Cada vez los picos de los cerros de la ciudad de La Paz, que en su momento, fueron áreas verdes, desaparecen como por “arte de magia”, serán ¿loteados, vendidos, asentamientos ilegales con construcciones ilegales? y algo peor son terraceados y de pronto se pierde la topografía original.
HACE AÑOS
De manera sistémica y desde hace más 40 ó 50 años atrás, los cerros de la ciudad donde se plantaron árboles de eucaliptos y pinos, primero con la intención de oxigenar el ambiente y sea el pulmón; segundo para evitar deslizamientos de las tierras blancas y posibles erosiones.
A este panorama sombrío y desértico hay que agregar que de a poco se pierde también el bosquecillo de Pura Pura, ya que cada vez aparecen nuevas construcciones, donde había estos hermosos eucaliptos y pinos.
Se dice que estos árboles en los cerros como en el bosquecillo que conecta a la ciudad de El Alto, fueron plantados durante la construcción de la vía ferroviaria en los años 30, Lo que explica que fueron los trabajadores de ENFE quienes se encargaron de plantar en la zona norte de la ciudad.
COMPLICADO
De los cerros se encargó el municipio paceño, en diferentes años y gestiones de los alcaldes. Como referencia tenemos la arborización del cerro de Laicakota y del Parque Urbano Central como hoy se conoce, fue hecho durante el periodo del conocido alcalde Raúl Salmón de la Barra.
Fue complicado para Metro Cuadrado establecer si las construcciones son legales o ilegales, pero podemos afirmar que están en el rango de lo último, debido a que el bosque de eucaliptos en los cerros, era la reserva natural, calificada como área verde, pero hoy por hoy es simplemente casas de ladrillos. Queda muy poco de los bosquecillos en los cerros, en las laderas del Este, ya que al Oeste desaparecieron del mapa, sin embargo, existen algunos árboles dentro las casas, como que respetaron su ubicación.
La mayoría de los árboles fueron cortados y como los gremiales lotean las calles de la ciudad, ocurre lo mismo con la punta de los cerros, pues actualmente podan los pocos eucaliptos y pinos que quedan y construyen con el peligro de que esos cerros se deslicen, ya que una de las razones para ser plantados fue justamente para evitar estos fenómenos que provocan las lluvias en la ciudad.
Las versiones de los vecinos en las laderas Este, direccionan a que fueron adquiridas de manera dudosa, cuestionan las autorizaciones de construcción del municipio, mientras siguen desapareciendo los árboles.
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