La Agencia Espacial Europea (ESA) alertó de que las barreras de hielo que rodean la Antártida, que actúan como un dique de seguridad, se han estrechado y en algunos casos desaparecido, lo que puede contribuir a elevar el nivel del mar.
El tamaño de esas barreras puede ser inmenso, señala la ESA en su comunicado, donde precisa que la mayor de ellas, la de Ross, ocupa una superficie casi equivalente a la de España y se alza cientos de metros por encima del nivel del mar.
La investigación ha usado datos de velocidad de movimiento del hielo obtenidos por satélites como el Envisat y destaca que en los últimos 20 años muchas de las barreras más septentrionales se han estrechado y, en algunos casos, desaparecido en forma de icebergs.
Esas barreras, según el organismo, están conectadas con los glaciares y las corrientes de hielo en tierra firme, por lo que desempeñan un importante papel como muros de contención del hielo que se desplaza hacia el mar.
Cerca del 13% de la zona total ocupada por esos diques contiene la llamada barrera "pasiva", que no ejerce ninguna contención adicional, pero tras esta se halla la "banda de seguridad", que sí controla esos flujos.
"Si se pierde una barrera de hielo, el flujo de los glaciares ubicados tras ellas puede acelerarse, lo que produciría un aumento del nivel del mar", advierte la ESA.
A modo de ejemplo, se apunta que casi inmediatamente después de que la barrera Larsen B se fragmentara en 2002, el hielo desprendido al mar supuso en torno al 5% de la pérdida total de hielo de Groenlandia en ese momento.
El estudio, publicado en la revista "Nature Climate Change", alerta de que algunas zonas tienen una cantidad inexistente o muy limitada de barrera pasiva, "por lo que un mayor retroceso de los frentes de las barreras actuales desencadenaría serias consecuencias dinámicas".
Al contrario, señala que otras como la barrera de Larsen C en el mar de Weddell (en el océano Atlántico sur en la Antártida) presentan una extensa superficie frontal pasiva, "lo que sugiere que el desprendimiento inminente de un iceberg tabular de gran tamaño no tiene muchas posibilidades de provocar un cambio sustancial".
Este descubrimiento, según la ESA, ayudará a mejorar la predicción del flujo de hielo procedente de la Antártida, porque el destino de la capa de hielo (indlandsis) expuesta al calentamiento climático "está claramente vinculado en términos dinámicos" a los cambios de las barreras flotantes.
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