El árbol del futuro se cultiva en Santa Cruz. Se trata de Paulownia Tomentosa, o Kiri, su nombre popular. Esta especie arbórea está generando gran expectativa a nivel mundial, dado que la misma posee cualidades únicas. En un período de cinco años llega a tener alturas que árboles como el de un roble de 40 años. Incluso la planta ayuda a recuperar terrenos erosionados.
El Jardín Botánico es el lugar donde se están produciendo, aun en forma experimental, los primeros plantines de esta especie. El método usado para la reproducción es la técnica de in vitro.
Lupita Cruz, encargada de Laboratorio Cultivo y Tejido in Vitro, explicó que la planta es originaria de Asia, y que en Bolivia se han hecho algunas pruebas en Cochabamba.
Cruz explicó que una de las particularidades de este árbol es que absorbe hasta 10 veces más dióxido de carbono que una planta normal. Además, “sus raíces que son grandes evitan la erosión, cosas que otras plantas forestales no tienen”.
El árbol Kiri es originario de China y es conocido como árbol Emperatriz. Suele crecer hasta unos 27 metros de altura, con troncos de entre 7 y 20 metros de diámetros. Se caracteriza por sus grandes hojas, que llegan a los 40 centímetros de ancho.
La funcionaria añadió que el parque trabaja en la conservación de especies arbóreas entre orquídeas e híbridos, que suman entre todas entre 60 y 70 especies.
“A todos les damos condiciones físicas y químicas para que estas plantas se desarrollen y conserven porque se están extinguiendo. Lo que hacemos es conservar para luego poder repoblar”, afirmó.
Reynaldo Magne, asistente técnico del Laboratorio del Jardín Botánico, indicó que el proceso de in vitro puede llegar a tomar de seis a ocho meses, y todo el proceso hasta la repoblación puede demorar hasta dos años.
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