Elaborar una base de datos con la taxonomía y distribución de 116 mamíferos de Bolivia fue una tarea titánica asumida por un equipo de cuatro biólogos apasionados por la naturaleza que, durante siete años, realizaron un exhaustivo trabajo de recopilación y sistematización de información sobre diversas especies.
Base de datos de distribución de mamíferos medianos y grandes de Bolivia, una publicación en formato DVD, busca convertirse en una contribución al conocimiento de la comunidad científica y otras personas interesadas en la conservación de la biodiversidad del país, poniendo a disposición datos de registros publicados y no publicados, aportes de investigadores y bases de datos de diversas instituciones bolivianas.
La publicación incluye especies poco conocidas, como el jochi con cola, un roedor nocturno que pesa 15 kilos; o la corzuela parda, una especie de venado que habita en los bosques tropicales más secos de la región sur y central del país; hasta otras más comunes como el jaguar, el tapir amazónico, la vicuña, el perro de monte, el bufeo, el oso hormiguero y el marimono, por nombrar algunos.
“Para planificar y lograr la conservación de la biodiversidad, uno de los principales y más importantes retos es conocer dónde se encuentran las diferentes especies. Pocos países en América Latina han conseguido sintetizar de esta forma los conocimientos existentes sobre la distribución de sus mamíferos”, afirma el biólogo Robert Wallace, autor principal del estudio, quien destaca la colaboración de los científicos que aportaron en este trabajo.
La institución Wildlife Conservation Society (WCS) no sólo impulsó y financió este proyecto, sino que también aportó con dos tercios de los registros recopilados en esta publicación.
A esta información se suman los datos recabados por el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, Armonía, BIOTA, FaunAgua, Alianza Gato Andino, Amazon Conservation Association, Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny y el Centro de Biodiversidad y Genética.
Con estos aportes, la base de datos contiene 31.380 registros de la distribución de 116 especies de mamíferos. Entre ellos se consideran las especies más amenazadas y emblemáticas del país, difundiendo conocimientos significativos de la gran diversidad de nuestra fauna.
Heidy López, una de las autoras, explica que recopilaron registros que datan de 1902 hasta 2012, lo que significó un arduo trabajo en la sistematización de los datos, pues algunas especies tenían más registros que otras.
Es el caso del saki de nariz roja, del que sólo encontraron un registro por ser una nueva especie documentada en Bolivia, mientras que del chancho de tropa reunieron 2.370 registros realizados en diferentes años y por diversas instituciones.
Elaborar la base de datos también les permitió identificar algunos vacíos de información respecto a especies que tienen pocos registros y también áreas geográficas con escasos estudios sobre mamíferos.
“Por ejemplo, encontramos vacíos de información en Sucre y Potosí, y concentraciones de registros al norte de La Paz, Beni, Pando y Santa Cruz. Eso ayuda a ver los lugares donde se pueden hacer estudios para incrementar el conocimiento”, señala Zulia Porcel, otra de las autoras.
Según Wallace, la falta de registros se presenta en especies que escasean en su hábitat y a otras de comportamiento críptico, que sólo salen en la noche y son más difíciles de estudiar. No obstante, considera importante incursionar en nuevas técnicas de estudio, como la cámara-trampa, para realizar nuevas investigaciones.
Justamente de eso se trata este proyecto: de resaltar el muestreo biológico de la fauna silvestre realizado en años anteriores a escala nacional, departamental y municipal, pero también otorgar una herramienta para futuros proyectos.
“El resultado de este estudio es un importante insumo para la realización de investigaciones futuras, dando lugar a la vez a nuevas preguntas sobre la distribución, taxonomía y ecología de estas especies, que son vitales para su conservación”, acota la bióloga Nohelia Mercado, que también participó en la investigación.
Para Marcos Terán, director de la Asociación Boliviana para la Investigación y Conservación de Ecosistemas Andino - Amazónicos, esta base de datos será una ayuda para planificar programas de conservación de especies con datos reales, pero también permitirá un intercambio de información entre investigadores para trabajar con un mismo fin.
Este proyecto, en definitiva, será un aporte en el campo científico, pero también en el ámbito educativo para dar a conocer especies que antes no eran tomadas en cuenta, pero que son parte del ecosistema del país.
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