jueves, 16 de febrero de 2012

La desertificación amenaza a El Choré

La temperatura ambiente va en aumento, eso dificulta la condensación del agua y por tanto cada vez hay menos lluvias en las zonas productivas. La deforestación de algunas reservas naturales que provoca erosión eólica, sumada al mal manejo de los suelos por parte de los agricultores, está provocando una desertificación que obliga a los productores a abandonar las tierras.

Estos elementos, llevan al especialista en suelos, Edward Peña, a afirmar que cada vez existe un mayor empobrecimiento de las tierras, por lo tanto hay bajos rendimientos y los campesinos se ven obligados a migrar.

Procesos de producción. La desertificación es un proceso de erosión que puede ser hídrica o eólica. En la zona sur del departamento, específicamente en Las Brechas, área manejada por los menonitas, practican un tipo de agricultura denominada "labranza convencional" que consiste en el uso del disco, la rastra con clavo, el arado y cosechan de manera extractiva. "Es decir que arrancan los cultivos con raíz para alimento de su ganado, y no le están devolviendo al suelo el rastrojo para su reciclaje y para que se mantenga la materia orgánica, con ello el suelo queda totalmente destruido porque no se practica la siembra directa", explicó Peña.

Estos suelos, también se erosionan porque no existen cortinas rompevientos y porque hay una deforestación, de manera que los fuertes vientos producen la erosión eólicas que arrastra las partículas finas y las acarreada a otras zonas, donde las partículas gruesas de arena forman dunas, lo que hace imposible el cultivo. Incluso no brota ni malezas en las partes afectadas.

También existe, según Peña, una pobreza física por la compactación de estos suelos, la remoción que se realiza en los primeros 10 centímetros se convierte en una capa compacta que impide la penetración del agua. De esta manera es que las lluvias ya no abastecen, porque las aguas se escurren y los cultivos tienen bajos rendimientos.

Las reservas forestales, en ese sentido, regulan las temperaturas, mejoran los niveles de filtración de agua en la zona y los acuíferos subterráneos.

El Choré. Según datos de la unidad de Medio Ambiente de la Gobernación, El Choré es un bosque cuya ubicación geográfica determina con mucha preponderancia, la situación climatológica de todo el norte integrado de Santa Cruz y de la ciudad capital, porque es el freno natural a los vientos del noroeste. Es el regulador del clima y de la lluvia, y al mismo tiempo es el lugar donde se encuentran los principales sumideros de agua dulce de los cuales se nutren los acueductos de Santa Cruz.

Sin embargo, esta zona está siendo avasallada y hay unos 25 mil campesinos interculturales (más conocidos como colonos) que están asentados en gran parte de la reserva. Estas personas conforman más de 100 sindicatos, de acuerdo a las autoridades de la Gobernación en un levantamiento de datos realizado en esa zona.

De acuerdo a ese informe también se han detectado plantaciones de coca, cuando la vocación de estas tierras no es agrícola ni pecuaria, sino forestal.

En 10 años El Choré puede desaparecer. Con esta aseveración Eber Menacho, director de Recursos Naturales de la Gobernación cruceña, concluyó que actualmente existen consecuencias irreversibles al medio ambiente.

Por lo tanto, las acciones para "salvar El Choré" deben ser inmediatas porque la deforestación paulatina de su plantación que protegía a Santa Cruz, ha causado fuertes lluvias, vientos huracanados, sequía y otros fenómenos naturales que ahora se dan fuera de época.

Fundación Amigos de la Naturaleza. Según los especialistas Daniel Larrea y Saúl Cuéllar, del departamento de Ciencias de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN-Bolivia), las actividades agropecuarias no son recomendables al tratarse de bosques sujetos a inundaciones periódicas y la susceptibilidad de sus suelos a la degradación si éstos son utilizados con estos fines.

A pesar de su reconocida importancia, la reserva ha sufrido pérdida de su cobertura boscosa, según indican los expertos.

Los análisis, dicen Larrea y Cuéllar, sugieren que entre 2000 y 2005 se deforestó cerca de 5.100 hectáreas (lo que significa aproximadamente 0,67% de la superficie total de la reserva) y entre 2005 y 2010 algo más de 14.000 hectáreas (aproximadamente 1,8% de la superficie total).

Esta pérdida de bosque ocurrió principalmente en el sector sur y sobre todo hacia el sureste de la reserva y estaría asociada a la apertura de pequeñas brechas, sendas y, posiblemente, al desarrollo de actividades de agricultura a pequeña escala.

Aunque el porcentaje de deforestación ocurrido en el periodo 2000 y 2010 es aún bajo (2% de la superficie total), la reserva actualmente experimenta una fuerte presión para la conversión de sus bosques hacia usos no forestales que contraponen su propósito de creación.

"Este escenario sugiere que la pérdida de bosque dentro de la reserva podría incrementar drásticamente en los próximos años", aclaró Larrea. En ese sentido, el impacto sobre la dinámica hidrológica de la cuenca del río Mamoré y en la biodiversidad que acogen estos bosques y otros hábitats que acoge la reserva, como cuerpos de agua y humedales, es aún desconocido.

Según la Cámara Forestal de Bolivia, El Choré es la tierra forestal de producción permanente más antigua del país. Se la clasificó como tal debido a la fragilidad de sus suelos. Es decir, porque es una zona muy baja, se anega por lo menos seis meses al año, es de poca fertilidad, no es apta para actividades ganaderas, peor aún agrícolas. La actividad forestal en la zona existe desde hace más de 50 años.

En El Choré llegaron a establecerse de manera absolutamente legal 17 empresas forestales, de las cuales, hasta la fecha, solo queda una.


Especificaciones
Superficie e importancia de El Choré para la ciudad

Características. Ubicada en el municipio de Yapacaní, la Reserva Forestal de Producción El Choré cubre cerca de 780.000 ha. Alrededor del 85-90% de su superficie está cubierta por vegetación boscosa (alrededor de 655.000 ha).

Importancia de el Choré. Estos bosques amazónicos son reconocidos por el volumen de madera que poseen –explicado por las especies de rápido crecimiento que viven en sus hábitats– y por su importancia hidrológica como suministradora de grandes volúmenes de agua al río Mamoré. Aportan a la regulación de temperatura en la ciudad.

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