Autoridades de Hidrología Naval advirtieron ayer de que el río Orthon, que atraviesa Pando, se encuentra al límite del desborde, situación que puede afectar a la población de Puerto Rico, la segunda más grande de ese departamento después de la capital, Cobija.
A su vez, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) informó que en los próximos días las precipitaciones pluviales —en gran parte del país— serán aún más fuertes que las registradas hasta el momento, y que la temporada de lluvias seguirá con fuerza hasta marzo.
Desde mediados de diciembre de 2009, registros periodísticos dan cuenta de que las lluvias causadas por el fenómeno de El Niño provocaron 12 muertes: cuatro en Cochabamba, tres en Potosí, tres en Chuquisaca y dos en Santa Cruz. Los recientes tres decesos confirmados por la Prefectura cochabambina corresponden a personas que estaban consignadas como desaparecidas, después de haber sido arrastradas por los ríos Ichilo y Chapare.
No obstante, según Rafael Uría, director nacional de Emergencias, los muertos son nueve porque a los otros tres aún se les consigna como desaparecidos. El funcionario dijo que hasta ayer las familias damnificadas en todo el país llegaron a 26.462.
El viernes pasado, el Gobierno emitió la declaratoria de emergencia nacional, que permite disponer de inmediato de 180 millones de bolivianos del Tesoro General de la Nación (TGN) para la atención de los damnificados que llegan a 26.462 familias en toda Bolivia. El Decreto 417 garantiza la atención prioritaria a los cinco departamentos más afectados: Santa Cruz, Cochabamba, La Paz, Beni y Chuquisaca.
De acuerdo con un funcionario de Hidrología Naval —que prefirió no dar su nombre—, el territorio pandino —hasta ahora el único departamento donde no se reportaron daños— “está en inminente riesgo si es que siguen las fuertes precipitaciones pluviales”, debido a que el río Orthon, el más extenso y caudaloso de la zona, está a sólo 1,5 metros del rebalse, lo que ocasionaría “inundaciones que afectarían a Puerto Rico y otros municipios más pequeños”.
Puerto Rico, la capital de la provincia Manuripi, cuenta con alrededor de 10.000 habitantes, la mayoría dedicada a labores agropecuarias, las más afectadas en caso de desastres naturales.
Al respecto, Uría indicó que “Pando, hasta el 1 de febrero, se mantenía en alerta baja, lo que no anula la posibilidad de crecidas de ríos, aunque al momento los caudales se mantienen dentro de Santa Cruz, Pando y Beni.
“Hay que esperar la evolución —advirtió—. En esto de las aguas es muy complicado, cualquier rato puede haber una crecida”. Anunció que su despacho mantiene una vigilancia especial, además del Orthon, en los ríos Negro, Madera, Abuná, Beni y Mulato, que atraviesan los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando.
Las aguas del río Grande en Santa Cruz bajaron de cuatro a entre 2,50 y 2,90 metros dentro del nivel del barranco, lo que, según Luis Aguilar, director del Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regulación del Río Piraí (Searpi), significa que “la peligrosa crecida que se registró el martes está parcialmente controlada gracias al buen funcionamiento de los canales colocados a lo largo de 34 kilómetros”.
Aguilar aseguró que la crecida del martes no afectó a ninguna comunidad, aunque recordó que “por norma no deben existir asentamientos humanos ni cultivos a 1.000 metros del cauce de río de estas magnitudes”.
En Hidrología Naval informaron que Trinidad (Beni) continúa en alerta roja debido a la cercanía de las aguas desbordadas de los ríos Mamoré e Ibare; por la misma razón, en Riberalta y Cachuela Esperanza hay alerta naranja y en Rurrenabaque las aguas comenzaron a bajar.
En Chuquisaca, el jefe de gabinete de la Prefectura, Rodolfo Arias, observó la ausencia de las autoridades del Gobierno central en la coordinación para atender a los damnificados, que según el reciente balance de su despacho llegan a más de 3.000 familias.
