Bolivia recibe beneficios por proteger su riqueza natural, refiere un estudio que este mes publica el Viceministerio del área con la intención de promover acciones y actitudes de la ciudadanía a preservar la riqueza natural con la que cuenta el país.
De acuerdo con el reporte, el Pago por Servicios Ambientales (PSA) que es una compensación financiera por la protección de las cuencas, la conservación de bosques, la captura de carbono y la protección de la biodiversidad, busca revertir la degradación ambiental mediante el cambio de actividades y el uso del suelo.
Este programa es considerado un incentivo extra fiscal que genera un beneficio económico para terceros, es susceptible de provocar el surgimiento de conflictos de intereses. Por ello resulta primordial identificar claramente a los beneficiarios directos con el fin de lograr una redistribución equitativa de los beneficios, no solamente económicos, que generan los servicios ambientales.
En esa línea, el análisis considera que se hace necesario contar con instrumentos específicos sobre los servicios ambientales destinados a desarrollar procedimientos más eficientes para avanzar estratégicamente.
De acuerdo a la Evaluación Ecosistémica del Milenio (EM) los servicios ecosistémicos se clasifican en: 1) Servicios de Aprovisionamiento, que son los que proporciona la misma naturaleza como el agua y el petróleo, entre otros; 2) Servicios de Regulación, o aquellos que se consiguen de procesos como la regulación del clima y la calidad del agua; 3) Servicios de Soporte, aquellos imprescindibles para la generación de otros servicios tales como la producción de oxígeno, reciclaje de nutrientes, etc.; Servicios Culturales, que son los que tienen un valor intangible como la diversidad cultural de los pueblos, el ecoturismo, entre otros.
Un buen ejemplo de servicios ambientales en Bolivia, es el que promueve el Programa Nacional de Cambios Climáticos en el Parque Nacional Nóel Kempff Mercado, a través de la ejecución del mecanismo de Actividades de Implementación Conjunta para la promoción del desarrollo sostenible.
Cabe destacar que sin la existencia de este proyecto 989,622 toneladas de CO2 hubieran alcanzado a ser liberadas a la atmósfera entre los años 1997 y 2005. Puede decirse, por lo tanto, que uno de los más importantes beneficios de este proyecto ha sido la reducción de emisiones.
De acuerdo con el reporte, el Pago por Servicios Ambientales (PSA) que es una compensación financiera por la protección de las cuencas, la conservación de bosques, la captura de carbono y la protección de la biodiversidad, busca revertir la degradación ambiental mediante el cambio de actividades y el uso del suelo.
Este programa es considerado un incentivo extra fiscal que genera un beneficio económico para terceros, es susceptible de provocar el surgimiento de conflictos de intereses. Por ello resulta primordial identificar claramente a los beneficiarios directos con el fin de lograr una redistribución equitativa de los beneficios, no solamente económicos, que generan los servicios ambientales.
En esa línea, el análisis considera que se hace necesario contar con instrumentos específicos sobre los servicios ambientales destinados a desarrollar procedimientos más eficientes para avanzar estratégicamente.
De acuerdo a la Evaluación Ecosistémica del Milenio (EM) los servicios ecosistémicos se clasifican en: 1) Servicios de Aprovisionamiento, que son los que proporciona la misma naturaleza como el agua y el petróleo, entre otros; 2) Servicios de Regulación, o aquellos que se consiguen de procesos como la regulación del clima y la calidad del agua; 3) Servicios de Soporte, aquellos imprescindibles para la generación de otros servicios tales como la producción de oxígeno, reciclaje de nutrientes, etc.; Servicios Culturales, que son los que tienen un valor intangible como la diversidad cultural de los pueblos, el ecoturismo, entre otros.
Un buen ejemplo de servicios ambientales en Bolivia, es el que promueve el Programa Nacional de Cambios Climáticos en el Parque Nacional Nóel Kempff Mercado, a través de la ejecución del mecanismo de Actividades de Implementación Conjunta para la promoción del desarrollo sostenible.
Cabe destacar que sin la existencia de este proyecto 989,622 toneladas de CO2 hubieran alcanzado a ser liberadas a la atmósfera entre los años 1997 y 2005. Puede decirse, por lo tanto, que uno de los más importantes beneficios de este proyecto ha sido la reducción de emisiones.
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