Las diversas actividades tienen el objetivo de influir en la Conferencia de Partes en Copenhague, Dinamarca.
Hoy es el Día Internacional de Acción Climática. Bolivia participará en las acciones, junto a 179 países, para reclamar a los gobiernos del mundo un nuevo protocolo de cambio climático que defina un límite a las emisiones de dióxido de carbono que puede tolerar la atmósfera.
En La Paz, activistas viajarán a Chacaltaya, la montaña donde estaba el glaciar que se derritió por el calentamiento global. En el lago Titicaca se realizará un taller con una comunidad indígena en las riberas, que está muy amenazada por las sequías y la disminución de las aguas. Un grupo de personas y organizaciones marchará, en el centro de la ciudad, por la paz y el clima, llevarán banderas y pancartas con el número 350, que es el número de partes por millón (ppm) de dióxido de carbono (CO2) que puede absorber la atmósfera sin graves alteraciones del clima.
En Santa Cruz se desarrollará una gran “bicicleteada”, donde participarán universitarios de diferentes facultades que recorrerán la ciudad de manera alternativa y limpia.
En Potosí, alumnos del colegio Don Bosco realizarán una jornada de intercambio de opiniones con niños y jóvenes sobre el cambio climático y sus efectos en el país. Todos los participantes llevarán un espejo como símbolo de su compromiso y reflejo de una luz de esperanza para el planeta. Además crearán y exhibirán una pancarta con el número 350 en la Casa de la Moneda.
En Cochabamba, los scouts del Distrito Scout Cochabamba realizarán un día de plantado de taras, una especie nativa de los valles interandinos, con el objetivo de reducir el dióxido de carbono como una acción parcial de la creación de un bosque de especies nativas en un terreno árido y en proceso de erosión.
En diciembre de este año, en Copenhague, Dinamarca, se llevará a cabo la 15 Conferencia de las Partes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Allí, los gobiernos de todo el mundo se reunirán para crear el próximo tratado global –para el periodo 2012-2020– sobre cambio climático, que reemplazaría al actual Protocolo de Kyoto.
Pese a que las emisiones de CO2 en América Latina no son de magnitud con relación al contexto mundial, para alcanzar las 350 ppm es necesario una protección eficaz de sus bosques, sus fuentes de agua, su diversidad biológica y cultural.
Los gobiernos del continente Latinoamericano piden el apoyo internacional necesario para la reducción de la vulnerabilidad a los efectos del cambio climático, brindado por los países que históricamente han contribuido en este problema global.
El mundo pide un nuevo protocolo de cambio climático
Con casi 5.000 acciones en 179 países –desde Buenos Aires hasta México–, la sociedad civil reclamará a los gobiernos del mundo un nuevo protocolo de cambio climático que defina un límite a las emisiones de dióxido de carbono.
La campaña, que tiene el aval de Rajendra Pachauri, presidente del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés), se llama 350, que es el número de partes por millón (ppm) de dióxido de carbono (CO2) que puede absorber la atmósfera sin graves alteraciones del clima.
Actualmente, en la atmósfera se concentran 390 ppm de CO2, lo que provoca el llamado efecto invernadero y la proyección indica que esa concentración está aumentando dos ppm por año. El IPCC creía en 2007 que el número de emisiones debía estabilizarse en 450 ppm, pero ahora su presidente admite que eso no bastará y apoya la campaña 350.
El ecuatoriano Pablo Astudillo, coordinador de la campaña en América Latina, explicó que “el objetivo de esta iniciativa es lograr que, por medio de la opinión pública, los gobiernos acepten que el nuevo protocolo de cambio climático debe establecer el límite máximo de emisiones en 350 ppm de CO2”.
Las organizaciones de la sociedad civil, comunidades o individuos, inscriben en un sitio de Internet las acciones que se comprometen a realizar en el día de la campaña, de manera de llamar la atención en todo el mundo sobre esta voluntad no gubernamental de poner un límite seguro a las emisiones.
“Los científicos del IPCC están apoyando esta iniciativa porque admiten que ese nivel es el máximo que soporta la atmósfera para frenar el cambio climático”, comentó Astudillo. Académicos de la NASA señalan que para evitar catástrofes ambientales es necesario bajar las emisiones a ese nivel.
