jueves, 11 de septiembre de 2014

La Amazonía brasileña perdió 5.891 kilómetros cuadrados de bosques en 2013

La Amazonía brasileña perdió entre agosto de 2012 y julio de 2013 un total de 5.891 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal, un área 29 por ciento superior a la devastada en los doce meses anteriores (4.571 kilómetros cuadrados), informaron ayer fuentes oficiales.

El dato divulgado ayer es una revisión al alza de los números provisionales divulgados a finales del año pasado, en los que se calculó que habían sido destruidos 5.843 kilómetros cuadrados en las mismas fechas, un uno por ciento menos que ahora.

El aumento de la devastación en la mayor selva tropical del mundo puso fin a un ciclo de cuatro años consecutivos de disminución de la tala.

No obstante, el área destruida en el año pluviométrico concluido en agosto de 2013 fue la segunda menor desde que la desforestación comenzó a ser medida con la ayuda de imágenes de satélite, en 1988.

El área devastada en 2013 fue en un 79 por ciento inferior a la registrada en 2004 (27.772 kilómetros cuadrados), año en que el Gobierno brasileño puso en marcha un ambicioso programa para combatir la deforestación de la Amazonía, que incluyó el cierre de numerosas madereras ilegales y la imposición de multas a empresas que críen ganado en áreas forestales destruidas.

"Los resultados de los últimos años demuestran la eficacia del Plan de Acción para la Prevención y el Control de la Deforestación de la Amazonía", informó en un comunicado el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués), entidad responsable por la medición.

El área devastada fue calculada a partir de la metodología conocida como Proyecto de Vigilancia de la Deforestación de la Amazonía Legal (Prodes), que identifica zonas boscosas totalmente taladas o incendiadas de menos de 6,25 hectáreas.

Para calcular la deforestación en 2013, el INPE utilizó 216 imágenes del satélite estadounidense Landsat 8.

En su plan contra el cambio climático, Brasil se comprometió voluntariamente a reducir la deforestación de la Amazonía hasta 2020 en un 80 por ciento en relación a la cifra de 1990, lo que supone una meta de destrucción anual de 3.925 kilómetros cuadrados.

La deforestación es la principal causa en Brasil de las emisiones de dióxido de carbono, tanto por los gases que se liberan con los incendios forestales como por el oxígeno que se deja de generar.

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