El negocio de la chatarra que comenzó hace 10 años ha ido creciendo, generando empleos y mejores ganancias que al principio.
“Cuando comenzamos hace 10 años se pagaba 50 bolivianos por tonelada, hoy cuesta 50 dólares”, explicó Silvia Yucra, administradora de la chatarrería San Miguel.
Autos viejos, cocinas en desuso, fierros retorcidos y heladeras, son algunos de los objetos en desuso adquieren valor en este lugar y que genera empleo incluso en las provincias.
“Tenemos más de 50 proveedores, vienen incluso desde las provincias“, explicó Yucra.
La empresa exporta mensualmente este material hasta Perú, donde se reciclan en fundidoras gigantes y es transformado en planchas y fierros de todo tipo.
“Exportamos unas 250 toneladas al mes, en épocas se alcanzan las 500 toneladas”, finalizó Yucra.
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