lunes, 15 de junio de 2015

En Tarija deforestan una “cancha de fútbol” cada hora



El fenómeno de la deforestación en Bolivia bien podría adecuarse al concepto que algunos economistas definen como “capitalismo salvaje”. Se destruyen bosques bajo el predominio de grandes empresas y a un ritmo de depredación que salta exponencialmente en lapsos cada vez más cortos.

El año 2013 en Bolivia se llegó a deforestar el equivalente a 30 canchas de fútbol cada hora. En Tarija, las pérdidas ya son mayores a una de esas unidades de medición. Vale decir que en este departamento desaparece una cancha por hora y, en un día, una superficie similar al centro histórico de la capital. Cada jornada se elimina un área equivalente a todos los manzanos flanqueados por las calles Saracho, Colón, Virgino Lema y Bolívar.
Así se puede interpretar un estudio realizado por una red de instituciones sudamericanas a lo largo del año 2014 y que será presentado esta semana. Se trata de la RAISG (Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada). Por Bolivia participó la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN). Saúl Cuéllar, investigador de FAN explica que el estudio apeló a comparar imágenes de tres bases satelitales (Landsat 5TM, 7ETM y 8). Esa información luego fue trabajada con un software diseñado para detectar automáticamente deforestación y degradación de bosques, el ImgTools.
El área observada suma a los bosques de las tierras bajas y Yungas de Bolivia, zonas menores a los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Este escenario marca otro matiz preocupante para el departamento. “Probablemente en Tarija la deforestación sea mayor –advierte Marlene Quintanilla, directora de Investigación de la FAN-. Abarcamos Tarija sólo hasta Bermejo, no incluimos a Entre Ríos, Chiquiacá, etc, donde hay, según las fotos, deforestación. Cuando trabajemos 2014, ampliaremos el estudio a esas zonas”. En otras palabras, en el departamento de Tarija se deforesta, cada hora, un área mayor a la equivalente a una cancha de fútbol.
El global de pérdidas de bosques tarijeños, sumando mediciones realizadas desde el año 1976, señala que hasta 2013 se destruyeron aproximadamente 112 mil hectáreas. Es un área equivalente a casi dos veces la actual extensión de la ciudad de Santa Cruz, la urbe más grande de Bolivia.
Y el ritmo de deforestación en Tarija se halla muy lejos de atenuarse. Hasta 1976 los estudios de diversas instituciones señalan que Tarija había perdido 15.206 hectáreas de bosques. Luego, para los siguientes 10 años el estudio FAN estableció que se deforestaron 4.822 hectáreas. Una evaluación aplicada al periodo 1992 – 2000 muestra que en esos 8 años se perdieron 8.895 hectáreas de bosque tarijeño. Entonces pareciera que se desataron los demonios de la depredación: en apenas el lustro 2000-2005, en Tarija se acabó con 12.150 hectáreas de bosque, y en el siguiente lustro (2005-2010) con 35.818 hectáreas, prácticamente el triple de extensión. Por si fuera poco, sólo en los siguientes tres años (2010-2013), en el departamento se deforestaron más de 33 mil hectáreas. Señal de otro salto exponencial en curso.
Si a alguien alarman estas cifras, valga la pena advertirle que Tarija no es la región de mayores índices nacionales de deforestación en Bolivia. Entre los siete departamentos que cuentan con bosques, proporcionalmente Santa Cruz y Cochabamba han sufrido más destrucción. En el departamento oriental históricamente se han desboscado nada menos que 4,46 millones de hectáreas. Su ritmo de deforestación llegó en 2013 al equivalente de 23 canchas de fútbol por hora. Es un área destruida casi equivalente a un centro histórico de la capital tarijeña, cada sesenta minutos. Sin duda, es la marca “top” del capitalismo salvaje. Baste advertir que, según el informe FAN, en toda Bolivia se deforesta, cada hora, espacios similares a 30 canchas del “rey de los deportes”.
500 % de incremento en Tarija
Por si queden dudas sobre la aceleración del destrozo de los bosques tarijeños vale tomar en cuenta otro de los índices citados en el informe: cantidad de hectáreas deforestadas por año en cada departamento. En el lustro 2000 – 2005 Tarija ocupaba el penúltimo lugar con un total de 2.430 hectáreas eliminadas cada año. Se hallaba muy lejos de las 12.034 de Beni, las 9.495 de Pando y ni qué decir de las 143.870 de Santa Cruz. Hacia el año 2013 Tarija ocupa prácticamente el tercer lugar, sólo por detrás de Santa Cruz y Beni. Valga destacar que mientras en el departamento sureño se multiplicó un 500 por ciento, la cantidad de hectáreas deforestadas y llegó a cerca de 12.000. Beni sólo incrementó su desbosque casi en un 27 por ciento (de 20.333 a más de 25.000) y Santa Cruz aumentó su deforestación en un 47 por ciento (de 133.829 a más de 197 mil hectáreas por año).
A nivel nacional el estudio de la FAN y RAISG muestra que la depredación de bosques se incrementó en los siete departamentos. El promedio total pasó de 181.660 hectáreas por año en el lustro 2000 – 2005 a 182.565 hectáreas por año en el periodo 2005 – 2010. El salto más grande vino hacia 2013, cuando aproximadamente se deforestaron 264.500 hectáreas, el equivalente a cuatro veces la ciudad de Santa Cruz.