Según el científico James Hansen, de la NASA, el nivel máximo debería ser incluso más bajo, de 300 ppm. Añade que el nivel de 350 ppm permitiría apenas detener el derretimiento de los hielos del círculo Ártico, pero para su restauración, dado que perdió cerca de 80 por ciento de superficie, se debe bajar a 300 ppm.
El recalentamiento de la atmósfera provoca el derretimiento acelerado de los glaciares, el aumento del nivel del mar, que amenaza la supervivencia de pequeños estados insulares y trae inundaciones, tormentas más frecuentes e intensas, y sequías. (Buenos Aires-IPS)
La población, impasible por calentamiento
La preocupación de la población estadounidense frente al recalentamiento planetario ha caído constantemente en los últimos tres años, según el Centro de Investigaciones Pew para el Público y la Prensa.
La última encuesta de la institución al respecto se conoció cuando faltan seis semanas para la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que intentará reafirmar en Copenhague el compromiso de la comunidad internacional para hacerle frente al fenómeno.
El Centro de Investigaciones Pew dijo que 65 por ciento de los 1.500 adultos entrevistados cree que el recalentamiento planetario es un problema “muy serio” (35 por ciento) o “algo serio” (30 por ciento).
Ese porcentaje ascendía a 79 en la encuesta publicada por el Centro en julio de 2006, y a 73 en la de abril de 2008.
Aún más abrupta es la caída de la proporción de los encuestados para quienes “existe evidencia sólida de que la Tierra se recalienta” (de 71 por ciento el año pasado a 57 por ciento ahora) y de quienes atribuyen el proceso principalmente a la actividad humana (de 47 a 36 por ciento).
El gobierno de Barack Obama presiona al Congreso legislativo para que apruebe, antes de la conferencia en Copenhague, proyectos que comprometerían al país a reducir para 2050 sus emisiones 80 por ciento respecto de los niveles de 1990. La Cámara de Representantes (baja) ya aprobó los proyectos.
Estados Unidos suscribió el Protocolo de Kyoto durante el gobierno de Bill Clinton (1993-2001), pero el gobierno de su sucesor, George W. Bush (2001-2009) retiró la firma en 2001.
Las iniciativas de Obama tienen el fin de persuadir a grandes países en desarrollo, como China e India, de acceder a reducir sus emisiones en el marco del tratado que regirá desde 2012. (Washington IPS)
Hoy es el Día Internacional de Acción Climática. Bolivia participará en las acciones, junto a 179 países, para reclamar a los gobiernos del mundo un nuevo protocolo de cambio climático que defina un límite a las emisiones de dióxido de carbono que puede tolerar la atmósfera.
En La Paz, activistas viajarán a Chacaltaya, la montaña donde estaba el glaciar que se derritió por el calentamiento global. En el lago Titicaca se realizará un taller con una comunidad indígena en las riberas, que está muy amenazada por las sequías y la disminución de las aguas. Un grupo de personas y organizaciones marchará, en el centro de la ciudad, por la paz y el clima, llevarán banderas y pancartas con el número 350, que es el número de partes por millón (ppm) de dióxido de carbono (CO2) que puede absorber la atmósfera sin graves alteraciones del clima.
En Santa Cruz se desarrollará una gran “bicicleteada”, donde participarán universitarios de diferentes facultades que recorrerán la ciudad de manera alternativa y limpia.
En Potosí, alumnos del colegio Don Bosco realizarán una jornada de intercambio de opiniones con niños y jóvenes sobre el cambio climático y sus efectos en el país. Todos los participantes llevarán un espejo como símbolo de su compromiso y reflejo de una luz de esperanza para el planeta. Además crearán y exhibirán una pancarta con el número 350 en la Casa de la Moneda.
En Cochabamba, los scouts del Distrito Scout Cochabamba realizarán un día de plantado de taras, una especie nativa de los valles interandinos, con el objetivo de reducir el dióxido de carbono como una acción parcial de la creación de un bosque de especies nativas en un terreno árido y en proceso de erosión.
En diciembre de este año, en Copenhague, Dinamarca, se llevará a cabo la 15 Conferencia de las Partes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Allí, los gobiernos de todo el mundo se reunirán para crear el próximo tratado global –para el periodo 2012-2020– sobre cambio climático, que reemplazaría al actual Protocolo de Kyoto.
Pese a que las emisiones de CO2 en América Latina no son de magnitud con relación al contexto mundial, para alcanzar las 350 ppm es necesario una protección eficaz de sus bosques, sus fuentes de agua, su diversidad biológica y cultural.
