Facilitar la certificación de productos ecológicos para el mercado interno y ampliar su comercialización son prioridades para la Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB), sostuvo el secretario general, Ponciano Llusco Alcón.
AOPEB auspició la realización del primer estudio La Demanda de Productos Ecológicos en Bolivia 2009, cuyas estadísticas muestran que el crecimiento en el mercado nacional es permanente. Destacan que los supermercados abrieron espacios para la venta y los pequeños productores encontraron espacios de comercialización, con la apertura de tiendas especializadas, en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.
El estudio confirma que la principal motivación de los consumidores para adquirir productos ecológicos es el cuidado de la salud, prevención y cuidado de enfermedades.
“En el gasto promedio de compra de productos ecológicos por persona, vemos que el mayor es en Santa Cruz (Bs 421,6), mientras que en Cochabamba y La Paz se llega a un promedio mucho menor (Bs 280)”.
El desconocimiento es la principal explicación para el gasto y le sigue que los precios son altos. Quienes conocen su proceso de producción señalan que tienen un “precio justo”.
En Bolivia, en 1988 se inició un proceso de diálogo y consenso para el reconocimiento y promoción de la producción ecológica. 18 años después se logró, en noviembre del 2006, la aprobación de la Ley 3525 de “Regulación y Promoción de la Producción Agropecuaria”.
Llusco afirmó que aún “hay muchos desafíos para este tipo de producción. La Ley 3525 abrió muchas posibilidades para trabajar, pero no se está cumpliendo porque el CNAPE (Consejo Nacional de Producción Ecológica, responsable de definir las políticas públicas) se instituyó después de tres años. Entonces, recién podemos delimitar los programas y las políticas necesarias”.
Sin embargo, destacó que han logrado avances importantes en la producción ecológica. Desde eliminar los fertilizantes, abonos y pesticidas químicos hasta la implementación de Sistemas de Participación de Garantía (SPG), que garantizan la calidad de los productos para el mercado local.
Lo bueno es caro, dice un refrán popular. En este caso, contar con certificación o garantía del cumplimiento de las normas de producción ecológica tiene un costo elevado que incrementa el precio final.
“Entre 2 mil a 10 mil dólares gasta la organización al año para poder certificar. La certificación ahora está limitada para productos que tienen mercado de exportación como la quinua, el café, el cacao y la castaña. Por el contrario, el tomate, las lechugas, la papa y la cebada ecológica no pueden pagar esos costos, en el mercado interno”, señaló María Julia Jiménez, jefa de Desarrollo Organizacional de la AOPEB.
Por el momento, para promover el crecimiento del mercado nacional el CNAPE promueve los SPG, cuya implementación es evaluada y controlada bajo normativas aprobadas por la misma institución.
Sin embargo, “en el mercado local tiene que haber un sistema interno de certificación (SPG) que no tenga costo, sino más bien sea una garantía entre las unidades de producción ecológica y útil para el mercado nacional”, enfatizó Jiménez.
Por ese motivo, impulsan la creación del Sello Nacional de Identificación del Producto Ecológico, cuyas condiciones de uso definirá el CNAPE, en cumplimiento de la ley que establece un Sistema Nacional de Control.
Rescatan productos para la alimentación
Con el propósito de mejorar los ingresos y las condiciones de vida de familias campesinas e indígenas, se está procediendo a un rescate o reconocimiento de las propiedades de productos para su inclusión en el mercado nacional, señaló María Julia Jiménez, jefa de Desarrollo Organizacional de AOPEB.
“En nuestro país hay organizaciones que de forma exitosa exportan importantes cantidades de productos ecológicos, generando mejores ingresos para los pequeños productores y sostenibilidad financiera para sus asociaciones”, aseguró.
La quinua, café, cacao, castaña, especies aromáticas, té, achiote, maní, fideos integrales, cebolla dulce, son algunos ejemplos exitosos de exportación.
Ahora, el camu camu, achachairú, yacón, racacha y otros están en la lista de “nuevos productos para la alimentación”, de los bolivianos, afirmó Jiménez.
Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), las exportaciones nacionales de productos del biocomercio tienen un crecimiento anual sostenido del 20%, en los últimos seis años.
Para la AOPEB, la promoción y la distribución son aspectos que deben mejorarse para que la mayor parte de la población pueda conocer las cualidades de estos alimentos y poder adquirirlos muy cerca de su casa.
Los actores principales
AOPEB • Lidera la producción ecológica en Bolivia y es considerada como una instancia de representación nacional de las organizaciones de productores ecológicos; además que las apoya en el desarrollo y mejoramiento de la producción, certificación y comercialización.
CNAPE • Esta instancia gubernamental tiene la obligación de consolidar el Plan Nacional Estratégico de Fomento a la Producción Ecológica, a través de acciones para planificar, promover, normar, gestionar y apoyar el establecimiento de políticas de desarrollo para este sector.
OECAS • Organizaciones Económicas Campesinas son los emprendedores que hace dos décadas mejoran la calidad de sus productos, innovan y logran espacios en mercados externos.
AOPEB auspició la realización del primer estudio La Demanda de Productos Ecológicos en Bolivia 2009, cuyas estadísticas muestran que el crecimiento en el mercado nacional es permanente. Destacan que los supermercados abrieron espacios para la venta y los pequeños productores encontraron espacios de comercialización, con la apertura de tiendas especializadas, en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.
