Cómo garantizar el éxito de un acuerdo sobre el clima cuando los objetivos nacionales de reducción de las emisiones de gases son ya insuficientes? Los negociadores de un nuevo convenio en Bonn intentan ponerse de acuerdo sobre una revisión mutua, algo que afecta a la soberanía de cada país.
El tema es uno de los que más discusiones provoca en las negociaciones entre los 196 miembros de la ONU para dotarse de un nuevo instrumento de lucha contra el cambio climático.
"Todo el mundo sabe que el nivel de ambición que se mostrará para la conferencia no será suficiente" para contener el alza del termómetro mundial por debajo de 2ºC, destaca Alden Meyer, experto en clima de la Union of Concerned Scientists.
"Necesitamos un elemento en el acuerdo que permita garantizar que, tras la conferencia, esa ambición será revisada al alza, para evitar los peores impactos del cambio climático", añadió.
En estos momentos 40 estados, entre ellos todos los de la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y México, han publicado sus compromisos en materia de reducción de gases con efecto invernadero.
Los demás deben hacerlo antes del 31 de octubre, un mes antes del inicio de la gran conferencia ministerial de París, que debería culminar años de trabajo en la materia.
Por ahora las contribuciones de cada país para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero son más bien mediocres, empezando por Rusia y Canadá.
El peor emisor del planeta, China, es uno de los países que no ha publicado aún sus compromisos.
Para Laurence Tubiana, negociadora francesa, los compromisos nacionales "serán sin duda insuficientes". Pero "el desafío del acuerdo de París es alcanzar progresivamente la trayectoria de los 2ºC" que no se respeta en la actualidad.
Para ello hay que inventar un sistema que revise regularmente al alza los compromisos de cada país, y para ello hay que idear también una manera de comprobarlo.
Un acuerdo dinámico
Francia reunió en París una cuarentena de delegaciones en mayo para abordar de manera informal el asunto. En Bonn "la cuestión avanzó un poco" aseguró Jennifer Morgan, del World Resources Institute.
¿La revisión de los compromisos debe ceñirse solamente a las emisiones de gases con efecto invernadero? ¿Y cuáles deberían ser los compromisos financieros? ¿La evaluación debe ser colectiva o individual? ¿Cada cinco o diez años? Las organizaciones no gubernamentales y los países más vulnerables quieren fechas de revisión muy regulares, para no bajar la presión, y para aprovechar los avances tecnológicos.
"La ambición al final dependerá de la voluntad política. Pero el acuerdo debe incluir mecanismos fuertes", exige Tony de Brum, ministro de Relaciones Exteriores de las islas Marshall.
Uno de los grupos de países en desarrollo más reticentes, que incluye a China e India, admiten la necesidad de revisiones, pero critican la falta de financiación y de transferencias tecnológicas, y quieren además que el contenido de los compromisos sea una decisión nacional.
"Dicen que no deberían someterse al mismo proceso de revisión que algunos emisores históricos. Pero Estados Unidos no quiere un tratamiento diferente en el plano jurídico", advierte Alden Meyer. "Así que será un tema difícil".
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