¿Quiénes depredan los bosques?
“Hasta antes de 2010 era la agroindustria mecanizada, básicamente la soya, pero estimamos que hacia 2013 la práctica de la ganadería es lo que más deforesta en Bolivia –señala Quintanilla-. Los análisis que hicimos en los municipios más afectados muestran que se trata de la ganadería. Aparte de estas causas estamos viendo otras presiones que hay en tierras bajas y algo muy fuerte son las quemas forestales. Éstas también se notan en Tarija. Más de 15,8 millones de hectáreas se han quemado en Bolivia desde el año 2010”.
Una investigación realizada por expertos de la universidad de Göttingen y la FAN (Müller, Larrea, Cuellar y Espinoza) denominada “Causas directas de la deforestación 2000-2010” concluye: “En general, una alta contribución de la ganadería a la deforestación fue registrada para el periodo analizado, incluyendo un fuerte crecimiento después del año 2005. Su contribución a la deforestación ocurrida entre 2000-2005 fue del 44 por ciento y cerca del 60 por ciento para el periodo 2005-2010. (...) La agricultura mecanizada fue la segunda causa de deforestación. (...) La contribución de la agricultura a pequeña escala fue mucho menor en comparación con las otras causas”.

El país que “más protege sus bosques”
Los resultados del trabajo sobre deforestación de la RAISG – FAN contradicen marcadamente lo que la Autoridad Boliviana de Bosques (ABT) informó a mediados de 2014. Esta instancia aseguró que en los últimos cuatro años se había producido una reducción del 64 por ciento de deforestación y del 81 por ciento en la quema o chaqueo.
Ese julio el director ejecutivo de la ABT, Clíver Rocha, informó que la reducción se debía al conjunto de medidas asumidas para preservar los bosques, como la aplicación de sanciones pecuniarias más drásticas, capacitación de los involucrados, campañas de prevención y otros.
“Desde que asumimos la dirección se tomaron un conjunto de medidas que no podían tener otro resultado que la reducción de la deforestación y las quemas. (...) - señaló Rocha al matutino La Razón-. Esto coloca a Bolivia en América Latina como el primer país que más conserva y protege sus bosques, desde 2010”.
El informe de la ABT señalaba que en 2010 se habían deforestado 212.274 hectáreas de bosque en Bolivia. Para el año 2013 el total de bosque destruido llegó sólo a 76.576, es decir 64 por ciento menos. Un logro notable para el Gobierno del Movimiento Al Socialismo y sus postulados de la defensa de la Madre Tierra.
Queda ver ahora si las autoridades desmienten el trabajo del software aplicado a los reportes satelitales, respaldadas en sus fuentes de información y procedimientos. Así se podrá conjurar, por lo menos en parte, la irrupción de un capitalismo salvaje en las áreas más fértiles del territorio boliviano.
Al margen de las cifras, para Tarija el panorama se muestra delicado. Sobre sus reservas del Aguaragüe y Tariquía emergen mayores presiones. Según Quintanilla, se advierte un aumento de concesiones mineras y explotación hidrocarburífera. Y a ello habrá que sumar la paulatina interconexión carretera que siempre añade agentes de deforestación. No se sabe aún las cortapisas que las autoridades nacionales o departamentales hayan previsto frente a semejantes riesgos.
Por ahora, una extensión equivalente a más de una cancha de fútbol desaparece cada hora en Tarija, con sus irremplazables flora, fauna y vida.