El clima
Félix Trujillo, director del Senamhi, informó que los pronósticos meteorológicos dan cuenta de fuertes precipitaciones en los siguientes días y la próxima semana.
“En La Paz y el altiplano —dijo— las lluvias serán moderadas, y un poco más fuertes en Cochabamba y las partes altas de la Cordillera. No obstante, esto originará la inmediata crecida del río Ichilo —del trópico cochabambino— que es el principal afluente de ríos menores de Beni y Pando”.
Según el especialista, esta situación puede causar mayores inundaciones y desbordes en Beni, “sobre todo en Trinidad y Puerto Siles, donde abundan las corrientes hídricas, pero todo ese departamento puede sufrir un duro impacto”. Y no se debe descartar un ascenso de las aguas del río Grande”. Trujillo recordó además que “aún nos espera la parte más dura de la época de lluvias en los meses de febrero y marzo”.
Según registros del Senamhi, en enero de este año llovió más que en el mismo periodo de 2009. En el altiplano hubo un incremento entre 30 y 40 por ciento, en el norte integrado de Santa Cruz y el trópico de Cochabamba llegó al 50 por ciento, mientras que en Beni y Pando fue de un 100 por ciento.
Trujillo informó que “incluso el déficit de precipitaciones que presentaban el Chaco y los valles desaparecieron, y la proyección marca que en la primera región habrá excesos”.
Prevén la crecida del río Orthon, que puede afectar a Puerto Rico.
El Senamhi prevé que Beni pueda sufrir graves inundaciones.
Sucre pierde huellas de dinosaurios
Sucre pierde parte de su riqueza patrimonial paleontológica. Más de 200 huellas de una pareja de titanosaurios se perdieron al derrumbarse, el martes, parte del farallón de Cal Orck’o, donde habían quedado estampadas por millones de años. Las intensas lluvias de las recientes semanas terminaron por dañar la superficie que ya estaba inestable.
El “triángulo de deterioro avanzado” (TPDA) cayó cerca de las 15.30, ante la mirada de varios turistas que estaban en la zona. Se desmoronaron unos 100 metros en la base superior del triángulo invertido TPDA, de los 1.200 metros de longitud aproximados con que cuenta el farallón.
La información la confirmó el presidente del Directorio del Parque Cretácico, Wilmer Astete, al detallar que este lamentable hecho ya había sido anunciado por especialistas suizos y chilenos que llegaron a Sucre para intervenir el farallón y sugerir acciones para su conservación. En 2007, estos expertos explicaron que el TPDA se debía a una falla geológica, a la que se sumaron las lluvias de la época que humedecieron aún más las capas internas de sector.
Se perdieron aproximadamente 200 huellas de una pareja de titanosaurios adultos, que constituían aproximadamente el 15 por ciento de las pisadas de dinosaurios que estaban en todo el planchón de Cal Orck’o.
Estas huellas eran singulares dentro del conjunto del farallón de Cal Orck’o porque tenían una extensión de 80 metros aproximadamente, según destacaron hace algún tiempo especialistas paleontólogos que llegaron de Argentina y Suiza, al resaltar que esas pisadas estaban entre las más importantes en el farallón.
El año pasado, el especialista paleontólogo suizo Christian Meyer advirtió de que ese triángulo estaba en deterioro avanzado, e incluso anticipó que las medidas que se aplicaran no garantizaban la estabilidad de las huellas. Durante las gestiones 2008 y 2009 no fueron ejecutadas medidas de protección a las huellas, según una revisión de archivos de este diario. La única acción de este tipo se produjo en 2006, cuando se ejecutaron trabajos de impermeabilización en la parte superior del farallón de Cal Orck’o y se colocaron tensiómetros.
Astete aseguró, sin embargo, que el Directorio del Parque ya había licitado la conservación del farallón en el plano nacional y continental, pero fueron escasas las empresas que se animaron a responder ante este reto.