Los gobiernos del continente Latinoamericano piden el apoyo internacional necesario para la reducción de la vulnerabilidad a los efectos del cambio climático, brindado por los países que históricamente han contribuido en este problema global.
El mundo pide un nuevo protocolo de cambio climático
Con casi 5.000 acciones en 179 países –desde Buenos Aires hasta México–, la sociedad civil reclamará a los gobiernos del mundo un nuevo protocolo de cambio climático que defina un límite a las emisiones de dióxido de carbono.
La campaña, que tiene el aval de Rajendra Pachauri, presidente del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés), se llama 350, que es el número de partes por millón (ppm) de dióxido de carbono (CO2) que puede absorber la atmósfera sin graves alteraciones del clima.
Actualmente, en la atmósfera se concentran 390 ppm de CO2, lo que provoca el llamado efecto invernadero y la proyección indica que esa concentración está aumentando dos ppm por año. El IPCC creía en 2007 que el número de emisiones debía estabilizarse en 450 ppm, pero ahora su presidente admite que eso no bastará y apoya la campaña 350.
El ecuatoriano Pablo Astudillo, coordinador de la campaña en América Latina, explicó que “el objetivo de esta iniciativa es lograr que, por medio de la opinión pública, los gobiernos acepten que el nuevo protocolo de cambio climático debe establecer el límite máximo de emisiones en 350 ppm de CO2”.
Las organizaciones de la sociedad civil, comunidades o individuos, inscriben en un sitio de Internet las acciones que se comprometen a realizar en el día de la campaña, de manera de llamar la atención en todo el mundo sobre esta voluntad no gubernamental de poner un límite seguro a las emisiones.
“Los científicos del IPCC están apoyando esta iniciativa porque admiten que ese nivel es el máximo que soporta la atmósfera para frenar el cambio climático”, comentó Astudillo. Académicos de la NASA señalan que para evitar catástrofes ambientales es necesario bajar las emisiones a ese nivel.
Según el científico James Hansen, de la NASA, el nivel máximo debería ser incluso más bajo, de 300 ppm. Añade que el nivel de 350 ppm permitiría apenas detener el derretimiento de los hielos del círculo Ártico, pero para su restauración, dado que perdió cerca de 80 por ciento de superficie, se debe bajar a 300 ppm.
El recalentamiento de la atmósfera provoca el derretimiento acelerado de los glaciares, el aumento del nivel del mar, que amenaza la supervivencia de pequeños estados insulares y trae inundaciones, tormentas más frecuentes e intensas, y sequías. (Buenos Aires-IPS)
La población, impasible por calentamiento
La preocupación de la población estadounidense frente al recalentamiento planetario ha caído constantemente en los últimos tres años, según el Centro de Investigaciones Pew para el Público y la Prensa.
La última encuesta de la institución al respecto se conoció cuando faltan seis semanas para la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que intentará reafirmar en Copenhague el compromiso de la comunidad internacional para hacerle frente al fenómeno.
El Centro de Investigaciones Pew dijo que 65 por ciento de los 1.500 adultos entrevistados cree que el recalentamiento planetario es un problema “muy serio” (35 por ciento) o “algo serio” (30 por ciento).
Ese porcentaje ascendía a 79 en la encuesta publicada por el Centro en julio de 2006, y a 73 en la de abril de 2008.
Aún más abrupta es la caída de la proporción de los encuestados para quienes “existe evidencia sólida de que la Tierra se recalienta” (de 71 por ciento el año pasado a 57 por ciento ahora) y de quienes atribuyen el proceso principalmente a la actividad humana (de 47 a 36 por ciento).
El gobierno de Barack Obama presiona al Congreso legislativo para que apruebe, antes de la conferencia en Copenhague, proyectos que comprometerían al país a reducir para 2050 sus emisiones 80 por ciento respecto de los niveles de 1990. La Cámara de Representantes (baja) ya aprobó los proyectos.
Estados Unidos suscribió el Protocolo de Kyoto durante el gobierno de Bill Clinton (1993-2001), pero el gobierno de su sucesor, George W. Bush (2001-2009) retiró la firma en 2001.
Las iniciativas de Obama tienen el fin de persuadir a grandes países en desarrollo, como China e India, de acceder a reducir sus emisiones en el marco del tratado que regirá desde 2012. (Washington IPS)
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