El estudio confirma que la principal motivación de los consumidores para adquirir productos ecológicos es el cuidado de la salud, prevención y cuidado de enfermedades.
“En el gasto promedio de compra de productos ecológicos por persona, vemos que el mayor es en Santa Cruz (Bs 421,6), mientras que en Cochabamba y La Paz se llega a un promedio mucho menor (Bs 280)”.
El desconocimiento es la principal explicación para el gasto y le sigue que los precios son altos. Quienes conocen su proceso de producción señalan que tienen un “precio justo”.
En Bolivia, en 1988 se inició un proceso de diálogo y consenso para el reconocimiento y promoción de la producción ecológica. 18 años después se logró, en noviembre del 2006, la aprobación de la Ley 3525 de “Regulación y Promoción de la Producción Agropecuaria”.
Llusco afirmó que aún “hay muchos desafíos para este tipo de producción. La Ley 3525 abrió muchas posibilidades para trabajar, pero no se está cumpliendo porque el CNAPE (Consejo Nacional de Producción Ecológica, responsable de definir las políticas públicas) se instituyó después de tres años. Entonces, recién podemos delimitar los programas y las políticas necesarias”.
Sin embargo, destacó que han logrado avances importantes en la producción ecológica. Desde eliminar los fertilizantes, abonos y pesticidas químicos hasta la implementación de Sistemas de Participación de Garantía (SPG), que garantizan la calidad de los productos para el mercado local.
Lo bueno es caro, dice un refrán popular. En este caso, contar con certificación o garantía del cumplimiento de las normas de producción ecológica tiene un costo elevado que incrementa el precio final.
“Entre 2 mil a 10 mil dólares gasta la organización al año para poder certificar. La certificación ahora está limitada para productos que tienen mercado de exportación como la quinua, el café, el cacao y la castaña. Por el contrario, el tomate, las lechugas, la papa y la cebada ecológica no pueden pagar esos costos, en el mercado interno”, señaló María Julia Jiménez, jefa de Desarrollo Organizacional de la AOPEB.
Por el momento, para promover el crecimiento del mercado nacional el CNAPE promueve los SPG, cuya implementación es evaluada y controlada bajo normativas aprobadas por la misma institución.
Sin embargo, “en el mercado local tiene que haber un sistema interno de certificación (SPG) que no tenga costo, sino más bien sea una garantía entre las unidades de producción ecológica y útil para el mercado nacional”, enfatizó Jiménez.
Por ese motivo, impulsan la creación del Sello Nacional de Identificación del Producto Ecológico, cuyas condiciones de uso definirá el CNAPE, en cumplimiento de la ley que establece un Sistema Nacional de Control.
Rescatan productos para la alimentación
Con el propósito de mejorar los ingresos y las condiciones de vida de familias campesinas e indígenas, se está procediendo a un rescate o reconocimiento de las propiedades de productos para su inclusión en el mercado nacional, señaló María Julia Jiménez, jefa de Desarrollo Organizacional de AOPEB.
“En nuestro país hay organizaciones que de forma exitosa exportan importantes cantidades de productos ecológicos, generando mejores ingresos para los pequeños productores y sostenibilidad financiera para sus asociaciones”, aseguró.
La quinua, café, cacao, castaña, especies aromáticas, té, achiote, maní, fideos integrales, cebolla dulce, son algunos ejemplos exitosos de exportación.
Ahora, el camu camu, achachairú, yacón, racacha y otros están en la lista de “nuevos productos para la alimentación”, de los bolivianos, afirmó Jiménez.
Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), las exportaciones nacionales de productos del biocomercio tienen un crecimiento anual sostenido del 20%, en los últimos seis años.
Para la AOPEB, la promoción y la distribución son aspectos que deben mejorarse para que la mayor parte de la población pueda conocer las cualidades de estos alimentos y poder adquirirlos muy cerca de su casa.
Los actores principales
AOPEB • Lidera la producción ecológica en Bolivia y es considerada como una instancia de representación nacional de las organizaciones de productores ecológicos; además que las apoya en el desarrollo y mejoramiento de la producción, certificación y comercialización.
CNAPE • Esta instancia gubernamental tiene la obligación de consolidar el Plan Nacional Estratégico de Fomento a la Producción Ecológica, a través de acciones para planificar, promover, normar, gestionar y apoyar el establecimiento de políticas de desarrollo para este sector.
OECAS • Organizaciones Económicas Campesinas son los emprendedores que hace dos décadas mejoran la calidad de sus productos, innovan y logran espacios en mercados externos.
Es muy bueno saber que ya se cuenta en Bolivia con el crecimiento de este tipo de productos en el mercado., sin embargo es lamentable que se tenga que la organizacion tenga que saldar esta cantidad para certificar la produccion que de si es cara, es un importante bache en el proseso de aplicación del sistema ecológico y que los que utilizan agroquimicos y pesticidas esten exentos de este saldo, pero ya se ve que se vive en un mundo al revés, sin embargo de a poco pero se avanza, por cierto gracias muy buena publicacion.
ResponderEliminar