La peligrosa chatarra electrónica que genera la humanidad se constituye en una amenaza latente para el medio ambiente, por los riesgos de contaminación del agua y suelos, así como el aire y sus consecuencias sin lugar a dudas las sufren o sufrirán la naturaleza en su conjunto.
En Oruro, aún en baja cantidad, se generan de-
sechos a partir del desuso de equipos de computación, teléfonos celulares, electrodomésticos, artefactos en los que al momento de fabricación se incorporaron sustancias químicas, muchas de ellas tóxicas y que no se degradan fácilmente, es el caso del plomo, mercurio, berilio y cadmio.
Estos desechos, al no existir una adecuada disposición de ellos y menos acciones que impulsen el reciclaje, van a parar al relleno sanitario de Huajara, junto a otros desperdicios.
Los riesgos ambientales y sanitarios que presenta la creciente cantidad de basura electrónica en todo el mundo afectan más a los países en
desarrollo, que reciben los desechos de las naciones desarrolladas. En el planeta se generan entre 40 a 50 millones de toneladas de desechos electrónicos por año y en años recuentes el mayor crecimiento está en el descarte de teléfonos celulares y aparatos similares.
DAÑOS
Una investigación publicada por American Printer detalla por ejemplo que un tubo fluorescente, por su contenido en mercurio y fósforo puede contaminar 16.000 litros de agua.
Una batería de níquel cadmio de un teléfono celular puede contaminar 50.000 litros de agua y afectar 10 metros cúbicos de suelo, mientras que un televisor puede contaminar 80.000 litros de agua por su contenido de metales en las plaquetas, plomo en vidrio y fósforo en la pantalla.
Asimismo, una plaqueta de un celular o una computadora tiene mercurio, bromo, cadmio, plomo y selenio, entre otros contaminantes peligrosos, mientras que las heladeras o servicios de aire acondicionado tienen gases que destruyen la capa de ozono, tanto en el gas refrigerante como en el poliuretano expandido.
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