El agrónomo responsable de Gestión y Recursos Naturales del proyecto ProLago, Jhonny Sillo, aseguró que el principal contaminante del Lago Titicaca son los desechos biológicos de al menos 25 mil cabezas de ganado de al menos 19 comunidades del municipio de Pucarani, provincia Los Andes, que yacen en las orillas.
“Cada cabeza por lo menos al día desecha 20 kilos; se imaginarán cuanta cantidad de estiércol está derramado en toda la bahía”, explicó el experto.
Los desechos biológicos del ganado provocan la aparición de las “lentejas de agua”, bacterias que no permiten la oxigenación de las aguas. Esos microbios provocan que la fauna y flora del lago migren a otros lugares más limpios, sostuvo el agrónomo.
Para mitigar los efectos de este problema y prevenir la contaminación, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) montó un proyecto de más de cinco millones de dólares que posibilita a los comunarios aprovechar la bosta de sus ganados para convertirlos en abono orgánico y ofertarlos a mercados lucrativos.
Las grandes cantidades de estiércol son eficientemente convertidas en abono gracias a las lombrices californianas, invertebrados importados desde los Estados Unidos.
“Antes desechaba todo la bosta a este río que va al lago. Ahora estas familias ya no votan el estiércol, sino que lo almacenan para dar de comer a las lombrices y convertirlos en abono. Ahora ya vendo 10,20 o 30 quintales y cada quintal estamos vendiendo a 100 bolivianos. Eso representa almenos 2.000 o 3.000 bolivianos cada tres meses”, explicó Claudio Callisaya, comunario.
NIVEL
El director del proyecto Prolago, Carlos Rivas, aseguró que no cuentan con exactitud los resultados que establezca el grado de contaminación que tiene el lago porque están en procesos de mediciones.
“Los niveles de contaminación lo estamos viviendo permanentemente; pero todavía no estamos completando los estudios. Tenemos apenas siete mediciones de diez que pretendemos hacer para tener una idea clara de los niveles de contaminación. Teóricamente en marzo tenemos que hacer otra medición y después quedaría dos mediciones más, pero todavía no sabemos cuándo; porque hacemos una en la época de lluvia y otra en la época de seca”, dijo Rivas.
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