Los bosques tarijeños, riquezas y riesgos

Se califica como bosques a porciones de tierra con 30 por ciento de cubierta boscosa sobre espacios mínimos de 0,5 hectáreas. Sus plantas deben tener entre 3 y 5 metros de altura. En el caso tarijeño ese criterio se aplica al bosque chaqueño. Éste tiene la particularidad de ser del tipo caducifolio. Eso significa que en época seca las hojas caen, y hacen que el bosque se vea como espacios de pampa, confundiendo a las imágenes satelitales.
El bosque chaqueño ha sido progresivamente deforestado para actividades ganaderas. Esta actividad coincide con el incremento de quemas que hasta 2013 llegó a cerca de 23 mil hectáreas.
Sobre la región destaca el Aguaragüe, es un parque nacional y área natural de manejo integrado. Se trata de la última serranía de la cordillera de Los Andes. Su proverbial riqueza le ha merecido el apelativo de “segundo Cerro Rico”, aludiendo al célebre cerro potosino que produce plata desde hace cinco siglos. En el Aguaragüe, al margen de dos de los principales megacampos de gas natural de Bolivia (San Alberto y Sábalo), se encuentra riqueza minera y maderera. Además constituye el principal reservorio de agua para las ciudades del Chaco boliviano.
La creciente explotación de esos recursos adosada por el ingreso de carreteras estratégicas para el departamento amenaza con la devastación de su bosque.
La otra gran reserva boscosa de Tarija constituye la región de Tariquía, otro parque nacional y reserva de flora y fauna. Se lo define como “el pulmón de Tarija” dada su capacidad de asimilación de dióxido de carbono y producción de oxígeno sobre cuatro de las seis provincias departamentales. Recientemente también se ha advertido que sobre Tariquía penden nuevos proyectos hidrocarburíferos. Según la agencia ANF, el investigador del Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEBID), Jorge Campanini, develó que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) está a punto de firmar dos contratos de servicios petroleros. Las compañías beneficiarias, de acuerdo al investigador, son Petrobras, British Gas (BG) y YPFB Chaco para intervenir las zonas de San Telmo y Astillero, ubicadas dentro del Parque Nacional Tariquía.

El chaco, entre fuego, talas y explosiones

Menos bosque para más pasto
La ganadería se ha extendido por todo el país al extremo de que se convirtió en la principal práctica de deforestación. Superó a la agricultura mecanizada que durante décadas, gracias al negocio de la soya, alcanzó ese polémico sitial. Dicha expansión involucra al Chaco tarijeño y derivó en quemas que superan las 23 mil hectáreas.

Caminos y explosiones
La prospección y explotación hidrocarburíferas se basan en el ingreso a zonas estratégicas y estudios de sísmica. Esas actividades implican la construcción de caminos y miles de explosiones que permitan la evaluación de las estructuras. Dada la riqueza gasífera de la región esta actividad se ha convertido en uno de los principales factores de presión medioambiental.

Depredación tradicional
La existencia de apetecidas maderas en el Chaco y su proximidad a la frontera argentina derivó con el transcurso de los años en un virtual saqueo. La explotación maderera se disparó especialmente en la última década debido a la boyante economía boliviana y la emergencia de nuevos mercados en el interior del país, especialmente en Santa Cruz

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