La firma suiza Geotest tampoco se animó a garantizar la estabilización del sector crítico (ahora desprendido) y más bien sugirió abocarse con mayor decisión a los sectores estables y no muy altos de Cal Orck’o. Afirmó que se viene trabajando en el cometido y se espera la llegada de un experto chileno para comenzar a colocar los extensómetros requeridos para la conservación. Ahora, el Directorio también definió requerir, cuanto antes, los servicios de paleontólogos porque es posible que en las nuevas capas que se van descubriendo en el farallón se presenten nuevas variedades de huellas.
Los daños en el país
Entre diciembre de 2009 y enero de 2010, las riadas, inundaciones y granizadas afectaron la producción agropecuaria.
El daño registrado alcanzó al menos a 45 municipios de ocho departamentos del territorio nacional.
La superficie de cultivos dañada abarca 8.752 hectáreas, de acuerdo con el primer cálculo hasta el 1 de febrero.
Las 8.752 hectáreas afectadas significan el 0,3 por ciento de la superficie que debe cultivarse en las campañas agrícolas.
Y el 0,4 por ciento de la superficie cultivada de la campaña de verano, según el Viceministerio de Desarrollo Rural.
Las lluvias afectaron también a viviendas, negocios al margen de los cultivos, en varios departamentos.
Datos
Las intensas lluvias afectaron a Santa Cruz, Beni, Cochabamba, Chuquisaca, Potosí y La Paz.
Las familias damnificadas suman 26.500 en los seis departamentos, de acuerdo con datos de Defensa Civil.
Las personas fallecidas son 12, aunque el recuento oficial toma en cuenta a nueve y tres desaparecidas.
El Gobierno aprobó un decreto de emergencia nacional que canaliza recursos para la atención de los afectados.
A la fecha, sólo La Paz, Santa Cruz y Cochabamba hicieron las solicitudes de desembolsos.
El Senamhi pronostica fuertes lluvias que incrementarán las aguas de los ríos en el oriente del país.
A su vez, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) informó que en los próximos días las precipitaciones pluviales —en gran parte del país— serán aún más fuertes que las registradas hasta el momento, y que la temporada de lluvias seguirá con fuerza hasta marzo.
Desde mediados de diciembre de 2009, registros periodísticos dan cuenta de que las lluvias causadas por el fenómeno de El Niño provocaron 12 muertes: cuatro en Cochabamba, tres en Potosí, tres en Chuquisaca y dos en Santa Cruz. Los recientes tres decesos confirmados por la Prefectura cochabambina corresponden a personas que estaban consignadas como desaparecidas, después de haber sido arrastradas por los ríos Ichilo y Chapare.
No obstante, según Rafael Uría, director nacional de Emergencias, los muertos son nueve porque a los otros tres aún se les consigna como desaparecidos. El funcionario dijo que hasta ayer las familias damnificadas en todo el país llegaron a 26.462.
El viernes pasado, el Gobierno emitió la declaratoria de emergencia nacional, que permite disponer de inmediato de 180 millones de bolivianos del Tesoro General de la Nación (TGN) para la atención de los damnificados que llegan a 26.462 familias en toda Bolivia. El Decreto 417 garantiza la atención prioritaria a los cinco departamentos más afectados: Santa Cruz, Cochabamba, La Paz, Beni y Chuquisaca.
De acuerdo con un funcionario de Hidrología Naval —que prefirió no dar su nombre—, el territorio pandino —hasta ahora el único departamento donde no se reportaron daños— “está en inminente riesgo si es que siguen las fuertes precipitaciones pluviales”, debido a que el río Orthon, el más extenso y caudaloso de la zona, está a sólo 1,5 metros del rebalse, lo que ocasionaría “inundaciones que afectarían a Puerto Rico y otros municipios más pequeños”.
