Si bien la certificación forestal no es un proceso barato, a través de las actividades que impulsa el Consejo Boliviano para la Certificación Forestal Voluntaria, se dan las oportunidades para que más actores del bosque, en el Norte de La Paz, puedan obtenerla y mantenerla recibiendo beneficios y evitando la tala ilegal y de mala calidad que llega en un 70 por ciento a los microempresarios alteños.
“Hay una serie de estándares para la certificacion grupal, de forma que varias comunidades indígenas y campesinas puedan agruparse y obtenerla. Se organizan para certificar varias áreas como una sola. El costo de una es para 10 y pueden abartar costos”, indicó el presidente del Directorio del CFV, Juan Pablo Baldiviezo.
Cortar los árboles con motosierra, en cualquier lugar del bosque, para venderlos a precios del mercado informal afecta a empresarios alteños. Los productores de muebles, a través de la Federación Regional de la Micro y Pequeña Empresa (Fermype) de El Alto, permanentemente denuncian la falta de materia prima de calidad.
La Cámara Forestal de Bolivia promovió un estudio en La Paz que muestra que a pesar de tener 3/4 partes de bosques, el manejo sostenible es ínfimo (fuera de los parque nacionales). Esto provoca que la madera, comercializada en el mercado alteño, tenga un origen ilegal en un 70% y provenga de una fuente no sostenible.
“Estamos trabajando para que estos actores puedan acceder a un precio justo, cuando vengan con todos sus papeles en orden”, aunque se necesita que el comprador tome conciencia de adquirir madera certificada, sostuvo.
Recién las comunidades campesinas e indígenas, TCO y ASL de La Paz, empiezan a conocer el beneficio de ofrecer un producto de calidad certificado, aclaró.
“Hay una serie de estándares para la certificacion grupal, de forma que varias comunidades indígenas y campesinas puedan agruparse y obtenerla. Se organizan para certificar varias áreas como una sola. El costo de una es para 10 y pueden abartar costos”, indicó el presidente del Directorio del CFV, Juan Pablo Baldiviezo.
Cortar los árboles con motosierra, en cualquier lugar del bosque, para venderlos a precios del mercado informal afecta a empresarios alteños. Los productores de muebles, a través de la Federación Regional de la Micro y Pequeña Empresa (Fermype) de El Alto, permanentemente denuncian la falta de materia prima de calidad.
La Cámara Forestal de Bolivia promovió un estudio en La Paz que muestra que a pesar de tener 3/4 partes de bosques, el manejo sostenible es ínfimo (fuera de los parque nacionales). Esto provoca que la madera, comercializada en el mercado alteño, tenga un origen ilegal en un 70% y provenga de una fuente no sostenible.
“Estamos trabajando para que estos actores puedan acceder a un precio justo, cuando vengan con todos sus papeles en orden”, aunque se necesita que el comprador tome conciencia de adquirir madera certificada, sostuvo.
Recién las comunidades campesinas e indígenas, TCO y ASL de La Paz, empiezan a conocer el beneficio de ofrecer un producto de calidad certificado, aclaró.
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