- Las comunidades de Oruro, La Paz y Potosí siguen siendo las más pobres de Bolivia, "a pesar de los distintos programas gubernamentales de desarrollo, con enormes montos económicos y de políticas de desarrollo rural".
La declaración fue emitida por el primer encuentro de comunidades afectadas por el cambio climático en el altiplano boliviano, que se realizó el 15 y 16 de junio de 2015, para analizar los problemas del medioambiente y las acciones de las instituciones públicas y privadas.
"La mayor parte de las comunidades, sobre todos las pequeñas, siguen siendo las más pobres, desprotegidas e impactadas en su agricultura y ganadería familiar. El cambio climático está impactando cada año con más fuerza a todo el territorio nacional y son las poblaciones más pobres que están sufriendo los mayores impactos", advirtieron las comunidades de los tres departamentos.
Ante esta realidad y las predicciones de futuros escenarios que anuncian un incremento de la temperatura promedio global, las políticas nacionales e internacionales "no están siendo efectivas y carecen de implementación", refleja el documento en conclusiones, emitida por Norma Mollo Mollo, responsable de comunicación del Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA).
La reunión se realizó con la participación de la institución denominada Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático, Jaraña, Anapa, Cipca Altiplano, Red de Mujeres en defensa de la Madre Tierra, Eco-Mujeres, Conamaq, Conamproma, Coridup, Adereor, Asociación de Productores Ecológicos de Sica Sica y otras comunidades de Potosí, Oruro y La Paz.
"Los efectos climatológicos se repiten de forma recurrente en grandes inundaciones en la Amazonía, sequías en el Chaco y con eventos más particulares en el altiplano y los valles", expresa el documento.
Para luchar contra el cambio climático, las comunidades demandan la "recuperación de conocimientos y saberes ancestrales de manejo de la tierra, agua, suelo y la biodiversidad y bioindicadores, rotación de suelos y cultivos nativos, junto a la recuperación de la espiritualidad de los pueblos originarios, para restaurar y conservar los lugares sagrados".
Los comunarios deberían también ser concientizados "en relación a los efectos del monocultivo, como la quinua y la actividad ganadera lechera, para evitar la desertificación de suelos y la erosión y promover la diversificación de la producción agrícola y realizar acciones de forestación de acuerdo a cada sistema de vida".
Para las gobernaciones de Oruro, Potosí y La Paz, se reclamó la implementación de políticas efectivas y sostenidas de forestación y de recuperación de suelos y que los planes de gestión de riesgos se reflejen también en los planes operativos anuales, con los recursos necesarios.
Por su parte, las autoridades del Gobierno nacional deberían aprobar planes, programas y proyectos sostenibles para afrontar los efectos del cambio climático, ya que está "provocando la migración del campo a la ciudad y fuera de nuestro país".
En el caso de Oruro, se exige a las autoridades del gobierno nacional y departamental, "garantizar el caudal ecológico necesario para mantener los lagos Uru Uru y Poopó".
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