Puerto Rico, la capital de la provincia Manuripi, cuenta con alrededor de 10.000 habitantes, la mayoría dedicada a labores agropecuarias, las más afectadas en caso de desastres naturales.
Al respecto, Uría indicó que “Pando, hasta el 1 de febrero, se mantenía en alerta baja, lo que no anula la posibilidad de crecidas de ríos, aunque al momento los caudales se mantienen dentro de Santa Cruz, Pando y Beni.
“Hay que esperar la evolución —advirtió—. En esto de las aguas es muy complicado, cualquier rato puede haber una crecida”. Anunció que su despacho mantiene una vigilancia especial, además del Orthon, en los ríos Negro, Madera, Abuná, Beni y Mulato, que atraviesan los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando.
Las aguas del río Grande en Santa Cruz bajaron de cuatro a entre 2,50 y 2,90 metros dentro del nivel del barranco, lo que, según Luis Aguilar, director del Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regulación del Río Piraí (Searpi), significa que “la peligrosa crecida que se registró el martes está parcialmente controlada gracias al buen funcionamiento de los canales colocados a lo largo de 34 kilómetros”.
Aguilar aseguró que la crecida del martes no afectó a ninguna comunidad, aunque recordó que “por norma no deben existir asentamientos humanos ni cultivos a 1.000 metros del cauce de río de estas magnitudes”.
En Hidrología Naval informaron que Trinidad (Beni) continúa en alerta roja debido a la cercanía de las aguas desbordadas de los ríos Mamoré e Ibare; por la misma razón, en Riberalta y Cachuela Esperanza hay alerta naranja y en Rurrenabaque las aguas comenzaron a bajar.
En Chuquisaca, el jefe de gabinete de la Prefectura, Rodolfo Arias, observó la ausencia de las autoridades del Gobierno central en la coordinación para atender a los damnificados, que según el reciente balance de su despacho llegan a más de 3.000 familias.
El clima
Félix Trujillo, director del Senamhi, informó que los pronósticos meteorológicos dan cuenta de fuertes precipitaciones en los siguientes días y la próxima semana.
“En La Paz y el altiplano —dijo— las lluvias serán moderadas, y un poco más fuertes en Cochabamba y las partes altas de la Cordillera. No obstante, esto originará la inmediata crecida del río Ichilo —del trópico cochabambino— que es el principal afluente de ríos menores de Beni y Pando”.
Según el especialista, esta situación puede causar mayores inundaciones y desbordes en Beni, “sobre todo en Trinidad y Puerto Siles, donde abundan las corrientes hídricas, pero todo ese departamento puede sufrir un duro impacto”. Y no se debe descartar un ascenso de las aguas del río Grande”. Trujillo recordó además que “aún nos espera la parte más dura de la época de lluvias en los meses de febrero y marzo”.
Según registros del Senamhi, en enero de este año llovió más que en el mismo periodo de 2009. En el altiplano hubo un incremento entre 30 y 40 por ciento, en el norte integrado de Santa Cruz y el trópico de Cochabamba llegó al 50 por ciento, mientras que en Beni y Pando fue de un 100 por ciento.
Trujillo informó que “incluso el déficit de precipitaciones que presentaban el Chaco y los valles desaparecieron, y la proyección marca que en la primera región habrá excesos”.
Prevén la crecida del río Orthon, que puede afectar a Puerto Rico.
El Senamhi prevé que Beni pueda sufrir graves inundaciones.
Sucre pierde huellas de dinosaurios
Sucre pierde parte de su riqueza patrimonial paleontológica. Más de 200 huellas de una pareja de titanosaurios se perdieron al derrumbarse, el martes, parte del farallón de Cal Orck’o, donde habían quedado estampadas por millones de años. Las intensas lluvias de las recientes semanas terminaron por dañar la superficie que ya estaba inestable.
