alimentaria.

Este profesional, quien trabajo desde hace varios años en el sector oleaginoso resaltó que pueden gracias a la investigación científica se pueden encontrar muchas respuestas o alternativas para formular políticas de estado que contribuyan a la producción, aunque a veces se carece de recursos humanos y económicos para llevar adelante esta misión y solo con un poco de esfuerzo está al alcance de los bolivianos. “De repente no es la solución la soya” como uno de los rubros más importante, y haya otras alternativas, pero eso habría que investigarlo, señaló.

Se refirió a la posición oficial, que niega la aprobación oficial de la siembra de maíz transgénico en nuestro país, pero hay una contradicción en ello dijo, porque por un lado se prohibe, “pero será que estamos convencidos de que el gobierno está preocupado por nuestra salud, y si fuera así porque permite la importación de maíz transgénico y otros alimentos y fármacos con estas características?, dónde está la escencia del problema?.

Porqué así esta determinación es ambigua, “porque resulta que, decimos una cosa y hacemos otra” y sí es así ¿pórque no se deja de consumir alimentos transgénicos?”, argumentó. Prueba de ello es que todavía seguimos importando maíz transgénico de la Argentina para cubrir el déficit, en esta gestión, aunque estamos en condiciones de abastecer la demanda interna.

Conn el uso biotecnología se puede aumentar el rendimiento en las plantaciones, de 2.5 a 3 TM por hectárea, sostuvo.

Además es posible encontrar una variedad de genes tolerantes en los cultivos resistentes a plagas y enfermedades, pero cabe hacer notar que hay un uso indiscriminado de productos transgénicos que ingresan a Bolivia porque no hay control, sin embargo se quiere prohibir y a la vez se permite la importación indiscriminada de alimentos transgénicos que se consumen en el mercado sin control.

Debido al cambio climático debería haber mucho más investigaciones en las plantas, a fin conocer más genes resistentes a los diversos cambios del clima, como los genes con tolerancia a la sequía, a la salinidad, a las inundaciones, alimento fortificado y otros. Resalto que, tal vez apenas conocemos menos, del 2% en alimentos de esta índole, pero no se conoce en fármacos, en salud ó biofortificados, el uso de los mismos.

Las zonas de Santa Cruz, no son resistentes a la sequía, y con base científica, se puede usar la biotecnología, a fin de frenar el crecimiento de la frontera agrícola y aumentar el rendimiento.

Al referirse a la prohibición del uso de transgénicos en nuestro país, Condori señaló que todavía no se ha reglamentado la Ley de la Madre Tierra y que sería importante que los productores encuentren consensos con el Estado para que ello no afecte a la seguridad alimentari.

La inestabilidad en los precios hace que disminuya la producción en el campo, en el año 2010 se logró cubrir la demanda de maíz, pero por falta de semilla y lluvia, hay una total incertidumbre y ello obliga se obligó a importar maíz transgénico. En Bolivia casi un 90%del total de la producción es transgénico, al igual que en, Uruguay, Argentina y Brasil.

Marcelo traverso, de APIA, dijo que es importante informar sobre este tema, porque la gente de a pie no sabe que es la transgenesis y es bueno conocer las experiencias de los agricultores. Resalto, que un 20% de los alimentos que consumimos es transgénca, porque alimentos como el aceite, carne, huevo, pollo, toda la soya y sus derivados tienen estas características y si se prohibe el uso de alimentos con estas características se podría afectar a la seguridad y soberanía alimentaria.

La biotecnología es una herramienta para la producción y si la usamos bien nos irá mejor, dijo Diego Vilaplana, Director de APIA, porque La ley de la Madre Tierra, se refiere al uso de la biotecnología, aunque falta reglamentarla. Esto también se menciona en la Constitución Política del Estado.

Enzo Benech, Subsecretario de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio del Uruguay, explicó que en su país se tiene un marco regulatorio de transgénicos y que se controla el ingreso a su país de alimentos genéticamente modificados. Destacó que gracias al uso de la biotecnología, se subió a 1 millón de hectáreas.

Al referirse al tema, Edilberto Osinaga de la Cámara Agropecuaria del Oriente, dijo que hay contradicciones en cuanto se refiere a la La Ley de la Madre Tierra con relación a la biotecnología, “porque es una ley política más que técnica y lo que esperan es debatir”, para arribar a conclusiones que favorezcan al sector y a la seguridad y soberanía alimentaria. Destacó que hace mucho que importamos alimentos transgéncicos en base a soya y maíz del exterior con valor agregado, sin control y los productores no tienen alternativas para producir.

Osinaga, destacó que sino introducimos el cultivo del maíz transgénico, ya sea mediante la producción o la importación, se pone en riesgo el alimento para aves y el ganado que se alimenta en base a soya y maíz. Destacó que a este paso y por la situación mundial y la demanda de alimentos, ya se debería pensar en el uso de la biotecnología y transgénicos en el cultivo de algodón y en arroz, pero no así en cultivos de origen nativo, como la papa, quinua y otros cultivos andinos.

El 35% del país trabaja con el agro, porque de dejar de producir alimentos transgénicos, tendríamos que importar, aceite, harina, torta de soya, para el sector pecuario y miles de personas quedarían sin empleo, porque esta actividad genera movimiento económico en toda la cadena productiva de la producción agropecuaria a nivel local y nacional.

Finamente, Rolando Zabala de Anapo, dijo que hace ocho años hubo un programa de soya orgánica que tuvo problemas, por incidencia de la roya y no dio utilidad al agricultor en la cosecha.

Dicha información fue proporcionada durante el Foro: “Biotecnología para una agricultura sostenible e inclusiva”, organizado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior, la Asociación de Proveedores de Insumos Agropecuarios, la Confederación Agropecuaria Nacional (CONFEAGRO) y la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO).

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