Un grupo de ciudadanos, técnicos y profesionales de la Campaña en Defensa del Isiboro Sécure (Cadeis), cuya intención es preservar la diversidad biológica del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), propone cuatro opciones del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos frente a la del Gobierno, que en su criterio, tendrían un menor impacto en la reserva ecológica del país. La Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) prefiere no comentar.
La empresa brasileña OAS inició el 3 de junio la construcción de los tramos I y III de la carretera con una inversión de $us 415 millones. Sin embargo, aún faltan procesos de consulta con los pobladores del Tipnis para definir la construcción del tramo II, de 117 kilómetros, entre Isinuta y Monte Grande, que cruza de sur a norte el Parque Isiboro Sécure.
Las cuatro alternativas elaboradas por el ambientalista y forestal Juan Eddy Terrazas, de la Cadeis, tienen en común que no afectan el corazón del Tipnis, no dañan al medioambiente, ni destruyen los bosques, aunque requieren ser analizadas técnicamente y complementadas con estudios técnicos a diseño final sobre los costos por kilómetro de construcción.
El secretario general de la ABC, Adolfo Musillaca, afirmó que no pueden pronunciarse al respecto porque no tienen conocimiento sobre las mencionadas alternativas al tramo II.
La primera alternativa del tramo II comprende 200 kilómetros de apertura y ensanche entre Quillacollo, Morochata, Cocapata, Covendo, Palos Blancos y carretera La Paz-Trinidad. Se considera que los impactos ambientales serían menores con relación al proyecto impulsado por el Gobierno y habría una conexión más rápida con el polo de desarrollo del Corredor al Norte.
La segunda alternativa, de 280 kilómetros de apertura y ensanche, que pasa por Villa Tunari, El Castillo, Puerto San Francisco, Cariaco, Loreto y Trinidad, cuenta con el respaldo de varias organizaciones indígenas, debido a que no dañará el medioambiente, ni destruirá el hábitat de la fauna y flora silvestres. Terrazas advierte que este tramo pasa por la reserva forestal de “Bosque de Inmovilización Chapare”, una zona bastante húmeda.
La tercera opción del tramo II, que significa 100 kilómetros de apertura, nace en Chimoré y llega a Tres Bocas, una zona donde también confluyen los ríos Chapare e Ichilo para navegar el río Mamoré hasta Trinidad. Terrazas señala que esta propuesta fue negada por representantes de las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) Yuracaré y Yuqui-CIRI, porque cruzará su territorio y abrirá las puertas a la colonización. En todo caso, el impacto ambiental sería menor al presentado por el Gobierno.
La cuarta alternativa, de 100 kilómetros de apertura, se sitúa en territorio cruceño, entre Yapacaní, Puerto Greter y Ascensión para unirse a la carretera Santa Cruz-Trinidad. Comprende el mejoramiento de caminos existentes, así como la construcción de otro puente sobre el río Grande.
El experto también señala que en cumplimiento del artículo 23 de la ley de Medio Ambiente, el Gobierno está obligado a estudiar todas las alternativas posibles y a escoger aquella que mejor convenga a los intereses del país y el Tipnis.
Dejó de ser un problema regional
Hernán Arellano | SIB-Cochabamba
Preocupa a la Sociedad de Ingenieros de Bolivia-Cochabamba el hecho de que existan posiciones encontradas respecto la viabilidad de la carretera al Beni y hay que motivar que estas visiones antagónicas puedan encontrar un punto de equilibrio. Hay necesidad de propiciar acercamientos que permitan suscribir acuerdos y nosotros como técnicos debemos motivar este tipo de intervenciones como una responsabilidad con la inversión pública, que en todo caso no debe afectar la temática medioambiental.
Creemos que siempre es posible encontrar vías alternas para responder a esta creciente demanda de dos departamentos interconectados por una carretera, porque dejó de ser un problema regional para convertirse en nacional que debe tomar en cuenta la opinión de las personas y pueblos que van a ser afectados. Respecto a otras alternativas de tramo, técnicamente siempre es posible encontrar opciones; principalmente en proyectos camineros.
Se pone en riesgo dos tercios del bosque Tipnis
Un 64,5% de la superficie boscosa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) puede ser deforestado en 18 años, una vez que se construya la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, según los resultados de un estudio impulsado por el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (Pieb).
El proyecto Viabilidad económica en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure señala que esa superficie de bosque equivale a unas 600.000 hectáreas que se perderían producto de la construcción de esa vía.
El estudio añade que sin la construcción de la carretera, pero con los mismos patrones de deforestación, para el año 2030 se perderían unas 400.000 hectáreas, lo que equivale el 43% de la cobertura boscosa del Tipnis. La evidencia empírica muestra que los proyectos de infraestructura, en particular los caminos y carreteras se convierten en motores de la deforestación. En general, la apertura de una vía va acompañada de asentamientos humanos seguidos de deforestación, explica el informe.
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