El “triángulo de deterioro avanzado” (TPDA) cayó cerca de las 15.30, ante la mirada de varios turistas que estaban en la zona. Se desmoronaron unos 100 metros en la base superior del triángulo invertido TPDA, de los 1.200 metros de longitud aproximados con que cuenta el farallón.
La información la confirmó el presidente del Directorio del Parque Cretácico, Wilmer Astete, al detallar que este lamentable hecho ya había sido anunciado por especialistas suizos y chilenos que llegaron a Sucre para intervenir el farallón y sugerir acciones para su conservación. En 2007, estos expertos explicaron que el TPDA se debía a una falla geológica, a la que se sumaron las lluvias de la época que humedecieron aún más las capas internas de sector.
Se perdieron aproximadamente 200 huellas de una pareja de titanosaurios adultos, que constituían aproximadamente el 15 por ciento de las pisadas de dinosaurios que estaban en todo el planchón de Cal Orck’o.
Estas huellas eran singulares dentro del conjunto del farallón de Cal Orck’o porque tenían una extensión de 80 metros aproximadamente, según destacaron hace algún tiempo especialistas paleontólogos que llegaron de Argentina y Suiza, al resaltar que esas pisadas estaban entre las más importantes en el farallón.
El año pasado, el especialista paleontólogo suizo Christian Meyer advirtió de que ese triángulo estaba en deterioro avanzado, e incluso anticipó que las medidas que se aplicaran no garantizaban la estabilidad de las huellas. Durante las gestiones 2008 y 2009 no fueron ejecutadas medidas de protección a las huellas, según una revisión de archivos de este diario. La única acción de este tipo se produjo en 2006, cuando se ejecutaron trabajos de impermeabilización en la parte superior del farallón de Cal Orck’o y se colocaron tensiómetros.
Astete aseguró, sin embargo, que el Directorio del Parque ya había licitado la conservación del farallón en el plano nacional y continental, pero fueron escasas las empresas que se animaron a responder ante este reto.
La firma suiza Geotest tampoco se animó a garantizar la estabilización del sector crítico (ahora desprendido) y más bien sugirió abocarse con mayor decisión a los sectores estables y no muy altos de Cal Orck’o. Afirmó que se viene trabajando en el cometido y se espera la llegada de un experto chileno para comenzar a colocar los extensómetros requeridos para la conservación. Ahora, el Directorio también definió requerir, cuanto antes, los servicios de paleontólogos porque es posible que en las nuevas capas que se van descubriendo en el farallón se presenten nuevas variedades de huellas.
Los daños en el país
Entre diciembre de 2009 y enero de 2010, las riadas, inundaciones y granizadas afectaron la producción agropecuaria.
El daño registrado alcanzó al menos a 45 municipios de ocho departamentos del territorio nacional.
La superficie de cultivos dañada abarca 8.752 hectáreas, de acuerdo con el primer cálculo hasta el 1 de febrero.
Las 8.752 hectáreas afectadas significan el 0,3 por ciento de la superficie que debe cultivarse en las campañas agrícolas.
Y el 0,4 por ciento de la superficie cultivada de la campaña de verano, según el Viceministerio de Desarrollo Rural.
Las lluvias afectaron también a viviendas, negocios al margen de los cultivos, en varios departamentos.
Datos
Las intensas lluvias afectaron a Santa Cruz, Beni, Cochabamba, Chuquisaca, Potosí y La Paz.
Las familias damnificadas suman 26.500 en los seis departamentos, de acuerdo con datos de Defensa Civil.
Las personas fallecidas son 12, aunque el recuento oficial toma en cuenta a nueve y tres desaparecidas.
El Gobierno aprobó un decreto de emergencia nacional que canaliza recursos para la atención de los afectados.
A la fecha, sólo La Paz, Santa Cruz y Cochabamba hicieron las solicitudes de desembolsos.
El Senamhi pronostica fuertes lluvias que incrementarán las aguas de los ríos en el oriente del país.
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