Brasil celebró el martes el Día de la Amazonía en medio de una polémica medida propuesta por el Gobierno de Michel Temer y con un pedido de socorro por parte de las organizaciones medioambientales, que denuncian presiones de sectores privados sobre la zona.
La Amazonía cuenta con 6,7 millones de kilómetros cuadrados, el 60% en territorio brasileño, y es el refugio de alrededor de 40.000 especies vegetales y miles de animales, entre ellos más de 400 especies de mamíferos.
Pero la mayor reserva natural del planeta vive hoy "uno de los mayores retrocesos ambientales de su historia", impulsado por "intereses privados y políticos" que han reducido las áreas protegidas de la selva, según denunció la ong WWF.
Cerca del 10 por ciento del territorio de las unidades de conservación de Brasil sufren riesgo de extinción debido a la presión de los sectores de agricultura, pecuaria, las hidroeléctricas y la minería, que cuentan con el apoyo del Congreso Nacional, de acuerdo con un informe publicado en mayo por WWF.
"Estamos presenciando el fin de gran parte de nuestra selva, de su biodiversidad y de los servicios ambientales de los que tanto dependemos. La pérdida de la selva permanece en niveles alarmantes", resalta WWF, en el marco de la plataforma "Somos Amazonía".
El cerco a la Amazonía se estrechó después de que el Gobierno del presidente Michel Temer anunciara recientemente un polémico decreto que abre una reserva amazónica para el sector de la minería, lo que causó fuertes críticas de buena parte de la sociedad, especialmente de ambientalistas y algunos conocidos personajes de la farándula.
La medida establece el fin de la Reserva Nacional del Cobre y Asociados (Renca), un área de un tamaño parecido al de Dinamarca entre los estados de Pará y Amapá, y que había sido delimitada en 1984 durante la dictadura militar.
No obstante, el Ejecutivo cedió a la presión popular y decidió suspender temporalmente el decreto para iniciar un "amplio debate" con la sociedad", que se ha movilizado en las redes sociales para pedir la protección de la Amazonía.
Greenpeace denunció otras medidas respaldadas por el Gobierno, como la ley 759, que altera la regulación de propiedad de tierras en áreas urbanas y rurales del país, y el abandono de las políticas de demarcación de tierras indígenas, que son los más "eficientes" en la protección de la Amazonía, según la organización.
"La Amazonía siempre ha tenido un problema muy grande con gobiernos: o no estaban allí o cuando estaban, estaban de manera incorrecta. Ese Gobierno (de Michel Temer) hace las dos cosas y lo hace de manera intensa", aseguró a Efe Marcio Astrini, coordinador de Políticas Públicas de Greenpeace.
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